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Gente en León

Apuntes de una alcaldesa

Marcaje inaugural

Inaugurar es celebrar, en un acto de apertura, la conclusión de un edificio, obra, monumento, etc., es decir, dar principio a una cosa con cierta solemnidad. Los actos de ese tipo siempre van asociados a ciertas dosis de simbolismo ceremonioso, que en ocasiones raya el disparate.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, inauguraciones oficiales

Ana Isabel Ferreras / alcaldesa de Gradefes
17/5/2013 - 01:10

Siempre me ha llamado la atención esa costumbre tan manida que existe de reflejar, lo más vistoso posible, en las inauguraciones "oficiales", el nombre del insigne personaje al que supuestamente se debe el honor de la nueva obra. Que la fecha quede perfectamente reflejada es casi un deber; que las instituciones participantes en la financiación figuren con sus logotipos oficiales, es de obligado cumplimiento..... pero que figure el nombre del cargo público de turno me parece una auténtica perogrullada.

Intento buscar el sentido que pueda tener, dejar tallado para la posteridad, el nombre completo y el cargo del susodicho/a, pero permítanme que les confiese que no lo encuentro, máxime cuando en la época en que vivimos resulta debidamente reflejado en documentos oficiales y en todo tipo de soportes, no como en siglos pasados, que se hacía imprescindible plasmar esa información a golpe de piedra tallada. Desconozco que exista alguna referencia legal o recomendación escrita al respecto, que avale estas manifestaciones, más allá de la mera práctica habitual. Algunos lo justifican como de carácter protocolario, pero como bien se indica en la definición de este término, la referencia siempre está basada en la costumbre. Y si hoy en día sigue permaneciendo en el tiempo, es porque en algún momento se comenzó a utilizar y lo que es peor, si se sigue utilizando es simplemente porque a muchos les satisface de sobremanera. Si por contra, tenemos en cuenta que la costumbre está considerada un principio del derecho, pudiera darse el caso incluso de que ¡acabara convirtiéndose en precepto!.

No voy a plantear aquí una disertación sobre el hecho de colocar en las placas inaugurales, las letras que atestigüen quién fue el personaje que en el momento del solemne acto ostentaba el cargo, aunque confieso que la idea, aunque tentadora, se contrapone con este limitado espacio.

Sinceramente pienso que estamos ante una nueva manifestación de poder egocéntrico que ostentan determinados especímenes políticos, en su exaltación exagerada de atención focalizada, que van marcando su territorio, (al igual que hace mi perro soltando su huella por doquier), dejando su particular "marca" de placa en placa y en variopintos lugares, desde el edificio más impresionante, a la última caseta en un alejado e idílico paraje. O igual es por necesidad.....como le pasa a mi perro. ¡!Vaya usted a saber!!!

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