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un amigo de león

La Trastienda, la frase del mes

Cada vez resulta mas difícil pronunciar o escuchar frases que susciten nuestro interés sin tener que ofender a nadie, aunque a veces haya que recurrir a un cierto ingenio que, a su vez, contenga pensamientos y reflexiones ampliamente compartidas por la generalidad.

Archivado en: Maximino Cañón, La Trastienda, libros, libros antiguos, librería antigua

Maximino Cañón
21/4/2017 - 01:10

Lo que hoy voy a comentar y reflejar en esta columna está al alcance de cualquier leonés o visitante foráneo que al encaminarse hacia la plaza mayor de nuestra ciudad por la calle Mariano Domínguez Berrueta, tenga la curiosidad de observar que bajo el nombre de la librería ‘La Trastienda' se esconde, a buen seguro, además de un buen contingente de libros antiguos, gente con un ingenio capaz de sacarle jugo a las frases que algunas personas pronunciaron en el establecimiento, dejando entrever la escala de valores por la que se rige parte de nuestra sociedad.
La cuestión sucedió de la siguiente manera un domingo por la mañana en uno de esos paseos matutinos por la zona del León histórico. A tal efecto, y llamado por las curiosidades editoriales, me paro a echar una ojeada al escaparate de la librería ‘La Trascienda', y observo con atención varios títulos que con la solera de los años adquieren valores actuales. A continuación, o antes, no recuerdo el orden, me enfrento al siguiente escrito, que sobre el cristal llamaba la atención de los observadores paseantes: FRASE DEL MES. "Pilar, hija, no se tocan los libros, que están usados y a saber porqué manos habrán pasado". A continuación viene la aportación del autor del escrito, digo yo, el cual, entre paréntesis manifestaba lo siguiente (del dinero no dijo nada), añadiendo que dicha frase fue oída en la misma librería, y jurándolo por el mismo Gutenberg.
De vez en cuando no viene nada mal pararse en algunos establecimientos de los que, luchando con las nuevas tecnologías, siguen aportando su grano de arena a la inteligencia natural a la vez de dejar en el aire algunas vergüenzas a la hora de establecer comparaciones. En definitiva, La Trastienda es de esos lugares que desprende sabiduría y cariño, de ése que primero se impregna en los dedos al pasar las páginas y luego permanece eternamente en el recuerdo. Larga vida a la librería ‘La trastienda'.

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