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CINE: ESTRENO

'The Artist', un emocionante guiño al origen del séptimo arte que te deja sin palabras

Este viernes se estrena en España 'The Artist', una de las películas más esperadas de los últimos tiempos y candidata a llevarse numerosos galardones en la próxima edición de los Oscar. No descarten que logre el premio al mejor filme, ya que a la pulcritud artística que ofrece su contemplación hay que añadir un homenaje fabuloso al séptimo arte, redondo como pocos en las formas y en el fondo.

Archivado en: cine, estreno, The Artist, Michael Hazanavicius, Jean Dujardin, Bérénice Bejo, Hollywood, Oscar

gentedigital.es/Marcos Blanco Hermida
16/12/2011 - 00:00

Todo esto invita a un reconocimiento histórico, más allá del aplauso y de la emoción que transmitirá a los espectadores. A un justo guiño mediático debido a la osadía que supone lanzar una producción muda en blanco y negro cuando nuestros días transcurren en la era digital, ese período en 3D más pendiente de los escenarios o de los planos imposibles que de una gestualidad profunda, desnuda, bañada en una atmósfera musical paralela al latido de los protagonistas. Un primer plano prolongado que dice mucho más que un millón de sílabas. Las palabras se van con el viento, pero las miradas no se borran y hablan por sí solas.

'The Artist' funciona como un caramelo audiovisual tan goloso que parece un chiste el presupuesto de 13 millones de euros que se ha manejado para hacer la película. El director y guionista francés Michael Hazanavicius, encargado de ambas facetas en esta producción, lidera un proyecto que ha obtenido la admiración del público en los festivales de San Sebastián y Sevilla. Esta sabiduría popular suele constituir una buen termómetro para medir el impacto posterior de la cinta -que no indica necesariamente calidad aunque en este caso sí la ofrezca- y aquí existe un buen ejemplo. Tampoco cabe obviar la distinción a Jean Dujardin como Mejor Actor en Cannes, aunque Bérénice Bejo merece idénticos piropos por su excelente interpretación. Parecen dos estrellas rutilantes de los años 20, cuando ambos pertenecen a la generación de los 70.

Dujardin se convierte en George Valentin, una estrella del cine mudo en el Hollywood de 1927, y ella hace el papel de Peppy Miller, una fan con la que sale fotografiado de forma casual en la presentación de su último éxito cinematográfico. Con el sueño de ser actriz y la doble admiración que siente por Valentin (profesional y personal), acude a los estudios donde deslumbra el personaje de Dujardin para participar en unas pruebas. Ambos coinciden en la grabación de una película y el amor que surge entre los dos acaba eclipsado por el destino de sus carreras artísticas. La industria decide enviar al ocaso a Valentin con la llegada del cine sonoro y éste tampoco pondrá de su parte, negándose a aceptar una nueva realidad que encumbra a Miller.

El cruce anímico de destinos y actitudes dará lugar a un éxtasis fílmico inolvidable, que aunará drama y felicidad. Como la vida misma. Bravo.

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