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Gente en León

Un amigo de León

¡Cómo se notan los días!

Y llegó septiembre. La verdad es que ha pasado el mes de agosto que, a decir de muchos, ha servido para cargar y, entre tanto, con los mismos mimbres que teníamos antes del verano, a ver qué pasa de aquí en adelante. En los primeros días de la reincorporación al trabajo (quien lo tenga) se producen los inevitables intercambios sobre la clase de moreno que cada uno aporta, siempre teniendo en cuenta que el de más lejos es mejor (o eso se cree) y todo esto con la esperanza de que septiembre sea un mes de buen tiempo que permita el lucimiento del color mencionado anteriormente y que, en la mayoría de los casos nuestros euros ha costado, antes de que llegue el mal tiempo y, con la ropa larga, se oculten los beneficios solares en nuestra piel. Septiembre es el mes de la transición.

Archivado en: Maximino Cañón, septiembre, días más cortos

Maximino Cañón
10/9/2014 - 03:30

Suele hacer buen tiempo, pero la cosa no es ni parecida, pues es que el verano, además de las altas temperaturas, viene acompañado de recuerdos, de holganza, de permisos veraniegos, de fiestas y de encuentros entrañables que sólo se pueden tener en esas fechas. La mayoría de los que han podido recrearse o pasar las vacaciones a mesa puesta, bien en el hotel o bien dando mangas a la familia, cuando se reincorporan a la actividad normal lo hacen apelando con nostalgia (algunos) al tiempo pasado y repitiendo aquellos de: ¿Te acuerdas de cuando éramos jóvenes y los pueblos estaban llenos de gente? Y ahora unos han muerto y los hijos y nietos no se acuerdan de los pueblos y otros, que ya no tienen casa, no quieren recordar aquel pasado, en el que los recuerdos no fueron favorables. Un fenómeno difícil de explicar es el la proliferación de casas restauradas o de nueva construcción en aquellas localidades en las que, a lo sumo, los habitantes que habitan a lo largo del año se pueden contar con los dedos de una mano. Lo cierto es que, aunque las cosas no estén como para tirar petardos (cohetes ni te cuento) de lo que se trata es de pasar unos días fuera del los lugares habituales. A la vuelta se mira la cuenta corriente, la tarjeta de crédito y, en vez de quejarte, cambias de conversación y te despachas diciendo "como se notas los días "aunque para adentro pienses: " y más que se van a notar", sobre todo cuando vengan los cargos de lo que tengo que pagar.

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