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un amigo de león

Nadando a lo perro y otros en la abundancia

Esta era la contestación que dabas cuando te preguntaban si sabías nadar. Era como cuando alquilabas una bici sin apenas saber andar en ella y preferías la de chica, que no tenía barra en el cuadro y te permitía saltar en caso de dificultad. Ahora, cuando estamos entrando en el mes de oro del veraneo, en que el que más o el que menos pone tierra por medio buscando el fresco y las aguas, dulces o saladas, que te permitan ejercitar el noble deporte de la natación.La mayoría de los leoneses tomaron el bautismo del mar en las playas de nuestra querida Asturias.

Archivado en: Maximino Cañón, veraneo, Tip y Coll, Río Torío, FEVE, agosto

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Maximino Cañón
03/8/2018 - 01:10

En días pasados comentaba con un amigo de mi edad la envidia que nos daban aquellas excursiones que se organizaban a Gijón a precios asequibles, llevando la comida de casa y que nosotros, debido a la corta edad (qué tiempos), no podíamos acceder a ellas. Quien se llevaba la palma todos los domingos con mucho éxito y afecto, en variados horarios a gusto del dominguero, era el inolvidable ‘Tren de Matallana' (hoy casi no sé de quién es, ni si está y menos si se le espera), diseminando a los veraneantes de vía estrecha por toda la ribera del Torío. El ver llegar a las familias a coger el tren cargadas con corcheras, que vendía la histórica e inolvidable tienda del ‘Maragato', junto con cámaras de camión o automóvil hinchadas para los que sin saber nadar disfrutaran del agua sin peligro, constituía otro acontecimiento. El día de asueto lo completaba la comida campestre (hecha ya saben por quién) que solía constar de una paella hecha al aire libre, tortilla y filetes empanados. También era muy estimada una empanada para la merienda junto con lo que había sobrado de la comida. Todo ello solía ir regado o acompañado de vino con gaseosa que se compraba en el lugar, después de pagar el casco en depósito.
Para los intermedios era imprescindible la bota que, al tener el orificio de salida fino, solía saciar la sed sin tener que beber en demasía. Una vez hecha la digestión, y después de haber atormentado a nuestros mayores con lo de "¿ya nos podemos bañar?" o "¿ya pasó el tiempo de digestión?" llegaba la hora de poner en práctica nuestros conocimientos natatorios que, en la mayoría, nos inclinábamos por practicar al ‘estilo perro', como el modo más antiguo, consistente en mover las piernas y brazos como los perros. Pero como se solía decir, a falta de piscinas, salvo en alguna sociedad, tampoco existían las municipales, bueno era el río, aunque siempre con las debidas precauciones. En eso, más o menos, consistía un domingo de verano para los que no tenían pueblo ni otro medio de veranear y de combatir el calor. Luego se prodigaron los hoteles, relativamente asequibles y el estado de bienestar (por el que hay que luchar permanentemente), y muchos descubrieron lo que era disfrutar de unas playas con sol casi permanente, pensión completa y viajes en avión, como en las películas.
Y como al editar este periódico el viernes pasado (27-J) se procedió al pago de atrasos, así como a la actualización de las pensiones sin que hubiera tiempo a comentario alguno, aquí envío mi reflexión al respecto. Consecuentemente, con todo mi cariño y sin ningún afecto, quiero recordar a Carmen Martínez Castro, periodista de origen venezolano y que siendo secretaria de Estado de la Presidencia de España con Mariano Rajoy del 2011 al 2018, cuando la grabaron sin que ella fuera consciente, diciendo las siguientes lindezas ante unos manifestantes de Alicante en defensa de las pensiones: "¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones! Y de decirles, pues os jodéis". Y por decir eso,entre otras cosas, percibió en el año 2017 la cantidad de 112.145 euros brutos, o lo que es lo mismo, el equivalente a 18.659357,97 de las antiguas pesetas, (después tuvo que pedir perdón no sé si sentido o no). Con ese sueldo no me extraña que despreciara las reivindicaciones de los jubilados porque con la remuneración que percibía sólo le daría para buenos hoteles sin saber lo que era una pensión. ¿Se me entiende?
En fin, que tengan un buen agosto y como no soy rencoroso, ella también. Y como decían Tip y Coll "a la vuelta, hablaremos del Gobierno" y...de lo demás.

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