Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas en un chalé de Leganés que no podían abandonar y eran obligadas a tomar estupefacientes.
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Había un ‘sistema de multas’ para coaccionar a las mujeres
GENTE
07/7/2023 - 00:35
La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres en situación irregular que operaba en Leganés y en Móstoles, liberando a seis víctimas. Sus integrantes contaban con tareas definidas como captadores a través de Internet, conductores que las trasladaban a otros lugares para ejercer la prostitución o controladores de las víctimas.
Las mujeres vivían hacinadas en literas en un sótano, en condiciones higiénicas lamentables, sin luz exterior, con humedades y calor. Eran obligadas a trabajar las 24 horas del día de manera ininterrumpida todos los días de la semana y a consumir sustancias estupefacientes durante los servicios sexuales, según explican los investigadores. En el chalet de Leganés y en el piso de Móstoles donde se desarrollaba esta actividad igualmente se vendía cocaína, tutsi y medicamentos empleados como potenciadores sexuales. Diez sospechosos han sido detenidos.
MENSAJE ANÓMIMO
La investigación se inició en el mes de marzo cuando, gracias a un testimonio recibido en la dirección de correo trata@policia.es, presumiblemente por parte de un cliente, la Policía localizó a una mujer que encontrándose en situación irregular era obligada a ejercer la prostitución en un chalet de Leganés junto a otras once mujeres que se publicitaban con anuncios en páginas especializadas en prostitución.
La labor de encargadas del lugar la llevaban a cabo dos mujeres de la organización que recibían los pagos por los servicios sexuales por adelantado y que traficaban con sustancias estupefacientes. Los agentes constataron que los clientes antes de llegar hacían una llamada de teléfono para ser monitorizados por las cámaras de seguridad y posteriormente una mujer abría la puerta y salía a su encuentro. Además, las mujeres no tenían llaves del domicilio, solo podían abandonarlo acompañadas cuando las trasladaban a realizar un servicio a otro lugar. Las víctimas convivían en una situación infrahumana, hacinadas en habitaciones del sótano sin ninguna ventilación. También existía un ‘sistema de multas' para coaccionar a aquellas que no hacían lo que se les pedía.
Al entrar en el domicilio, los agentes liberaron a seis de estas mujeres y se incautaron de 6.000 euros, varias sustancias estupefacientes y nuemerosa documentación.
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La banda criminal ganaba más de 3.000 euros cada día: Los agentes calculan que la banda criminal ganaba más de 3.000 euros al día y que muy poco de ese dinero iba a para las mujeres prostituidas, gran parte de ellas paraguayas. Habían llegado a España captadas por redes sociales y conscientes de a qué se iban a dedicar, pero no de las malas condiciones en las que iban a trabajar ni de que fueran obligadas a tomar drogas. |
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