Sin querer impregnar esta columna de tristeza, sí quisiera dejar constancia de algunas personas que tuvieron que ver, o conocimos en nuestra juventud. Como en otros muchos casos han desaparecido y que, a su manera, nos acompañaron o hicieron que pasáramos buenos ratos, viendo, escuchando o leyendo lo que de ellos nos llegó.
Archivado en: Maximino Cañón, Ricardo Cantalapiedra, Jesús Cantalapiedra, Club Forecu, Jesús María Cantalapiedra, Malasaña
Maximino Cañón
05/1/2018 - 03:30
En la escala de recuerdos hoy me referiré a Ricardo Cantalapiedra, nacido en Carrizo de la Ribera en al año 1944, que nos dejó el 24 de septiembre del 2017 a los 74 años en Madrid. En la década de los sesenta y parte de los setenta en España se veneraba a los cantoauroes que, como Ricardo, contribuían a calentar el ambiente entre la juventud deseosa de apertura. Por aquel entonces yo presidía el desaparecido Club FORECU (Formativo, Recreativo y Cultural) en León en el que dábamos rienda suelta a nuestras aficiones con charlas, recitales, teatro, cine forum y cuando se podían conciertos sin que ello supusiera desembolso alguno. Por allí, y por nuestra mediación pasaron cantautores haciendo que con las letras de sus canciones nos sintiéramos más libres e ilusionados. Bien es cierto que cada uno sacamos las conclusiones según nuestra manera de pensar. No recuerdo bien por medio de quién llegó a nuestro club Ricardo Cantalapiedra, que en aquellos momentos, junto con otros cantautores, estaba de moda entre la expectante gente joven. La cuestión tenía sus riesgos, pues había que dar parte a la censura sobre cada actuación cultural que en el club se producía y, sobre todo, cuando los actuantes venían precedidos de un historial contrario al régimen. En una ocasión (en San Justo de la Vega), la censura prohibió a Ricardo todas las canciones menos una y como tenía contrato para actuar durante una hora, interpretó la misma canción todo el rato mientras la gente, conocedora de la circunstancia, se lo pasó riendo en cada repetición. Lo cierto es que vino a nuestro Club Forecu, cantó, ilusionó y, por supuesto, no cobró. Después, lo poco que supe de él fue por medio de su hermano, hombre de pluma fácil, exconcejal y amigo, Jesús Mª Cantalapiedra. Me consta que fue cantautor cristiano, seminarista, cantante protesta, militante comunista, escritor, guionista, que grabó discos, recibió varios premios y hasta cantó boleros en el barrio madrileño de Malasaña. En tu recuerdo, Ricardo porque, como otros muchos, tú también eras de León.
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