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Gente en León

Apuntes de una alcaldesa

Excepcionalmente normales

El mundo está plagado de gente sencilla, sana, estupenda y maravillosa. Son tan especiales que suelen pasar desapercibidos, pero seguro que a cada uno de nosotros nos han hecho sentir algo singular. ¿Quién no se ha topado alguna vez, con algún vecino en uno de nuestros pequeños pueblos, o en cualquier rincón de nuestra geografía, y que sin conocer de nada nos ha brindado su animada conversación, orientándonos sobre el lugar que visitamos y la compañía sincera y acogedora del buen gentío?

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, pueblos, gente normal

Ana Isabel Ferreras / alcaldesa de Gradefes
21/6/2013 - 09:48

Estoy segura, que como en mi caso, a la mayoría de ustedes les habrá pasado lo mismo en varias ocasiones y es realmente fantástico. No hay que irse muy lejos para disfrutar de las cosas más sencillas y auténticas, solo tenemos que ser capaces de verlas y disfrutarlas.

Por contra, llenando páginas y asaltando noticieros, esto parece no ser lo importante ya que la normalidad y el buen desempeño no tienen tirón en los medios. Esto lo tienen reservado los corruptos que no cesan de aparecer (y que siempre han estado ahí), los malos gestores que son buenos ladrones, los gobernantes que en vez de echar un capote a toda esta buena gente aprovechan para cargar más sobre sus espaldas justificándolo todo en favor de la lucha contra la crisis que entre todos han provocado, mantenido y consentido.

En el caso de los Ayuntamientos hay más de lo mismo, dando por hecho que todos están bajo los caprichos del alcalde/concejal de turno; que son un pozo sin fondo en cuanto a deuda adquirida y que cobran unos sueldos astronómicos. Y la verdad es que hay muchos (desgraciadamente no son todos), que no tienen ni un solo euro de deuda, que no cobran sueldos ni asistencias desmedidas y que la ilusión es el motor de su esfuerzo. Quiero reivindicar desde aquí el reconocimiento a todos esos municipios y pedanías, que sin tanto bombo ni platillo, trabajan en la medida de sus posibilidades, por la mejora de sus pueblos y vecinos, y que además, tienen el coraje de dirigirse con normalidad y nadar contra corriente en el mundo turbulento de la prevaricación y el envilecimiento, a pesar de los esfuerzos que están poniendo los que dirigen la batuta, para que desaparezcan las entidades locales menores y los pequeños Ayuntamientos.

Por toda esa gente sencilla, callada y simplemente normal, merece la pena nuestro esfuerzo. Porque lo extraordinario de la normalidad algún día anule la excentricidad de la incoherencia.

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