El número uno del mundo sigue con la esperanza de reeditar el título conseguido en 2008 después de eliminar en cuartos de final al sueco Robin Soderling en cuatro mangas por 3-6, 6-3, 7-6 y 6-1.
Archivado en: tenis, Rafa Nadal, Wimbledon, Soderling
gentedigital.es/F. Quirós
30/6/2010 - 19:06
Los problemas en su rodilla, el poderío Soderling y la superficie de Wimbledon, más apta para el juego del tenista sueco. Con todos estos interrogantes se plantaba Rafa Nadal en los cuartos de final de Wimbledon. Sin embargo, ninguno de ellos fue obstáculo para que el número uno del mundo se plante en semifinales del tercer 'grand slam' de la temporada.
Salió Soderling mucho más enchufado y en un abrir y cerrar de ojos se colocó con un marcador de 5-1 a su favor. La potencia del servicio del sueco y los golpes de derecha minimizaban a Nadal que esperó pacientemente a que el juego de su oponente bajase enteros. No le importó al balear incluso ceder el primer set para ello.
Con fuerzas renovadas y la certeza de lo que debía hacer para doblegar a su oponente, Nadal rápidamente logró un 'break' que encarrilaba el set. Pasaban los minutos y el número uno del mundo se iba sintiendo más cómodo sobre la pista. Así, la segunda manga se cerró con 6-3 para él.
SUSTO EN EL TERCER SET
Las dudas comenzaban a atenazar a Soderling que iba claramente de más a menos. El sueco vio como en el cuarto juego del tercer set Nadal cobraba ventaja en el marcador gracias una rotura de su servicio. El cansancio empezaba a pasar factura al último finalista de Roland Garros que tuvo que pedir la asistencia del fisioterapeuta ante un problema en su pie derecho cuando el marcador era de 5-4 para Nadal.
Los cuidados médicos surtieron un efecto de carácter inmediato. Nadal no pudo cerrar el set con su saque gracias a la agresividad de Soderling al resto. El sueco volvía a entrar en el partido y el parcial se iba a decidir en el 'tie break'. Allí Nadal tiró de experiencia y calidad para colocarse con una ventaja de 3-0 que a la postre fue definitiva.
Soderling quedó tocado mentalmente tras esa 'muerte súbita'. Nadal, calculador como pocos, lo intuyó desde el otro lado de la pista y en el cuarto juego logró otro break que supuso el comienzo del final del partido. El sueco tiró la toalla y no fue capaz de hacer más juegos a un Nadal que sigue con paso firme sobre la hierba de Wimbledon. El número uno ya está en semifinales.
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