Hay procesiones de lujo, austeras, con escenas dramáticas, curiosas y con rivalidades cofrades ancestrales. La Pasión de Cristo convertida en una manifestación de fe y también en un espectáculo propio de las mejores coreografías en las que no falta la ambientación: la música y el silencio, el olor a cera quemada, a incienso y a flores recién cortadas, porque la vida termina y empieza de nuevo. En cada rincón de la provincia, una Semana Santa singular desde el día 17 hasta el 24 de abril.
328 cofradías
En una provincia con tanta historia y 328 cofradías- la Semana Santa ha tamizado todos los aconteceres y en ella se refleja desde de la tardía conquista cristiana de Al-Andalus hasta la huida de Gibraltar pasando por la militarización de San Fernando, donde los marinos trasladan a las procesiones su sistema organizativo.
Por eso, contemplando una procesión, no se han visto todas. Desde el siglo XVI, esta manifestación religiosa ha generado esculturas, bordados, música, orfebrería, vestimentas y hasta un modo de llevar los pasos, que forman ya parte del patrimonio cultural más bello de la provincia. La historiadora Ana Gómez Díaz-Franzón, en el volumen ‘La Semana Santa como patrimonio cultural de Andalucía’, de Ediciones Tartessos, ha publicado ‘La Semana Santa en Cádiz’, una espléndida radiografía en el tiempo y en el espacio de sus orígenes, de su evolución y de sus manifestaciones actuales. Como en toda Andalucía, la Semana Santa se caracteriza por la sucesión de procesiones de las diferentes hermandades desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, algunas tan antiguas como la del Mayor Dolor de Jerez, fundada por zurradores, zapateros y curtidores en 1488.