Es uno de los mejores actores del panorama cinematográfico español. Tanto por sus dotes interpretativas como por su capacidad para seleccionar personajes oscuros y complejos, llenos de matices. Uno de ellos es 'Cholo' en 'Casual Day', la última película de Max Lemcke que se estrena este viernes 9 de mayo.
"Para mí, el subtexto de los personajes siempre es más interesante de lo que realmente dicen"
Marcos Blanco
07/5/2008 - 23:51
Mientras se fuma un cigarrillo antes de comenzar esta entrevista, recuerda los primeros cortos con sus amigos en el instituto, esos intentos infructuosos por estudiar Filología Clásica e Historia o la forma tan personal que tiene para interiorizar a los personajes. Personalmente, da gusto observar tanta sencillez.
¿Cómo es ‘Cholo', su personaje en la película?
‘Cholo' es una mala persona. Uno de esos tíos especiales que no es jefe ni ‘currito'.Un ‘jefecito', un término medio. No tiene la responsabilidad de un gran jefe y por eso no tiene que rendir grandes cuentas ni nunca le va a caer un marrón demasiado gordo, pero está en un terreno en el que se mueve muy bien: el de mangonear, especular y conseguir pequeños logros. Nunca habla muy claro, nunca se sabe qué quiere, cómo lo demuestra con Marta. No es suficientemente explícito u obvio. Es uno de esos tipos que son, incluso, peores que los jefes, normalmente más claros. El personaje de José Antonio (Juan Diego) es un tipo con un código moral bastante dudoso, pero es abierto y transparente. Eso es de agradecer. En cambio, no sabes por dónde puede salir ‘Cholo' y unos cuantos por ahí, no sólo en los organigramas de las grandes empresas.
¿Qué le conquistó de este proyecto? ¿Quizá el guión?
Sí, es que el guión es maravilloso y los diálogos espectaculares. Es muy raro que caigan estos guiones en tus manos. Siempre fallan mucho los diálogos, tienes que hacerte una idea de cómo sería todo bien hecho o dicho, tienes que imaginarte alguna parte del personaje para poder definirlo... pero en el caso de 'Casual Day' los personajes venían hechos.
Si estudiamos su trayectoria profesional, siempre ha tratado de buscar personajes complejos como ‘Cholo'...
Sí, busco papeles que sean un poco poliédricos, que si dicen "te quiero" no sólo digan "te quiero", sino que haya algo detrás. El subtexto de los personajes siempre es más interesante que lo que realmente dicen. Uno siempre intenta buscar que el personaje tenga la máxima complejidad posible, porque es más divertido. Los héroes son planos, sabes lo que quieren desde el principio de la película y sabes cómo van a acabar.
¿Selecciona personajes que no tengan nada que ver con su personalidad?
Claro, buscas lo extremo, lo que no tenga mucho que ver contigo. Psicológicamente igual requiere un gran esfuerzo, pero también es más sano, de alguna manera. Exploras zonas que viene bien sacar de vez en cuando y tienes la sensación de que te purificas. Las cosas que no tienen nada que ver contigo son mucho más claras a la hora de afrontarlas. Curiosamente, cuando he hecho de bueno, esas películas apenas se han visto y todo el mundo tiene una imagen muy clavada de mí. Cuando he hecho personajes más ligeros y con más bondad, las películas no han funcionado tan bien como 'Te doy mis ojos' o 'Los lunes al sol'.
¿La película recrea situaciones cotidianas dentro del mundo laboral o trata de ir mucho más allá?
Creo que recrea situaciones cotidianas pero desde su parte más oscura, desde el secretismo, la manipulación y el lado más miserable de la condición humana. Es algo que está a la orden del día, aunque muchas veces no lo queremos ver. En esta película se apuesta por enseñar esto y quizá el final no es muy esperanzador, pero la vida es así. Es un corte de rollo continuo. La gente intenta hacer cosas. Supuestamente, piensas que si sumas esto con lo otro, vas a conseguir el resultado que buscas y luego resulta que no. Lo que te enseñan en la escuela no tiene nada que ver con la vida real. Creo que la película habla de esos códigos morales que se aprenden cuando eres pequeño y que no tienen mucho que ver con la realidad. Además, al principio estas cosas te parecen un sacrificio brutal. Como en el caso del personaje de Rui (Javier Ríos), que se encuentra ante una situación que va en contra de sus principios. Sin embargo, poco a poco va aceptando la situación y al final parece que no tiene mucha importante. De repente, sucede algo en tu vida, das marcha atrás o miras por el retrovisor y te das cuenta de que has dejado de lado muchas cosas por las que no has luchado.
¿Qué tipo de trabajador ha sido antes de centrarse en la interpretación?
Siempre que he trabajado en cosas que no tenían nada que ver con la interpretación, he sido muy currante pero nunca me ha gustado relacionarme con el poder. Si me dejas hacer lo mío, genial. Si empiezo a ver mamoneo o tengo que hipotecar ciertas cosas, entonces malo. Supongo que elegí esta profesión por eso. He trabajado de camarero, poniendo cortinas con mi padre, vendiendo publicidad.... y puedo decirte que me ponía muy nervioso en los trabajos en los que tenía que relacionarme directamente con el cliente. Por ejemplo, otros trabajos que he hecho, como repartir lubricantes a los talleres con mi padre, sí que me gustaban, porque aunque trates con el cliente el negocio ya está hecho. La autoridad es jodida cuando no la respetas, pero cuando trabajas con alguien y dudas de su capacidad para desempeñar ese cargo... Entiendo que mucha gente trabaja en esas condiciones y eso debe ser muy duro: saber que quizá tienes capacidad para hacer lo que está haciendo tu jefe.
Hablando de oficios, ¿en qué estado se encuentra el suyo?
Está jodido, sobre todo en los últimos años. También es verdad que el cine ha estado casi siempre así. Estamos viviendo una reorganización y hay que rearmarse, ver cómo van a influir las nuevas tecnologías, el nuevo papel de las televisiones en la producción, conocer como resultará la nueva ley... Es un revulsivo, pero creo que al final algo bueno saldrá de todo esto. También era un poco irreal la situación que vivíamos. Estábamos produciendo demasiado cine que no se veía ni se estrenaba, con lo cuál no creo que pudiésemos permitirnos esto durante mucho más tiempo. Hay que hacer lo que haya en demanda. Si el público va a ver un determinado número de películas, deberíamos ceñirnos un poco a eso y no hacer 150 películas para que se estrenen 70. Es una cantidad de gasto y de talento inútil, además de crear demasiadas ilusiones entre los propios trabajadores. Es fácil hacer películas y producirlas. Lo difícil es que se vean y distribuirlas. Los esfuerzos tienen que ir por ahí.
Por cierto, ¿Qué le parece esto del ‘Casual Day'? ¿Se puede adaptar a la cultura española?
No le veo mucho futuro. Supongo que si la estructura de la empresa es muy férrea, entonces sí. Tengo un amigo que trabaja en una empresa de animación y hacen este tipo de cosas. Él me dice que no sacan demasiado en limpio, porque la gente va con miedo. No van a ponerse a sacar porquería de su jefe y que les echen al día siguiente. No creo que la gente las tenga todas consigo, porque les puede suceder lo que a Almarcegui con Cholo durante la película. Que te la jueguen. Me da la impresión de que aquí las cosas se solucionan de otra manera. La gente se busca la vida como puede y si tienes que cantarle las cuarenta a uno se las cantas tomando una caña en un bar, como ha pasado toda la vida.
Lo que sucede es que pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo y hay que sacarle el máximo partido a los aspectos positivos, ¿no cree?
Sí, que vas a tener problemas ya lo sabes desde que entras en cualquier empresa, porque la situación está complicada en todas partes. Si por lo menos hay buen rollo, todo se hace más llevadero.
A nivel laboral, ¿está satisfecho con su situación actual?
No me puedo quejar, porque en nuestro sector también existe precariedad laboral. Sólo lo hago por tonterías, que no le interesan a nadie. Como cuando creo que no he hecho bien un trabajo y por un momento pienso que voy a dejar la profesión. Pero pienso que es una paranoia habitual entre los actores, porque juegas contigo mismo, estás expuesto y es difícil aceptarse a uno mismo cuando ves tu trabajo.
¿Qué proyectos tiene en el horizonte?
Bueno, estoy luchando con mi grupo 'The Ellas', haciendo cosillas y esperando para rodar. Queríamos hacer algún directo en Madrid pero es difícil juntarnos porque todos trabajan, son compositores y cada uno vive en un sitio distinto. Prácticamente, funcionamos por Internet. Hasta ahora hacíamos sólo versiones y ahora surgen ideas para grabar temas propios. A finales de verano, rodaré 'Celda 211', una película carcelaria que tiene muy buena pinta.
Por último, tengo interés en saber si actúa muy a menudo en su vida diaria...
Creo que todo el mundo actúa. Yo cada vez menos. Supongo que porque me canso de actuar (risas) cuando estoy trabajando. Cuando era un chaval, con 17 años, estaba todo el día actuando. Era algo exagerado. Siempre creando, montándome películas en la cabeza. Ahora veo vídeos caseros que grabábamos cuando estábamos en el instituto... y saturan.
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