Con la llegada del mes de septiembre y el fin de las vacaciones, muchas familias se enfrentan a la temida vuelta a la rutina diaria. Los más pequeños de la casa acusan más el retorno a la normalidad, y el inicio del curso escolar se les hace cuesta arriba.
Archivado en: vuelta al cole, irritabilidad, ansiedad
Virginia Carretero
19/9/2011 - 11:16
Aunque una o dos semanas suelen bastar para que se amolden a los cambios, los niños pueden llegar a tener cierto nerviosismo y estado de irritabilidad cuando les toca volver al colegio en esta época del año.
Según el coordinador del Comité de Prevención y Seguridad Infantil de la Asociación de Pediatría Española, Jordi Pou, los más pequeños sienten miedo a la separación de sus padres, lo que les genera una angustia que se traduce en llanto. No obstante, este comportamiento no suele convertirse en una sintomatología crónica. En el caso de los niños de mayor edad, el estado de ansiedad pasajero vendría generado por el sentido de la responsabilidad que les produce la vuelta a las clases.
Pou asegura que estos síntomas se producen en la mayoría de los casos, y que sólo una minoría de los menores llega a sufrir trastornos de conducta.
PROBLEMAS DE SUEÑO
Los especialistas indican que, en el caso de los niños, puede darse una variación en los ritmos del sueño que produce que hagan un gran esfuerzo a la hora de madrugar. Es habitual que los padres sean más permisivos con ellos durante las vacaciones, por lo que en el momento de volver a la disciplina los niños pueden somatizar su malestar y mostrarse más irascibles de lo normal.
Es importante saber preparar a los niños para la vuelta al colegio, poco a poco. En este sentido, existen una serie de conductas que permitirán que el regreso a la rutina sea más sencillo. Según Pou, los niños tienen que ir adaptando su horario en los días previos al final de las vacaciones para habituarse al que tendrán durante el curso y reducir así su cansancio y agotamiento fruto del tiempo estival y del cambio de agenda. Además, se recomienda establecer rutinas fijas, y que los niños realicen tareas cada día en el mismo orden a la salida del colegio.
La actitud de los padres es una pieza clave para que los hijos sepan ver la parte divertida de volver a la escuela. Los niños aprenden por imitación, por lo que los padres no deberán darle un enfoque negativo a su vuelta a la rutina. Hablar siempre en positivo y dar mucha confianza a los niños para hacerles sentir seguros y resolver sus dudas, son las claves.
Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD