PlayStation Vita ha llegado a Europa. Gran potencia, conectividad y un diseño de hardware sin fisuras con dos sticks analógicos; pantalla y panel táctiles, micrófono, sensores de movimiento, cámaras, etc. Son sus armas para competir con la eterna líder, Nintendo, en el emergente mercado de los tablets y los smartphones.
Desde su estreno, PS Vita ha competido con Nintendo 3DS. Sin embargo, se trata de dos consolas portátiles muy distintas y con diferencias que ya existían en sus antecesoras. De hecho, PS Vita guarda cierta similitud con PSP, la anterior consola de Sony, pero tiene un potencial mucho mayor, tanto a nivel de diseño de ‘hardware’ como de potencia técnica.
Apuesta por la potencia
PS Vita es una consola potente, con un hardware de última generación que intenta aunar velocidad, rendimiento y consumo.
La CPU de esta consola está compuesta por un núcleo ARM CortexTM-A9 de cuatro núcleos, una memoria principal de 512 MB y una VRAM de 128 MB. Dado el tipo de juegos que la consola ejecutará, con gráficos de alta calidad, PS Vita requería un hardware de estas características. Los usuarios que hayan utilizado una PSP encontrarán que el diseño es similar, pero con un tamaño ligeramente superior. PS Vita mide 182 milímetros de ancho, por 18,6 de alto y 83,5 de largo. Sony ha tenido que ampliar las dimensiones ante el aumento del tamaño de la pantalla.
Por otra parte, su pantalla destaca por tener 5 pulgadas (ya que se su antecesora tenía sólo 4,3). Sony ha empleado pantalla multitáctil OLED que permite hasta 16 millones de colores. Esta pantalla es una de las grandes novedades puesto que la compañía nipona ha querido innovar en el campo táctil incluyendo una segunda superficie -táctil- en su parte posterior.
por Irene Díaz