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Gente en León

Un amigo de León

Ya se cayó...

Había una vez un circo. Ahora hay varios en los que interpretan, se realizan y se perpetúan toda clase de números. Trabajan defraudadores, financieros, aprovechados o, simplemente, caraduras. Algunos han venido viviendo (como decía una nueva rica que conocí) ‘a todo alcanfor', sin pensar de donde salían los dineros, que se contaban en millones y de ahí cuando las escasas cantidades que muchos percibían antes de estar tocados por el ‘Hada madrina de turno' de la corrupción política y sus derivaciones: tarjetas doradas, chóferes, coches, amistades coyunturales (la mayoría de mentira) que se sustentaban por lo de ‘por qué me quieres Andrés, por el interés' etc. cuando antes muchos no tenían ni tarjetas de visita y todo ello sin ver la realidad terrenal, ni pensar en lo que podría venir después. Muchos pensaban que aquello era tocar el cielo de la opulencia con el dedo, y con otras cosas, sin pensar en ningún momento en ‘no la hagas, no la temas'.

Archivado en: Maximino Cañón, circo, defraudadores

Maximino Cañón
11/4/2014 - 03:30

Y piensas ‘ande yo caliente, ríase la gente". Entonces llegó el frío, el paro y los recortes y aquello de que ‘cada palo aguante su vela' se puso en marcha. Quienes durante años ostentaron el poderío ahora no asoman la cabeza por si les preguntan ‘de dónde sacas, pa tanto como destacas'. La gente sabe y sabía que los pájaros no mamaban, pero mientras tanto casi todos tenían nido donde cobijarse. Ahora, no se libra ni la alta nobleza de justificar los bienes o los males. Teniendo todo esto en la memoria me salta en el recuerdo la letra de una canción mexicana de hace muchos años (y que varias generaciones escucharon) cuya letra decía: "Ya se cayó el arbolito en que dormía el pavo real y ahora dormirá en el suelo como cualquier animal". Lo que pasa en estos momentos, máxime en vísperas de elecciones europeas, es que nadie quiera ser animal y si pavo real, aunque se les vean las plumas o el plumero, como más guste. Sin comentarios. Aunque todo esto lo diga con cierta ironía, lo hago recogiendo el sentir de una mayoría silenciosa que trabaja, está parada o cobra una pensión de subsistencia y que, cuando le preguntan dice que no quiere saber nada de política, por si las moscas, pero cuando está en casa o con los amigos despotrica a voz en grito sin saber qué hacer para remediar la cuestión porque, dice, para tan alta embajada no se encuentra preparado y entonces un amigo muy chistoso le dice: ¡Anda y los otros tampoco!

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