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Gente en León

Mis apuntes

Sin remedio

Llama la atención lo crítica que es la gente en la calle con el Gobierno del PP y por el contrario, parece asombroso que sigan votándoles de forma masiva. El pulso de un país se mide en la calle, o eso dicen. Observar las reacciones de la muchedumbre resulta tremendamente curioso, a la vez que muy interesante.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Gobierno, PP, Rajoy, sanidad, pobre Rajoy, España

Ana Isabel Ferreras
31/3/2017 - 02:02

Como anécdota hace pocos días en un tren: entran dos señores, votantes convencidos del PP uno de ellos ganadero de ovino, quejándose amargamente de las normas, impuestos y barreras que imponen a los que viven del campo, lanzando todo tipo de improperios contra veterinarios, funcionarios de la Junta, Sanidad, etc. Para acabar comentando "pobre Rajoy, cuánto daño le están haciendo con todos estos imputados del PP, si él no tiene la culpa de nada" .
¡Ay... esta España nuestra no tiene remedio! No hay peor cosa que no saber discernir que quien hace la norma de la que tanto te quejas, o quien provoca que el estado permanente de corrupción siga invadiéndonos, es aquel a quien votas y apoyas.
Con el paso del tiempo, por desgracia, resulta probado que la mayoría del personal no quiere grandes cambios, al contrario. Sigue cada uno buscando cualquier pequeño resquicio para poder entrar en la rueda de los favoritismos, a ver si haciendo la pelota a uno o a otro se consigue el objetivo (un trabajo, una recomendación, una prebenda para no pagar tal y cual impuesto). Y después de entrar ya en este juego cualquier cosa les vale, comenzando por pequeños chantajes hasta finalizar en graves delitos, que al final acaban quedando impunes por "ser vos quien sois". Véase la vergüenza nacional del caso Urdangarin, los Rato, Blesa, etc.
Pero ahí seguimos casi sin inmutarnos, sorprendidos todo lo más, pero dejando que pase de largo el asunto, no vaya a ser que nos toque algo de soslayo.
Es triste acabar llegando a la conclusión de que esto no hay quien lo cambie, pero es más triste aún convencerse, por propia experiencia, de que si lo intentas y trabajas para ello, acabas quedándote solo, porque pretender cumplir las normas y ser lo más objetivo posible no es lo que quiere la mayoría de la gente. Y así ganan los de siempre. Claro....como somos humanos.

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