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Apuntes de una alcaldesa

En Canal

Dícese de la expresión 'abierto en canal', aquel animal que está partido en dos, desde el cuello hasta la pelvis, y muy utilizada en asuntos de carnicería. Quizás no tan incisivo ni tajante, pero sí lo suficientemente desgarrador como para estremecer a cualquiera, ha sido el anuncio de hace apenas unos días, relacionado con la paralización de las obras del Canal de Panamá, la gran infraestructura de este país de América Central.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Canal de Panamá, Sacyr Vallehermoso, ladrones, incrementos de obra

Ana Isabel Ferreras
10/1/2014 - 01:10

Empecemos desde el principio: El Gobierno panameño saca a concurso las obras de ampliación del Canal, infraestructura crucial para su desarrollo. A ello, se presentan varias empresas de diferentes nacionalidades y se alza con el contrato el consorcio liderado por la empresa española 'Sacyr Vallehermoso', que presenta un precio a la baja de más de 1.000 millones de dólares de diferencia, en relación a la siguiente oferta; es decir, una baja temeraria en toda regla, o por lo menos así lo entiendo yo y cualquiera que tenga dos dedos de frente. Después de la desconfianza generada en su día en el Gobierno panameño e incluso de las advertencias, de otras empresas que ya preveían la imposibilidad de realizar una obra de esa envergadura a ese precio, se alza con el contrato y comienza las obras.
Hasta aquí todo normal....es el proceder habitual de las empresas de este país, ¿o es que todavía queda alguien que no se haya dado cuenta de esto? Se presentan ofertas a la baja y una vez que tienen la obra bien atada, empiezan a presentar modificaciones y ampliaciones de obra que superan con creces el precio inicial. El chocolate del oro, señoras y señores. Así es como se han estado haciendo obras en este país durante muchos años y así estamos ahora...embarrados hasta el tuétano.
Pues bien, siguiendo el modus operandi típico español, cuando llegan al 62% de la obra realizada, salen con la minuta de que necesitan 1.600 millones de dólares más en sobrecostes para acabarla, por culpa de los imprevistos ocasionados (eso dicen), y amenazan con abandonar el país si no les paga el Gobierno panameño. ¡Y lo peor de todo, es que están consiguiendo que sea un tema de estado! No me cabe en la cabeza, que este Gobierno se meta a negociar nada con nadie. Es un problema exclusivo de una empresa privada con la administración que ha contratado un servicio y no concibo que ningún ministro tenga nada que negociar en este asunto. Desde mi humilde punto de vista es un caso clarísimo de estafa en toda regla y un mecanismo habitual para sacar más dinero, ya que aquí se les ha acabado el grifo (de momento), y ahora tienen que salir fuera no a ganarse las habichuelas... ¡a seguir llenándose la saca! Hay que ver cómo empezamos el año... vaya ejemplo estamos dando de este país de pandereta, ¡qué vergüenza!, porque al final, por desgracia, llegarán a algún tipo de acuerdo que acabaremos pagando entre todos, como siempre, en beneficio de unos cuantos ladrones.

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