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Gente en León

Un amigo de León

... de los panes, los peces y los hijos.

Atrás nos queda la Semana Santa que, como las previsiones apuntaban, nos trajo agua, como caída del cielo, nunca mejor dicho. Fue buena para apuntalar nuestras reservas pero como dice el refrán no se puede estar en misa y repicando las campanas a la vez y así, de esta manera, la mayoría de nuestras emblemáticas procesiones se quedaron a medias o tuvieron que dar media vuelta y... otro año será.

Archivado en: Maximino Cañon, Genarín, Entierro de Genarín, Semana Santa, Cid Campeador

Maximino Cañón
05/4/2013 - 12:56

No obstante la semana, además de Santa, siendo milagrera pues aparte de evocar al milagro de los panes y los peces, pone en practica otro más terrenal cual es la llegada de los hijos o hijas desde los lugares más dispares de la geografía, infundiendo ese calor de hogar al volver a encontrarse en casa después de mucho tiempo, eso los que han salido de aquí y tienen trabajo el resto sigue llorando esperando el milagro que proporcione un empleo y, si puede ser, en este su León. Las calles estaban llenas y, hasta Genarin era bien visto por los dineros que aportó, fundamentalmente a la hostelería, en años de pocas alegrías en el cajón. Vamos que sin armar trifulcas, como parece que ha sido esta celebración en la noche Jueves Santo, buenos son los euros que originan el recuerdo de aquel pellejero que, ni por lo más remoto iba a pensar que una vez muerto haciendo sus necesidades en la calle en momentos de poco trafico con el tiempo, y gracias a unos entusiastas seguidores, encabezados por Maximino Barthe y Fermín Carnero, iba a movilizar mas gente que el propio Cid Campeador, en sus mejores momentos de lucha contra el moro (que no contra el morapio).En fin, que cuando ha pasado casi una semana desde la finalización de las procesiones hasta hoy, es tiempo de pensar en el día a día y en lo que nos queda por penar, esperando que no sea mucho y que los milagros, aunque no deseados por todos, lleguen y nos hagan sentir que las cosas van mejor. Respetando al máximo las creencias que en estas fechas despierta la Semana Santa, no hay que olvidar la sensación más querida cual es la de la llegada de los seres entrañables quienes, como a toque de corneta, acuden cada año (si las circunstancias lo permiten) a estar con los suyos a rememorar las costumbres semana santeras que, como una herencia irrenunciable, se transmiten de padres a hijos.

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