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un amigo de león

Los 'inductores'

Con la democracia llegó el sentido común, o eso creo yo, a la hora de elegir o ser elegidos para llevar a cabo las funciones que la cosa pública demanda. Con ello se abrió un amplio tiempo marcado de oportunidades que hasta entonces estaban limitadas sólo a unos pocos y no tan bien retribuidas.

Archivado en: Maximino Cañón, 'los inductores', fábula de Samaniego, democracia

Maximino Cañón
17/5/2019 - 02:20

Con el paso de los años la cosa se normalizó colocándonos casi a la altura de los países más avanzados. Ahora se busca con ahínco el acceder a un puesto o cargo público sin más requisitos que el de resultar elegido, la mayoría de las veces, en una lista cerrada bien posicionado y sin limitación de estancia en el mismo.
El caso es que llegando cualquier elección pública, donde se ofertan unos cuantos cargos políticos con anexos de otros cuantos asesores, se establece una lucha sin cuartel con tal de deslegitimar a los rivales. Vale casi todo: desde donde hiciste la primera comunión, hasta la ropa con que la hiciste por ver si ya desde entonces al hábito hacía al monje. La finalidad es conseguir inundarnos de mensajes diciendo lo malos y lo corruptos que son los rivales, a la vez de destacar lo bueno del candidato que nos tratan de recomendar, como si los destinatarios de los mismos, mayoritariamente con una cierta edad y con el c... pelado, de estas y otras aventuras, no supiéramos a quien votar y nos dejáramos llevar por esos programas creados por los ‘inductores' que cada partido tiene contratados a fin de que a base de tirar la caña alguien pica y vota dando credibilidad a lo que ha leído en los mensajes recibidos, por supuesto sin contrastar su contenido.
Para ser sincero, y expresar lo que durante estos días siento, diré que ya estoy harto de que traten de inducirme hacia tal o cual partido a la hora de votar porque aunque era verdad que , hasta hace algunos años, me mordía con cierta voracidad la uñas, lo que desde luego no hice de mayor fue chuparme el dedo. Ahora, cuando estamos en ciernes de depositar nuestros votos, quiero volver a plasmar aquella expresión del padre del desaparecido e inolvidable amigo Albino cuando, después de llegar tarde al venir del cine a la última sesión, en contestación a nuestra justificación por tardanza, nos decía "no me presentéis más gente que ya conozco bastante". No se puede decir mejor con tan pocas palabras. . Esta columna podría terminar con parte de una fábula de Samaniego que decía así: "A un panal de rica miel diez mil moscas acudieron, que por golosas murieron presas de patas en él"...

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