“¿Qué es poesía? Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú”. Así comenzaba Gustavo Adolfo Bécquer uno de sus poemas más conocidos y románticos. Al igual que aquellos versos de Bécquer, lo que también desprende un aura de romanticismo es todo lo relacionado con Cupido, un angelito travieso que anda por ahí con rizos de oro y un arco con flechas que clava en los corazones. Dice el mito que si una flecha atraviesa a un humano este quedará inminentemente enamorado. En realidad, Cupido no es otro que el Dios del Amor y San Valentín es una fiesta cristianizada del paganismo para venerar y celebrar al dios, también conocido como Eros en Roma.
Por otro lado, estas fechas están rodeadas de más mitos, como el de la “fiesta de los valentines” en la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII. Durante la misma, se elegían a hombres y mujeres para que formaran parejas porque, aunque ahora nos parece curioso el hecho de no poder elegir de forma autónoma a nuestro compañero sentimental, antes no existía tanta libertad en este menester. Afortunadamente los tiempos han cambiado.
LA DIOSA DE LA LUJURIA
Afrodita es la madre de Eros. Es una de las diosas más envidiadas del Olimpo por su belleza. Sin embargo, nuestra cultura a veces confunde el “amor” que Venus, como es llamada en la mitología romana, representa puesto que también es la diosa de la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Es, en definitiva, la diosa de la atracción física y sexual, convirtiéndose para muchos en la diosa más llamativa y explosiva. Tanto que muchas series de la actualidad han tratado de otorgarle vida propia. Las series ‘Embrujadas’ o ‘Hércules, sus viajes legendarios’ son dos ejemplos muy ilustrativos.
por Irene Díaz