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Repaso en toda regla a la Justicia

A punto de jubilarse a los setenta años ya no le quedan pelos en la lengua. Los ha ido dejando por ahí por el efecto de erosión de su espíritu crítico en estos años de atrás. Prestigioso jurista y catedrático de Derecho Administrativo, el profesor Francisco Sosa Wagner acaba de presentar en León su nuevo libro: "La independencia del juez ¿una fábula?". Todo un repaso al sistema judicial español y, sobre todo, a las herramientas que hacen posible, por desgracia, la politización de la Justicia.

Archivado en: Francisco J. Martínez Carrión, Justicia, Francisco Sosa Wagner, Consejo General del Poder Judicial, CGPJ

Martínez Carrión
20/5/2016 - 03:30

Primera conclusión: Que desaparezca el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el llamado de forma incorrecta gobierno de los jueces, porque en realidad no gobierna ni decide nada sobre lo que de verdad interesa a los jueces, es decir, sobre los medios que necesitan para el ejercicio de su función. Sólo sirve para elegir a la cúpula judicial y para ejercer la disciplina interna.
Y la elección de la élite judicial se hace a través de unas asociaciones de jueces, que representan a menos de la mitad de los jueces. La otra mitad no están asociados. Y de estas dos asociaciones, sólo dos tienen un cierto peso, lo que quiere decir que, al final, sólo un tercio de los jueces eligen a quienes seleccionan a los componentes de cúpula judicial. Dos asociaciones tremendamente politizadas, que eligen, mediante un sistema absolutamente discrecional a esa élite (CGPJ, Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional). Ello ha motivado que cada vez haya más pleitos ante el Tribunal Supremo de jueces que se sienten agraviados al ser preteridos ante otros compañeros con menos méritos. La consecuencia es una judicialización de la Justicia. El colmo.
La solución de Sosa Wagner: La supresión del CGPJ.
También denuncia en su libro Sosa Wagner la existencia de "puertas giratorias", que favorecen que un miembro de la carrera judicial acceda a la política y luego vuelva a su anterior puesto, sin ningún tipo de incompatibilidad, cuando no recompensando con prebendas en algún alto tribunal. Ahí está el ejemplo de ahora mismo de Margarita Robles, magistrada de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, quien irá como número dos en la lista del PSOE por Madrid en las próximas elecciones generales y, en su día, cuando deje la política volverá a la carrera judicial en su antiguo puesto. Sosa Wagner califica perfectamente esta práctica viciada: "abominable". Pues eso.
Claro, que para contradicción y aberración, el hecho de que los parlamentos autonómicos nombren al magistrado que, en su caso, debe conocer las causas de los políticos aforados. Sosa Wagner, quien en su día ayudó a regular el sistema autonómico español y ha sido diputado en el Parlamento Europeo, donde ha desarrollado una acción absolutamente crítica y reformista, sólo ve una solución: reformar la Constitución, modificar los reglamentos de las Cortes y del Senado y algunos artículos de algunos estatutos de autonomía, con el único fin de proteger la figura del juez de a pie, la base de todo el sistema, quien sólo está sometido a un criterio: el de la Ley. Sin ninguna injerencia política.
Lo peor que es los medios que demanda la Justicia para ser más rápida y eficaz sí dependen de los presupuestos de las administraciones públicas, es decir de los políticos. Y a los políticos no les interesa que la Justicia funcione. Lo vemos todos los días.

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