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Gente en León

Un amigo de León

El que quiera peces,..

La mayoría de las veces, la juventud leonesa, como la de otros lugares patrios, se conformaba con dar largos paseos por Ordoño y La Condesa, generalmente, con la única esperanza de cruzarse con algún grupo de chicas a las que conocías, pero guardando las distancias; lo de amigos con derecho a roce no estaba todavía de moda. En todas las pandillas había chicos y chicas que eran quienes lideraban al resto, bien siendo las más guapas/os, bien por la simpatía o conocimientos intelectuales.

Archivado en: Maximino Cañón, el que quiera peces que se moje el culo

Maximino Cañón
17/7/2015 - 03:30

Lo cierto es que siempre, dentro del mencionado grupo, en este caso de chicos, solía haber un plasta de esos que además de espantar a las féminas, eran como la lapa, nunca se despegaban, a poder ser de la que mejor estaba, aunque ésta tuviera otras miras de atracción. En una ocasión, me cuentan con visos de ser totalmente cierto, se encontraban en el bar el grupo de amigos, un domingo por la mañana, cuando llegó el pesado y les preguntó: "Qué, ¿tenemos algún plan para hoy?" A lo que éstos, acostumbrados a que siempre se apuntara al carro de la diversión o del ligue sin aportar nada le dijeron: "Mira, estamos comentando que a lo mejor esta tarde hay un guateque con extranjeras, de ésas de los cursos de verano que acaban de llegar, pero todavía no está confirmado. "Oye, -dijo el pesado en cuestión-, si hay algo no dejéis de llamarme". "Vale, por la tarde lo confirmamos".
Preparada la estrategia a eso de las siete de la tarde del mismo domingo le llamaron a casa por teléfono y le dijeron: "Pepe, vente para aquí echando leches que tenemos montado una orgía en casa de Luis con las extranjeras, que no te puedes imaginar. Estamos todos en pelota picada y hay una rubia que no tiene pareja, así que ven volando". Cuando llegó a la casa de Luis, éste le salio a abrir totalmente desnudo y le dijo: "Quítate la ropa que esto es un desmadre nunca visto. Estamos todos bailando como Dios nos trajo al mundo. Entra, la tuya es la que está al lado del tocadiscos y la tienes esperando como una moto". Como una exhalación José se quedó completamente en cueros y cuando abrió la puerta se encontró a un grupo de chicos y chicas totalmente vestidos y bailando con normalidad a plena luz de la lámpara eléctrica del salón que le miraban sorprendidos. A partir de ese día, entendió lo que significaba el dicho de que "el quiera peces, que se moje el culo".

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