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economía / la patronal fele hace balance de 2014 y sus previsiones para 2015

Javier Cepedano: "Lo que León necesita y se merece es que todos rememos en la misma dirección"

El presidente de la patronal leonesa FELE (Federación Leonesa de Empresarios), Javier Cepedano, realizó su tradicional balance económico del pasado año y explicó sus previsiones para 2015. Cepedamo, cuya intervención ante la prensa reproducimos por su interés, insistió en la necesidad de bajar los impuestos para que las empresas tengas menos costes y puedan invertir. Además, Cepedano afirmó que "lo que León necesita y se merece es que todos rememos en la misma dirección".

Archivado en: Javier Cepedano, FELE, Fele, Federación Leonesa de Empresarios, paro, crisis, crecimiento, empleo

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gentedigital.es
25/2/2015 - 12:18

Quiero iniciar este desayuno agradeciendo a todos, en nombre de la Federación Leonesa de Empresarios, vuestra asistencia a este encuentro anual donde queremos trasladar a la sociedad leonesa nuestro análisis como empresarios acerca de la situación económica actual y nuestras inquietudes y reflexiones sobre cómo mejorar la realidad de la provincia de León.
No hay ninguna duda que el problema más importante de León y que más preocupa a los leoneses es el desempleo. Desde 2008 hemos vivido una realidad trágica en nuestras empresas y en nuestros sectores económicos de referencia que han generado una destrucción sin precedentes del tejido productivo, con cierre de empresas, con procesos traumáticos de recorte de puestos de trabajo que evidentemente han dejado muy dañada la economía leonesa.
2014 podríamos definirlo como el año del esfuerzo empresarial para dar un impulso que permitiese cambiar la tendencia negativa y poder decir que la crisis ha tocado suelo, lo cual, unido a algunas decisiones políticas, como la reforma laboral, han tenido ya sus primeros resultados favorables desde el punto de vista del empleo.
León cerró 2014, según la última Encuesta de Población Activa, con 48.000 parados, una cifra que desde la Federación Leonesa de Empresarios consideramos inasumible, pero que supone 3.300 parados menos y, sobre todo, que rompe la tendencia de incrementos consecutivos durante toda la crisis.
El otro dato positivo de la EPA es que León ganó 5.000 ocupados, aunque esta cifra no coincide con el 0,5% de incremento de los afiliados a la Seguridad Social, lo que demuestra que los esfuerzos antes mencionados han dado sus primeros frutos, más si cabe cuando los datos del Instituto Nacional de Estadística, a través del Directorio Central de Empresas refleja que la provincia de León tenía, al cierre de 2014, 31.134 empresas, 486 menos que doce meses antes.


La Federación Leonesa de Empresarios ha defendido la ‘bondad' de la reforma laboral por cuanto ha permitido, sobre todo, que muchas empresas perduren. Es cierto que ha supuesto, en muchos casos, procesos traumáticos de recorte de puestos de trabajo pero derivados de la caída brutal de la actividad. Sin esta opción, que ha garantizado la supervivencia de muchas empresas, las cifras de desempleo en la provincia de León habrían sido escandalosamente alarmantes.
Eso no quiere decir que compartamos al 100% el contenido ni la filosofía. Existe un exceso de normativa laboral, con decenas de modalidades de contratos que han redundado, a lo largo del pasado año, en un incremento de la conflictividad judicial. Este exceso de regulación, unido a sentencias como por ejemplo la de la ultraactividad en los convenios, supone un aumento de la inseguridad jurídica para las empresas que tiene, sin lugar a dudas, consecuencias directas en la creación de empleo.
Pero hay más factores que no favorecen el desarrollo empresarial y que, a nuestro juicio, también tiene consecuencias negativas para el empleo. Los incrementos de las cargas impositivas de las administraciones son claramente medidas antiempresariales que han provocado una pérdida de productividad que van contra el empleo y la competitividad, sobre todo, en un contexto de baja demanda.
Ejemplos tenemos a borbotones. A nivel nacional, se han subido las bases de cotización a la Seguridad Social, se ha producido el incremento del IVA, se han reducido, y en algunos casos eliminado, las deducciones en el impuesto de Sociedades; en el ámbito regional, se ha recuperado el impuesto de patrimonio y de sucesiones, se ha mantenido el céntimo sanitario; a nivel provincial, por ejemplo, las tasas de Gersul, con incrementos exponenciales en los últimos ejercicios; o a nivel local, con la consabida subida del IBI, el tipo máximo en el impuesto de plusvalías y en el ICIO.


A estas malas decisiones de las administraciones públicas se suma que ni entidades locales, ni administraciones regionales han logrado ajustar ni de lejos el plazo de pago a proveedores al máximo que determina la ley: 30 días.
Esto no es óbice para que los empresarios aplaudamos la decisión del Gobierno de la nación de poner en marcha el conocido como Plan de Pago a Proveedores que supuso, y en estos hay que ser claro y reconocerlo, la vía de salvación de centenares de empresas leonesas que han podido resistir y sobrevivir al grandioso endeudamiento de las administraciones públicas.
Estas circunstancias han condicionado el devenir de las empresas leonesas y, por ende, la negociación colectiva. Sería irresponsable llegar a acuerdos que condicionen la viabilidad de nuestras empresas o que no se ajusten a la situación económica de la provincia de León y de los sectores que la conforman simplemente por el hecho de salir en una foto o encabezar un titular.
La congelación salarial, en un contexto de caída de la inflación que ha permitido, incluso, que no haya menguado sino lo contrario el poder adquisitivo de los trabajadores, ha sido una bandera de responsabilidad de los empresarios con la situación de León que, esperemos, tenga traslación a lo largo de este año en futuros acuerdos laborales con los sindicatos dentro del marco de diálogo social.
2014 ha sido un año muy difícil, determinante diría yo para los sectores referencia de la economía leonesa. Las decisiones gubernamentales han llevado a la UVI a la minería del carbón, con cada vez menos peso en el mix energético pero sin que se haya determinado su alternativa dentro de un plan energético coherente.

 

La caída del consumo se ha llevado por delante gran parte del comercio tradicional, que no ha gozado de las ayudas públicas necesarias para seguir un camino de modernidad que permita estar en condiciones de competir con las nuevas fórmulas comerciales.
La construcción, por su parte, ha seguido un ejercicio de estancamiento con nula actividad en promoción, derivado de los años de excesos, y nula actividad de las administraciones públicas, algo que relataremos más adelante, y derivada de su deficiente gestión durante los años previos a la crisis.
El turismo, por su parte, se ha convertido como en toda España en un motor económico con números muy positivos a pesar de la inacción en promociones turísticas por parte de las administraciones competentes. Es sintomático. Tenemos más turistas cuando menos y peor promoción del turismo se ha realizado.
En el reverso de la moneda, nos encontramos con sectores que han seguido un crecimiento que ya venía despuntando en los años de la crisis. Son, por así decirlo, los verdaderos salvadores de la economía leonesa. El sector tecnológico ha seguido una línea ascendente, con la presencia de empresas leonesas en proyectos significativo de ámbito regional y nacional que ha derivado en un intensificación de mano de obra.
León se ha convertido ya en una referencia biotecnológica y de la sanidad animal donde la cualificación ha permitido, año a año, generar puestos de trabajo cualificados y donde la referencia de la exportación nos permite decir que las empresas leonesas son muy competitivas.
Quizás el sector que mejor ha soportado la crisis es el sector agroalimentario. Es, con los anteriores citados, el único que ha tenido números positivos a lo largo de la crisis. Para nuestro sector primario, la crisis, sin quererlo, ha sido una oportunidad.


Quisiera cerrar este análisis del pasado ejercicio con una definición, a mi juicio, contundente. 2014 ha sido un año perdido para León en inversión pública. Se ha producido un estancamiento de las inversiones productivas de las administraciones con lo que los retrasos seculares en las obras prometidas y comprometidas se han mantenido 12 meses más y nos llevan, de nuevo, a no tener respuesta a muchas de las siguientes preguntas:
.- Cuándo se terminará la integración de Feve?
.- Cuándo se llevará a cabo la integración ferroviaria de la alta velocidad?
.- En qué fase está el proyecto de la autovía entre Ponferrada y Orense?
.- Cuándo se retomará la ejecución de la autovía entre León y Valladolid? Por qué no se inicia el tramo entre Puente Villarente y Santas Martas?
.- Cuándo se abrirá la Ciudad del Mayor, cuyas obras y dotación se supone que ya están finalizadas hace más de un año?
.- Cuándo se finalizará el Palacio de Congresos, en obras desde hace cuatro años?
.- Apuesta el Gobierno por la ejecución del centro logístico de Torneros anunciado en su día como proyecto complementario a la integración del ferrocarril?
.- Se finalizará y ejecutará tal y como se definió la Ciudad de la Energía?
.- Cuándo volveremos a tener un actividad significativa y regular en el aeropuerto de León, un verdadero vehículo para la política turística y de desarrollo económico de la provincia?
Cómo decía antes, son muchas preguntas sin respuesta....

 

Y en ese camino arrancamos nuestras reflexiones sobre el año 2015, un año marcado por los múltiples procesos electorales, con las incertidumbres de la emergencia de nuevos partidos políticos que pueden, provocar escenarios de inestabilidad que frenarán la recuperación económica y que condicionarán muchas decisiones empresariales.
El comienzo de 2015 trajo consigo la reforma fiscal, una iniciativa que aplaudimos desde las organizaciones empresariales por cuanto reduce la carga impositiva a empresas y ciudadanos, lo que sin duda comienza a notarse en el consumo, en la actividad y a medio plazo en la generación de más puestos de trabajo.
Pero este escenario debe ir más allá y solicitamos una bajada sustancial de los impuestos. Necesitamos del Gobierno de la Nación más determinación en acciones como el recorte de las cotizaciones sociales, en la rebaja de impuestos indirectos como el IVA, en el impuesto de sociedades; de la Junta que decida que los impuestos de sucesiones y de patrimonio no sean una carga más para las empresas; y a nivel local, que Gersul lleve a cabo una redistribución de la carga impositiva con la elaboración de un censo realista para que no toda recaiga en las mismas actividades y que los ayuntamientos apuesten por rebajar el IBI, bien a través de la reducción del tipo, bien a través de una actualización catastral que ponga a precios de hoy lo que, actualmente, se paga a precios anteriores a la crisis. Y necesitamos que las administraciones públicas cumplan la ley y asuman que la morosidad no debe ir más allá de los 30 días.
Pedimos una reducción significativa de los peajes entre León y Astorga, y entre León y Asturias para ‘dar oxígeno' a un sector como el transporte, muy castigado, pero que a su vez le permita ser competitivo.
Es cierto que para León este año arrancó con un anuncio positivo. Por fin, y a pesar de llegar con varios años de retraso, la llegada de la alta velocidad a León parece que será una realidad en los próximos meses y el compromiso de estar a menos de dos horas de Madrid se cumplirá de una vez por todas.

Nos gustaría que buena parte de las preguntas que antes nos hacíamos sobre los proyectos de infraestructuras tengan respuesta en 2015, pero qué no sea una respuesta que aparezca sólo en los programas electorales con anuncios altisonantes en los mítines. Queremos que las promesas se conviertan en compromisos porque en León sabemos mucho de retrasos y de ello depende el futuro de la provincia y de los leoneses y esa deber ser la única prioridad de los políticos.
León necesita y se merece que todos rememos en la misma dirección. Estos primeros síntomas de recuperación no deben frenarse por culpa de personalismos, algo que nos ha condicionado y mucho en el pasado. Las administraciones públicas deben comprometerse a ir de la mano en proyectos conjuntos, a liderar la realización de las necesarias infraestructuras, a ser activas y asumir protagonismo en la captación de inversiones para la provincia de León que redunden en la generación de actividad y de empleo, como se realiza en comunidades autónomas limítrofes.
León se juega mucho este año para volver a reeditar viejas fórmulas de desencuentros que no han servido para nada.
Los empresarios pedimos, a su vez, un mayor compromiso de colaboración de las administraciones públicas, principalmente las más cercanas, con las empresas leonesas y con aquellas compañías, que sin ser leonesas, generan riqueza y empleo en la provincia.
Pedimos políticas activas de empleo, políticas decididas de apoyo a sectores como el comercio, el turismo, reclamamos respaldos contundentes a los autónomos y pymes, auténticos motores de la economía leonesa y habitualmente olvidados.
Las administraciones públicas tienen que ser un instrumento de dinamización de la actividad económica y no un freno al desarrollo, por lo que exigimos que apuesten por la externalización de los servicios que son


propios y que realizar mejor la iniciativa privada, no haciendo competencia al sector privado.
Consideramos que su función debe ser dar los servicios que le son propios y de la manera más eficiente, eliminando la burocracia y las trabas administrativas.
En este camino, nosotros tendemos la mano a los sindicatos para, en el marco de la negociación colectiva, llegar a acuerdos positivos para trabajadores y empresas. Creemos, al igual que ellos, que es el momento de la recuperación salarial como un elemento tractor de la economía leonesa pero también creemos que, en un ejercicio de responsabilidad, las propuestas deben ajustarse a la realidad económica de León y de sus sectores.
Por ello no toleraremos presiones, ni descalificaciones acerca de nuestro compromiso con las empresas y los trabajadores leoneses. La Federación Leonesa de Empresarios ha demostrado sobradamente desde su creación su compromiso con León y los leoneses, su coherencia con la búsqueda del desarrollo económico de la provincia, aportando ideas e iniciativas, favoreciendo acuerdos en el marco del Diálogo Social, alcanzando compromisos y siendo vehemente cuando ha sido necesario en la defensa de los intereses de León.
Creemos que la única fórmula coherente para lograrlo es potenciando las mesas negociadoras a nivel provincial, donde las pymes a las que representamos y que conforman el gran tejido empresarial de León sean las verdaderas protagonistas porque es el único modo de que su voz y su realidad sea escuchada
Para finalizar, no quiero dejar pasar la oportunidad para defender y respaldar la acción que está llevando a cabo Cecale en Castilla y León. La Fele, como fundadora, tiene un compromiso inquebrantable con nuestra patronal como verdadero y único interlocutor regional.

 

 

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