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Gente en León

Un amigo de León

El nacimiento de Pepín Ordóñez

Aunque suene y sea un tópico, uno siempre echa de menos a esas gentes, generalmente conocidas y queridas que, en fechas distinguidas tenían un protagonismo especial expresando sentimientos y aficiones, con la única intención de llevar un poco de felicidad a los demás. Me estoy refiriendo a José Ordóñez, el que fuera carnicero de la c/ León XIII, ( Pepin para los amigos, que éramos todos) el cual, mientras regentaba la carnicería junto a su hermana Pilar, pensaba en como iba a construir cada año en estas fechas el sentido nacimiento que con ansiedad las clientas y clientes esperaban ver mientras eran atendidas. Pepin sabía lo que era competir sanamente en los concursos que en cada Navidad convocaba el Ayuntamiento, no en vano se había alzado con varios primeros premios que con orgullo exhibía.

Archivado en: Maximino Cañón, José Ordóñez, pepín Ordóñez

Maximino Cañón
27/12/2013 - 20:22

El premio, que no compensaba siquiera el esfuerzo físico, constituía un acicate para seguir cada año buscando ideas y sorprendiendo a parroquianos y extraños que, desde el cristal del escaparate, se deleitaban señalando a las diferentes figuras que, cada año, poblaban el magnifico NACIMIENTO que Pepín había concluido, después de dedicarle con todo el cariño muchas horas para lograr diferenciarlo del anterior. Seguro que hasta Herodes desde lo alto del castillo se extrañaba al ver los ríos rebosantes de agua, los pastores felices cuidando a sus ovejas y a los Reyes Magos encarando el portal en Belén donde les esperaban los protagonistas de las Navidades: La Virgen, San José y el niño Jesús, calentándose al calor que desprendían el buey y la mula, aunque este año echarán de menos a Pepin quien, años tras año, les procuraba alojamiento. Si bien se dice que estas fechas son fechas de bullicio y de fiestas familiares, y que ello lleva implícito la alegría, lo cierto es que son celebraciones cargadas de nostalgia difícil de digerir. Pero a pesar de todo me imagino a Pepin, junto con los que regentan el cielo, dando certeras instrucciones de constructor y arquitecto navideño, montando un poblado nacimiento celestial como no habrán visto otro igual, pero con personajes reales, entre los que Pepin, por merito propio, ocupará un lugar preferente. Y como no quiero despedirme, simplemente te envió recuerdos. Hasta siempre.

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