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El mundo de la fotografía da su último adiós a Miguel Oriola

Impartía clases en la Escuela de Fotografía y Cine (EFTI) de Madrid. Dejó una gran huella a nivel profesional y personal.

Archivado en: fotografía, Miguel Oriola, EFTI

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Fotografía de uno de sus alumnos, Pablo Guadaño (@PabloWada)

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F. Quirós
13/11/2020 - 13:52

Inevitablemente, todos acabamos protagonizando, antes o después, el mismo plano, un fundido a negro que no se sabe en qué termina. Los creyentes hablan de una segunda parte, mientras que los agnósticos no dan opción siquiera a unos títulos de crédito. De una forma u otra, el espejo de la muerte está mucho más presente de lo que creemos en nuestras vidas. Noticias como la defunción de Miguel Oriola así lo confirman.

A sus 77 años, este alcoyano ilustre se despedía para siempre y lo hacía como solo lo pueden hacer los grandes: dejando un legado que perdura mucho más que el simple recuerdo de un nombre o un cargo. Miguel Oriola fue maestro de maestros, luz donde solo había oscuridad, el negativo de la mejor fotografía que se pudiera tomar.

A veces hace falta que una persona se marche para descubrir su grandeza. En el caso de Oriola su trayectoria ya hablaba por él sin el triste trago de tener que pasar por un tanatorio. Muchos fotógrafos reconocen en él a la figura que les formó, pero sobre todo al hombre que les inspiró a desarrollar su profesión como un arte, no como una simple rutina de esfuerzo y recompensa.

Su huella queda patente en muchos sitios, pero especialmente en la Escuela de Fotografía y Cine, la prestigiosa y madrileña EFTI, donde impartía clases en el amplio sentido de la palabra: dejaba lecciones, profesionales y de vida.

Desde allí aseguran en un sentido texto que "Miguel Oriola hubiera odiado que estuviésemos escribiendo estas líneas, nos llamaría "cursis", "ñoños"... y los que tuvisteis el placer de conocerle lo sabéis". Da igual. Lo justo y necesario es dejar unas líneas que trasciendan más allá de la fugacidad del momento, que sirvan para engordar la colección de instantáneas que regaló. Descanse en paz.

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