El verano suele implicar sol, calor, vacaciones, pero también significa para muchos universitarios la posibilidad de hacer prácticas en empresas para aumentar su formación, ya sean remuneradas o no. Cientos de estudiantes buscan dónde poder adquirir esa experiencia que les ayude a ‘entender’ el mercado laboral. Pedro García Alonso, profesor de Empresa Informativa en la Universidad Complutense de Madrid, define claramente su aportación. “Al alumno le aporta oficio, la profesión, la productividad, el estilo, el secreto de su función, la visión real del qué hacer. Le sitúa frente a la vida auténtica”, argumenta.
Las prácticas semejan fundamentales, pero “es un momento delicado ya que muchas empresas no disponen hoy en día de la carga de trabajo suficiente como para ofertar este tipo de contratos”, entiende Jorge Lens, profesor del área de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Vigo.
Relación con las empresas
Desde la docencia, apuestan también porque la empresa esté más presente en la universidad (contacto con los alumnos, adaptación de las materias al mundo profesional) y entienden que en muchos casos no deberían limitarse las prácticas de los Centros de Orientación e Información de Empleo (COIE) a quienes acaban el primer ciclo.
El aparente ‘quórum’ en el profesorado contrasta con la postura estudiantil entre quienes ya las han hecho. Valoran el aprendizaje, pero les duelen aspectos como “la presión a la que estamos sometidos”, apunta Álex Casanova tras su experiencia en elmundo.es, “el estar haciendo lo mismo que tu compañero y cobrando un cuarto de lo que cobra él”, recuerda una joven periodista que hizo prácticas en terra.es, o “que a pesar de tener un convenio con la Universidad de Vigo no me pagaron y me dijeron que se lo pidiese yo a la agencia”, recuerda Juan Manuel Alonso, publicista vigués tras su verano en Norma Publicidad (Pontevedra). Sin duda, es toda una experiencia.
