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Gente en León

Un amigo de León

'El Maza'

Pasábamos las horas jugando en las calles sin otro miedo que el que suponía que te zurraran la badana por llegar tarde a casa sin haber mirado un libro. De lo que si sabíamos era de juegos y pendencias con chavales de otros barrios. Las refriegas entre las diferentes bandas parecían diseñadas por el genial Gila, por aquello de que previamente, y por medio de representantes enviados por ambas bandas en liza, se acordaba el día, la hora el lugar y las armas permitidas para la contienda.

Archivado en: Maximino Cañón, 'el maza', Gila,

Maximino Cañón
10/7/2015 - 03:30

Como si de una lucha de gladiadores se tratara, cada cual enviaba lo mejor que tenía; los más fuertes, los más chillones, los más valientes y a los que empezaban la disputa que solían ser los menos aptos para la pelea, pero si los más aptos para calentar el ambiente, eran como los perros carea leoneses de los pastores diciendo aquello de "el que dé aquí es el más valiente" (se refería a chocar palma contra palma) para acto seguido pronunciar aquello de "otro tanto aquí en la frente" y, de esta forma comenzaba el cuerpo a cuerpo y que gane el mejor o el que más pudiera, como era el caso. De todas las formas, la sangre, que generalmente aparecía, nunca llegaba al río, si acaso propiciaba una reprimenda en casa por haberte dejado pegar. Faltaría más. Como si se motes de guerra se trataran muchos eran conocidos por el apodo, que a veces fastidiaba, como cuatro ojos, gordo, pelanas etc. Y un sinfín con los que no quiero aburrir al lector detallando. Si quiero, no obstante, relatar uno que me llamó la atención y que aún hoy sigo recordando. Se trataba de un chico que compartía juegos y peripecias con los del barrio. Era un joven, noble, robusto y, creo recordar, apto para formar parte de nuestras huestes. Se le conocía por el sobrenombre de ‘El Maza'. Por aquel entonces creíamos que dicho mote obedecía simplemente a lo contundente de su físico y, consecuentemente, a la fortaleza que aquellos brazos podían significar en los enfrentamiento con los rivales. Pero, como otros muchos misterios, con el tiempo y por relato de algún otro amigo de la calle, nos comentó que dicho apelativo o mote, ‘El Maza', provenía de la predilección que de niño tenía por los platos de cuchara y, concretamente, por las ‘alubias'. Así que de esta manera, y debido a la poca edad y de las dificultades de una pronunciación adecuada, el niño cuanto quería repetir tan apetitoso plato decía: "Mamá dame maz-alubias". Y de esta forma se despejó el porqué del sobrenombre de ‘El Maza'.

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