Aquel hombrecillo que entre espasmos orinaba sobre Exuperancia anuncia que alumbrará un nuevo periódico y algunos colegas aplauden con las orejas. He visto (leído) `orgasmentarse´ a una periodista local con la noticia, sin que pueda aducir síndrome de Estocolmo porque lo hacía desde un grupo periodístico competidor. Mal, muy mal tiene que andar la profesión, peor de lo que pensábamos, cuando los peones jalean a un jefe rival, y rival detestable.
Archivado en: Javier Cuesta, síndrome de Estocolmo, Prisa, Exuperancia, Canal 24 horas, Azorín, periodismo, periodistas, tinta
Javier Cuesta
14/5/2015 - 04:40
El sujeto en cuestión acumula tal trayectoria de poderío, conspiraciones, perversión y (al fin) de pelotazo al abandonar de mala manera su último panfleto de papel, que en cualquier otro lugar hubiera sido ejecutado profesionalmente hace mucho y de por vida. Aquí no. En un país de corrupción generalizada y mediocridad asumida los tipos así no claudican, se convierten en maestros de periodistas de provincias.
Lo mismo ocurre con su equivalente pope de Prisa, otro que tal mea, factótum a la altura del anterior que cobraba él solito tanto como cien trabajadores de su empresa, a los que despidió en un ERE colectivo: ¡doce millones de euros al año, se dice pronto! A pesar de tanta hemeroteca y en la era de lo digital, es alarmante la desmemoria, pero ese santón escribía en su rotativo hace una década, en inflamado texto de título 'El oficio de periodista': "...debemos apreciar la humildad difícil con la que es preciso ejerzamos nuestra tarea, aprender a separarnos de los fastos del palacio y apearnos de los balcones y tribunas desde los que nos saluda el poder". Así decía el que (se me ocurre) pudiera ser espejo para jóvenes colegas, como ese cachorrillo de Canal 24 horas que en su entrevista quiso noquear al invitado con 'ppuñetazos' por debajo de la cintura para contentar al gobierno que le sostiene en su puesto. Si esos son los ídolos y van a guiar a los periodistas del futuro, ya pueden las asociaciones de la prensa escribir obviedades el día de su patrón.
Azorín lo dijo hace un siglo y está vigente: "El periodismo ha creado un tipo frecuentemente enciclopédico, de estilo brillante, de suficiencia abrumadora. Es el tipo que detestaba Nietzsche: el tipo que no es nada, pero que lo representa casi todo". Y así ha acabado siendo. Los grandes periodistas ya no sudan tinta. Como vemos, si acaso la orinan. Más aún, algunos la regurgitan en formato tertuliano, esa subespecie del periodista que se dedica a opinar constantemente en nuestro nombre.
A Coruña | Albacete | Algeciras | Alicante | Almería | Ávila | Avilés | Badajoz | Barcelona | Bilbao | Burgos | Cáceres | Cádiz | Cartagena | Castellón | Ceuta | Ciudad Real | Córdoba | Cuenca | Gijón | Girona | Granada | Guadalajara | Huelva | Huesca | Ibiza | Jaén | Las Palmas de Gran Canaria | León | Lleida | Logroño | Lugo | Madrid | Málaga | Melilla | Mérida | Murcia | Ourense | Oviedo | Palencia | Palma de Mallorca | Pamplona | Pontevedra | Salamanca | San Sebastián | Santander | Santiago de Compostela | Segovia | Sevilla | Soria | Tarragona | Tenerife | Teruel | Toledo | Valencia | Valladolid | Vigo | Vitoria | Zamora | Zaragoza |
Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD