El hecho de ser bicampeona de España no exime a esta soriana de tener que compaginar la práctica deportiva con sus quehaceres profesionales. Lamenta que para llegar dentro de esta disciplina es más importante tener patrocinadores que talento pilotando.
Archivado en: motociclismo, Cristina Juarranz
Francisco Quirós
20/7/2018 - 00:27
España ha sido, históricamente, un caladero destacado a la hora de aportar pilotos al Campeonato del Mundo de motociclismo. Sin embargo, esa fiebre por las dos ruedas no se limita sólo a los Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa o Marc Márquez. Detrás de ellos hay muchos nombres anónimos que compiten en algo que para ellos es una verdadera pasión, compaginándola con sus obligaciones académicas y/o profesionales.
Este es el caso de Cristina Juarranz, una soriana afincada en Madrid que, a pesar de no copar portadas ni aparecer en los informativos, cuenta en su palmarés con dos títulos en el Campeonato de España de Velocidad Féminas. Su afición, sin embargo, no se remonta como en otros casos a la infancia. "Iba por la carretera de ruta con los amigos, cuando, por suerte o por desgracia, vi un accidente serio. Digo suerte porque eso me enseñó que no se puede correr en la carretera. Me apunté a un cursillo en un circuito y ya el primer día me dijeron que pasara directamente al grupo de rápidos. Siempre he tenido la competición en la sangre, ya que de pequeña competía en atletismo y además me gustaba el mundo del motor, se me despertó el gusanillo", recuerda a GENTE.
Desde entonces, su progresión ha sido meteórica, aunque no se conforma con los logros alcanzados: "Los retos los tengo, pero al final no he conseguido los medios necesarios para alcanzarlos", lamenta.
EL ÉXITO TIENE UN PRECIO
Y es en este punto, en el aspecto económico, donde Juarranz ha encontrado un freno mucho más severo que el de su moto: "Hay mucha gente con talento que no puede llegar lejos por motivos económicos. Luego hay otros con menos talento que, por lo que sea, consiguen el dinero necesario y pueden abrirse camino por constancia. Creo que, en estos momentos, es más importante tener patrocinios que talento para pilotar. Es una pena, pero es así, dependemos tanto del dinero que hay mucha gente buena que se queda atrás", explica.
En este sentido, Cristina Juarranz se muestra inmensamente agradecida al I+Dent Racing Team, un equipo al que está ligada por partida doble: dedica su actividad profesional a trabajar en esta clínica odontológica. "Para compaginar ambas cosas, que la empresa esté involucrada contigo es fundamental, además teniendo en cuenta que es un deporte de riesgo; me facilitan mucho las cosas para asistir a las carreras y las sesiones previas de entrenamiento".
Hablando de la preparación, la soriana hace especial hincapié en la necesidad de educar al cuerpo para manejar una moto que, en su caso, es de 1.000 centímetros cúbicos, y al mismo tiempo preparse psicológicamente; "hay que estar al cien por cien en ambas facetas", todo pensando en su gran sueño y objetivo como piloto: codearse con los mejores, independientemente del sexo.
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Las lesiones y el machismo, otros dos rivales a batir: Asegura que desde muy joven está acostumbrada a competir con chicos. "Como el campeonato femenino es bastante reciente estoy más habituada a competir con ellos que con ellas", explica antes de pronunciar una frase que debería servir para reflexionar: "Me he encontrado más machismo fuera de la competición que dentro". Sobre este asunto, Juarranz pone en valor el hecho de que "en el circuito todos sabemos lo que cuesta llegar allí, el sacrificio que conlleva, y por eso nos respetamos independientemente del sexo, edad o apariencia física". Desgraciadamente, fuera de los trazados, la experiencia es diferente, teniendo que lidiar con frases como "ten cuidado, que no sabes lo que llevas entre las piernas", o "si una mujer me adelanta tiraré mi moto al suelo". Pero dejando a un lado esa triste realidad, otro de los enemigos al que se tiene que enfrentar Cristina Juarranz es al fantasma de las caídas. De hecho, recientemente sufrió una un tanto aparatosa en Motorland (Aragón) que le ha hecho perderse alguna carrera de las que tenía planificadas. Esos percances reconoce que dejan una secuela psicólogica, al margen de las evidentes heridas físicas, "sobre todo en cuanto a caídas que no sabes por qué se han producido". "Cuesta retomar el 'feeling' con la moto", asegura. |
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