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Gente en León

Un amigo de León

De Maximinos va la cosa

Acabo de leer la entrevista que a mi vecino de barrio y amigo Maximino Barthe, quien, además de los cargos que en su vida ha ostentado, en la actualidad desempeña el de abad de la Cofradía de Genarín que, sobre el entierro del mismo, firmada por D.L. Mirantes y publicaba en La Nueva Crónica de León, manifiesta que, por deseo expreso del que fuera su apóstol Pérez Herrero, Maxi Barthe, con la inestimable ayuda del libro de nuestro Julio Llamazares, ha conseguido mantener la tradición y continuar al frente del lúdico-apostolado haciendo que cada año miles de personas inunden la parte vieja (y la nueva también) conmemorando la muerte del borrachín, putero y pellejero ‘Genarín' al son de tambores, orujo y antorchas. En fin, que a este Maximino le queda mucha guerra por dar, máxime ahora libre del ejercicio de la docencia y algo desengañado, que no gastado, de la política, donde picó alto.

Archivado en: Maximino Cañón, Maximino Barthe, Maximino González Fernández, Genarín, Cofradía de Genarín

Maximino Cañón
28/10/2016 - 01:10

También con el nombre de Maximino González Fernández tiene su consulta un vecino médico, quien, a pesar de no tener la notoriedad pública del anterior, goza de la confianza y cariño de quienes cada día le visitan irradiando la cercanía y afecto que todo enfermo necesita, porque a veces hace más verse comprendido que una dosis de penicilina.
El tercero soy yo. Lo curioso es que cada día que voy a comprar la prensa escrita al kiosco (‘El Pájaro Loco'), en Federico Echevarría, me agrada escuchar el comentario de las propietarias del mismo: Pilar y Ana, cuando, con simpatía, me dicen: "Mire entre las reservas de los periódicos por nombre y apellido y es que no es frecuente que en menos de cien metros cuadrados vivamos tres Maximinos, que no Máximos, Maximianos ni Maximilianos, sin tener lazos de sangre entre nosotros. No es que trate de reivindicar el nombre, que en otros tiempos muy atrás llevaron emperadoreas romanos y obispos, sino que no es muy frecuente en estos años el ponerle a un niño Maximino, como variante de Máximo (grande). Lo cierto es que cada nombre tiene una historia. Y la mía era que mi abuelo se llamaba de esa manera, pero el misterio es que, además, coincide con mi cumpleaños.¿Hay mayor precisión?
Un saludo a los tocayos y a los cuasi tocayos, por ejemplo al amigo Máximo Cayón, Cronista Oficial de la Ciudad de León, que es con quien más me confunden.

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