A poco más de un mes para que comiencen oficialmente las fiestas navideñas y a pocos días de dar el pistoletazo de salida a las tan temidas comidas y cenas navideñas, hay que tener claro qué se debe hacer y qué no para conseguir llegar a enero sin un kilo de más pero, sobre todo, sin problemas de salud, ocasionados por los excesos en la alimentación que, a veces, sin ser conscientes, cometemos en esos días.
El doctor Gómez y Blasco, endocrinólogo y director médico del Grupo Euroclínica, apuesta claramente por el pescado “en cualquiera de sus formas de preparación” y por las frutas. “Hay gran cantidad de frutas autóctonas y tropicales que en ningún caso van a provocar la explosión calórica que generan nuestros mazapanes, turrones y polvorones”, apunta el doctor que, no obstante, puntualiza que “no es que no se puedan probar, y más en esta época, sino que deben consumirse de manera moderada”.
También recomienza “realizar platos de cuchara a base de hidratos complejos, esto es legumbres, patatas, etc”, recordando siempre que “estamos con un nivel de consumo de proteínas cercano al 46% cuando lo razonable sería de un 15%”. Por tanto carnes, embutidos, e incluso pescado, en cantidades moderadas estos días festivos.
Al otro lado, están los mariscos, muy habituales en Navidad, pero que el doctor Gómez y Blasco recomienda que “sean consumidos con moderación por su alto contenido en proteínas, sal y ácido úrico.”
El alcohol también hay que evitarlo en la medida de lo posible. “El exceso en el consumo de alcohol durante las fiestas provoca sobrecargas hepáticas y circulatorias que hacen que nos encontremos más pesados, torpones y, además, un poco depresivos”, apunta el endocrino. Eso sí, aquellos que ya tomaban vino o cerveza de manera moderada pueden seguir haciéndolo porque está demostrada su capacidad cardioprotectora.
Como dice nuestro médico, “la falta de costumbre en el consumo de determinas bebidas alcohólicas, además de generar un importante aporte calórico nos puede traer verdaderos problemas de todo tipo”. De ahí que recomiende “beber con moderación y mantener el tipo de bebida con la que se alterna habitualmente”.
Más allá de las dietas y de los cuidados alimenticios, el doctor subraya la importancia de mantener los horarios habituales tales como el ritmo del sueño que se perturba con las noches en vela, algo que puede generar cansancio, cambios de humor e incluso alteraciones hormonales.