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Gente en León

Mentiras y engaños

Pedáneos

Se buscan candidatos ‘pa' pedáneos ‘pa' pedanías, ‘pa' ser el mandamás del pueblo. O mejor dicho ‘pa' no tener un momento de tranquilidad en los próximos cuatro años... ¡Se buscan valientes!
El próximo 20 de diciembre casi 60 pueblos votarán para elegir la junta vecinal ya que no hubo ninguno/a con huevos-ovarios suficientes para presentarse en mayo. Para gobernar eso (las juntas vecinales) que en los años que llevamos de democracia los dos grandes partidos están intentando hacer que desaparezcan, aunque las defiendan con la boca pequeña y mirando para otro lado por si se les nota.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, juntas vecinales, alcaldes pedáneos

Nicolás Pérez Hidalgo
13/11/2015 - 01:10

Cuando los pueblos estaban llenos de gente que vivía de los recursos del pueblo (ganado y cultivos), no había problemas para encontrar candidatos, porque mal que bien la mayoría tenían interés en las cosas que pasaban en ellos y en intentar una convivencia lo más ordenada posible.
Pero llegó la santa democracia y aparecieron instituciones ansiosas de competencias y de justificar su presencia, y la galopante despoblación también fue ayudando lo suyo, para que nadie quiera ser pedáneo del pueblo. Salvo esos que en su afán por disimular que son los pijos del barrio de Salamanca y que han venido a la política a jubilarse, se han metido a pedáneos dándose golpes de pecho y yendo de cuadra en cuadra (con fotógrafo pagado y periodista "arrimao") para que lo vayan promocionando como el adalid de la defensa del agricultor y del ganadero.
Pues sepan ustedes si están pensando en ser candidatos, que ser pedáneo del pueblo es mucho más difícil y jodido que ser presidente del Gobierno o alcalde en la capital. Que no se tienen guardaespaldas ni ventanillas que impidan el contacto directo con el vecino de enfrente y que en no pocas ocasiones se tienen que poner uno mismo a solucionar las averías del agua.
Que no verán más que problemas por parte de las administraciones, empeñadas en que usted desaparezca, que los partidos que lo llamaron para que se presentara bajo sus siglas, si un día te vieron ya no se acuerdan y que cada decisión que tome hoy no gustará mañana a la mitad de sus convecinos y pasado a la otra mitad. Así es la vida de ingrata. Pero no deje que se lo cuenten, preséntese.

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