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Gente en León

Un amigo de León

¿Te acuerdas de aquellos años, y colegios?

Esta conversación surge cuando ya casi todos estamos en otra etapa de la vida y, lógicamente, en los años llamados del bienestar, aunque para algunos no lo sean tanto. Y nos encontramos con compañeros de antaño (ahora tenemos más tiempo de acompañarnos mutuamente). Hay un tema que, según la situación vivida, es siempre motivo de recuerdos y de anécdotas (junto con la desaparecida ‘mili obligatoria'). Me estoy refiriendo a que entonces las clases no eran mixtas sino que eran por sexos. Los ‘chicos con los chicos y las chicas con los chicas'.

Archivado en: Maximino Cañón, colegios, chicos y chicas, colegios unisex

Maximino Cañón
04/4/2014 - 03:30

Y así, y como la naturaleza es sabia y los impulsos juveniles no se pueden parar, y dadas las pocas ocasiones de encuentro que había entre ambos sexos, en muchos casos pasaron las cosas que pasaron. Se decía aquello de ‘aquí te pillo aquí te mato', pero lo cierto es que muchos y muchas siguen vivitos y coleando. Después llegó lo de mixto y al hilo de ello surgen conversaciones plagadas de recuerdos y de vivencias de la niñez, o de la naciente juventud, cuando compartíamos clase, colegio o pupitre y profesorado que hoy, en la mayoría de los casos y por razones de edad, no se encuentra entre nosotros. Cuando arrecia el frío o el clima intempestivo afloran esos comentarios sobre el pasado que, como vulgarmente se dice, a ‘toro pasado' todo lo que se dice va a misa, aunque uno no sea muy devoto. Paseo con Mª José y, a la vez de distraernos contándonos nuestras cuitas ya pasadas, vemos a una niña escayolada y me dice: ¡Con lo que yo hubiera dado por haberme roto algo para ir con un brazo o pierna escayolada a clase! y que el resto de compañeros y compañeras, al reincorporarte te dijeran: ¿Pero qué te pasó? Otro deseo incumplido era el haberme mareado en misa delante de todos y que las monjas me sacaran y me dieran una manzanilla o un té y, posteriormente, me llevaran a casa cual heroína del momento en loor de multitudes. La verdad es que nos conformábamos con poco y solo ansiábamos, en algunos casos, ser el centro de atención, Después con el tiempo vivimos otras aventuras más reales y, algunos/as hasta llegamos a ser concejales y otros, ¡quien lo iba a decir!, hasta alcaldes, y ¡entonces!, sin darse importancia, aparecieron las dedicaciones exclusivas y ya casi nadie se fijó en las escayolas.

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