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América no quiere a Hillary

La mujer de Bill Clinton, esa será la losa de Hillary Clinton al finalizar su carrera a la presidencia de los Estados Unidos. Su holgada victoria en Virginia Occidental no cambia el amplio margen de ventaja para Obama.

Archivado en: Internacional, USA, Clinton, Obama

Hillary abandera una mujer de alto estatus, aunque ella ha defendido la política social

Miguel Jorge
14/5/2008 - 11:34

Acaba de ganar las primarias en Virginia Occidental y todos los sondeos le dan como perdedora en el Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Cuando comenzó la maquinaria pre-campaña Hillary arrasaba en las encuestas; blanca, fuerte y mujer de ex presidente, incluso el affair de su marido reforzó la imagen americana de la familia, ante todo y por encima de todo. De hecho, Hillary partía con la ventaja clara del voto conservador blanco y religioso.

Decía Churchill que en una campaña eran más importantes las actitudes que las aptitudes, es quizás ahí donde Hillary pierde toda su maquinaria contra Obama, representante de la América más desfavorecida, una especie de Luther King acomodado que se lleva los votos afroamericanos, los jóvenes, que arrasa con su aspecto de chico bueno y que incluso se ha llevado de su lado a la mayoría de los artistas americanos, Hillary en cambio se ha quedado con Elton, algo más excéntrico y menos reivindicativo que los Springsteen, Sarandon, Hanks y compañía.

Raza o Sexo

Cualquiera de los dos hará historia si llega a la presidencia, una por su sexo y otro por su color de piel. Aquí existe otra gran diferencia, Hillary, abandera una mujer de alto estatus, aunque ella ha defendido la política social desde el comienzo y la ayuda a los más desfavorecidos, detrás de ella se encuentra la poderosa maquinaria de su marido, representa para muchos el pasado. Hasta su gesto se muestra frío si observamos el carácter más cercano de Obama. Barack puede ser un cantamañanas, en Estados Unidos, las elecciones a la presidencia parecen un guión de Hollywood , hay buenos, malos y buenos que se quedan en el camino. Jamás se sabe como será ese político que rezuma un aura de ganador, no hay más que ver quién está ahora.

Bush

El 4 de noviembre será el día en el que Estados Unidos (y el resto del mundo) tendrá un nuevo presidente. El legado será difícil de superar; guerras, pobreza, desconfianza, terrorismo, economía por los suelos y la imagen de una sociedad americana descreída de sí misma. Negro, blanco, hombre o mujer tienen por delante la oportunidad de la reconstrucción de un país. Hillary tendrá la de su familia

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