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Gente en León

con la venia señoría

Humana sensibilidad

Desde siempre, es obvio recordar el enlace social que establecemos todos nosotros dentro de unas determinadas normas de convivencia como de conducta que imprime e idealiza nuestra sociedad, influenciadas tal vez por nuestro inestable estado de ánimo, y en ocasiones soporífero carácter, en base seguramente a lo que congruentemente establecemos por la propia naturaleza del ser humano, como sustento inequivoco de una ciudadanía aparentemente responsable y libre; sin demasiados complejos y ataduras...

Archivado en: Manu Salamanca, humana sensibilidad, amor, cariño

Manu Salamanca
05/5/2017 - 01:10

...El mismo estado de ánimo nos otorga a veces la tolerancia; la debida transigencia, que en muchas de las maniestaciones de nuestro entorno, son protagonista de afables y supuestas muestras de humanidad, incluso de admiración hacia cierto reconocimiento o debilidad por algo, por alguien, esa particularísima SENSIBILIDAD, nos facilita e invita a observar con tiempo una Pintura... Escuchar con deleite un tema musical... Leer apasionadamente un libro... Ensemismarse con la belleza de una mujer como de todo su encanto, como de igual forma adueñarse de la sencillez que espontánea refleja la mirada tierna y noble de un niño...
...Pero ¿porqué de manera malsana y consecutiva imploramos la necesidad de no valorar todas y cada una de las mas bonitas sensaciones que la propia persona esté dispuesto a experimentar?

... ¿No os parece que así sólo prolongamos de forma reiterada y abusiva el estallido de nuestro propio holocausto interior?
...Homenajeamos de continuo a la envalentonada desfachatez que muy comprometida con la carismática y perturbable forma de comportarnos, atiende al criterio más horrendo y cruel que idealista se traduce en pensamiento, y dentro de una acción que desmedida es por lo tanto desproporcionada, nos obliga arrepentirnos durante largo tiempo... Y es a partir de ese momento entonces, cuando nos encontramos desnudos, y una sensacion de vacio, nos arropa de continuo, dejándonos fuera de juego...
...Entonces profundizamos hasta lo más hondo de nuestras conciencias llegando a nuestras mismas entrañas ya muy desgastadas e inútiles, y nos vemos desprotegidos, desamparados; pero sorprendidos desde nuestra pobre apariencia ante el espejo de la Vida, y es a partir de ahí cuando ya podemos inexcusablemente hablar de SENTIMIENTO, de CARIÑO, de AMOR, hacia los demás, incluso hacia nosotros mismos, sobre todo lo que amparado en la denominada y no menos ansiada HUMANA SENSIBILIDAD, nos reconforte y estimule de algún modo...

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