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David Otero: "Declarar la guerra a la inteligencia artificial no es la mejor manera de enfrentar lo que viene"

Las reflexiones sobre esta nueva herramienta llevan al artista madrileño a dar forma a su nuevo disco, ‘Inteligencia natural', que verá la luz en septiembre.

Archivado en: entrevistas, cultura, música, David Otero

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Foto promocional de David Otero

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"Para crear este disco hemos hecho todo más natural, con un enfoque distinto"

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Francisco Quirós Soriano
23/2/2024 - 00:40

Las inquietudes musicales de David Otero no tocaron a su fin cuando se cerró la brillante y exitosa etapa de El Canto del Loco. Desde entonces, el artista madrileño firma una trayectoria en solitario que tiene como nuevo hito la publicación de ‘Inteligencia natural', un disco que verá la luz en septiembre y cuyo primer adelanto, ‘Estrellas y fantasmas' toca un tema destacado dentro de la actualidad.

El primer adelanto de tu nuevo álbum es 'Estrellas y fantasmas'. Viendo la letra de esta canción, parece un tema necesario para los tiempos que corren.
Para mí sí, por eso escribo canciones, me hacen muy bien a mí mismo y me permiten entender mi vida mejor que sin ellas. Realmente no sé cuál es el motivo por el que me dedico a hacer canciones, pero sí sé que cuando voy evolucionando el proceso de crearlas, entiendo mejor quién soy, qué es lo que me pasa y cómo me siento; es mi forma de hablarle a la vida. Cuando pienso qué quiero contar en mi disco o en las próximas canciones, lo primero que hago es parar y preguntarme si tengo claro cuál es el foco y el enfoque. Me planteo un psicoanálisis sobre lo que quiero contar y ahí doy con una persona que mola mucho, Pablo Rabinovich, y empezamos a tener conversaciones online todas las semanas. Hablamos sobre las cosas que de verdad nos mueven, y ahí llego a la conclusión de que una de las cosas que más me preocupan es la forma que tenemos de comunicarnos hoy en día las personas, que es la clave de lo que está pasando: usamos el móvil, redes sociales, ChatGPT... La vida del ser humano es pura comunicación. Los cambios en la comunicación gracias a la evolución tecnológica nos está haciendo mutar como seres humanos. Empezamos a reflexionar muchísimo sobre qué implica, cómo lo vivo yo y todo mi entorno hasta ampliarlo a lo político, lo ambiental y lo global en definitiva. Con una serie de preguntas sobre todo esto voy escribiendo canciones, no temáticas pero sí tienen algunos argumentos sobre todo esto. La primera que sale es 'Estrellas y fantasmas' que tiene un poco que ver con el momento que viví en El Canto del Loco y el éxito, cómo fue, qué ven los demás, qué piensan que eres y qué eres en realidad. Esta canción habla de todos los contrastes, hay gente que, como las estrellas y los fantasmas, vienen y desaparecen, otras veces lo eres tú mismo.

Entiendo, entonces, que todas estas reflexiones estaban ya contigo desde hace un tiempo.
Sí, pero no te das cuenta hasta que te haces las preguntas adecuadas, por eso es necesario hacer un trabajo de investigación. Yo sí que me preguntado durante muchos de mi vida quiénes somos y hacia dónde vamos. Por ejemplo, cuando surgió la piratería en el mundo de la música y todo el mundo hablaba del 'top manta', a mí me extrañaba que la gente se preocupara tanto, miraba a los teléfonos, mucho antes de que surgieran los 'smartphones', y pensaba que no iba a pasar mucho tiempo hasta que lo tuviéramos todo en un dispositivo y no haría falta tener CD. En este momento estamos ante otro cambio con la inteligencia artificial, lo usamos como una herramienta pero, al mismo tiempo, lo vemos como una amenaza, qué riesgos tiene. Cuando era muy pequeño me gustaba mucho una película 'Juegos de guerra', que plantea un desafío entre un 'hacker' y un sistema de inteligencia artificial. Otro ejemplo es '2001: una odisea en el espacio', que es una de mis películas favoritas, han pasado muchos años y ya se planteaba hacia dónde iba el futuro de la humanidad. Ahora ya nos enfrentamos a que todas esas inquietudes, que antes eran ficción, están cristalizando, son realidad, por lo que tenemos que investigar sobre ello de verdad. Por eso, a mí, generar un disco con canciones que se pueden entender por ahí, o no, me parece muy interesante.

¿Cómo te llevas con las redes sociales?
Cuando me abruman, las quito y me las saco de encima. Si voy a un programa de televisión, ni se me ocurre entrar en Twitter, lo he hecho anteriormente y es de las peores decisiones que puedes tomar; esa red social es como la boca del Metro, por ahí pasa todo el mundo, desde gente a la que le puede gustar lo que haces hasta otros que te ignoran pasando por algunos que te insultan. Hay que ser consciente de lo que es y de cómo actúa la gente, pero nos lo acabamos llevando a lo personal, así que, cuando pasa todo eso, yo lo expulso de mi vida.



He leído una reflexión muy interesante que haces sobre qué proyectamos en las redes sociales. Muchas veces, especialmente en Instagram, tendemos a exhibir aspectos idílicos, escondiendo la vulnerabilidad. ¿Crees que se debe a la vergüenza o simplemente repetimos patrones de otros usuarios?
Creo que es porque estamos diseñados para eso como seres humanos. La evolución nos ha llevado a  un escenario en el que hay alguien que proyecta qué tienes que ser, y eso ha sucedido generación tras generación, lo que nos lleva a estar predispuestos genéticamente a intentar mostrar lo mejor de nosotros ante los demás, es nuestra forma de comunicarnos. De eso habla este disco y esta canción en particular. En tu intimidad está la respuesta a tu verdadera esencia; lo que mostramos es para lo que estamos hechos: exhibir lo mejor sobre un escenario, un púlpito o en cualquier otro lugar. Llevamos miles de años de evolución para esto. Cuando te dan la posibilidad de no necesitar un escenario para mostrar qué estás haciendo, se puede decir que todo ha cambiado, tanto la forma de pensar, de emocionarnos o de invertir nuestro tiempo de ocio. Por eso, me pregunto si quiero dedicar tanto tiempo a ver a gente en su púlpito, y me doy cuenta de que, en algunas ocasiones, no me apetece.

En la época de El Canto del Loco te gustaba salir, tras acabar los conciertos, por la parte trasera del escenario e ir caminando al hotel mientras te comías una manzana. Da la sensación de que tenías los pies en la tierra, ¿en alguna ocasión ha sido difícil abstraerte de todo eso que rodea al éxito?
Fíjate, te puede resultar más complicada esa situación en una negociación con una discográfica, el público no tiene por qué ser determinante para que te creas que eres algo que no eres o mostrarte altivo o prepotente, puede darse en otras circunstancias distintas de la vida. Por supuesto tener un proyecto de éxito como fue El Canto del Loco siempre te da la tentación de tener un concepto de ti mismo que no es. A mí me encantaba hacer ese ejercicio porque me gusta mucho el contraste, ahí se entiende muy bien quién eres y dónde estás, por eso siempre lo he buscado, tanto en ese ejercicio de salir por la puerta de atrás cuando todo el mundo se ha marchado como cuando acababa una gira de mucho éxito e iba a sitios donde las cosas no eran tan fáciles, recorrer mundo de verdad y ver la realidad vital en otras circunstancias, ser consciente de que somos privilegiados y que el mundo está lleno de millones de personas que están sufriendo mucho más que nosotros y que, sin embargo, son felices con lo que tienen. Viajar es una suerte y es algo a lo que he dedicado mucho tiempo, esfuerzo y recursos económicos para que ese contraste me diese un concepto de quién soy. Podía pasarme dos meses por Perú viajando; cuando llegas allí con una mochila, ya no eres el que está encima de un escenario y al que todo el mundo quiere, no, vuelves a ser David. Era una bendición entender que la vida tiene muchas dimensiones.

Antes comentabas que en estas canciones había una especie de hilo argumental. Respecto al sonido, ¿también sigue esta línea?
Sí, también. El disco lo hemos querido grabar tal y como lo hacíamos antes, exactamente por lo mismo. Estamos llenos de herramientas virtuales que nos hacen el trabajo más fácil, todos trabajamos con inteligencia artificial en nuestros proyectos musicales, como el autotune, yo uso mucho un programa que se llama Logic Pro que está plagado de IA para ayudarte con aspectos como la ecualizaciones, programadores de baterías... Son herramientas fantásticas, pero a la hora de crear este disco lo hemos hecho todo con las manos, mucho más natural, que sea de verdad. Hemos grabado con mis músicos, hemos creado el sonido de la banda en directo, probando cosas, cambiando arreglos... Veníamos de grabar discos con mucho ordenador, pero a este le queríamos dar un enfoque distinto. El disco se llama 'Inteligencia natural', pero no es una guerra contra la inteligencia artificial. Oigo a mucha gente que está abanderando una guerra contra la IA, creo que no es la manera de enfrentarse a lo que viene. Seguro que el que inventó la rueda también tuvo críticas y mira dónde nos ha llevado.

En el trabajo de producción ha estado muy involucrado Tato Latorre, a quien conoces bien. ¿Es para ti imprescindible que haya buena sintonía con las personas con las que trabajas, o puede ser independiente?
No, para mí es fundamental. Antepongo la relación personal, la forma de entenderme con los demás, al talento. En este caso están ambas cosas, pero si me propusieran dejar de trabajar con Tato para hacerlo con alguien con más talento que es un gilipollas, no lo haría. De todas maneras, dudo que haya muchas personas con más talento que Tato para producir. Es mi amigo, nuestros hijos tienen la misma edad y, cuando vienen a Madrid, se van juntos por ahí, es algo guay.

Con Tato y Bely Basarte creaste otro proyecto, 30s40s50s. ¿Qué vías artísticas te permitió explorar?
El desmelene, que es algo muy difícil de hacer en tus propios proyectos, reconozco que cuando tú te expresas de una forma individual, a pesar de que tengo un equipo maravilloso detrás, al final te colocas en una posición personal. En cambio, cuando creas un grupo sabes que te puedes desmelenar y hacer el loco porque sabes que hay unas paredes de contención que la propia banda, puedes jugar de otra manera, hay otras reglas, y yo he vivido el momento grupo muchos años, es algo que me hacía falta, he nacido y he crecido musicalmente dentro de grupos. Me di cuenta de que llevaba 12 años sin tener un grupo, algo que compartían Tato y Bely, así que de repente hicimos un grupo para nosotros. Ni siquiera lo íbamos a editar, pero el proyecto nos pareció tan divertido y tan cachondo que lo acabamos haciendo, aunque realmente nos daba igual quién lo escuchase. Cuando llegue el momento de hacer otro desmelene, lo haremos.

Un poco más atrás en el tiempo, en 2020, publicabas 'Otero y yo', con una revisión de temas tuyos. 'Una foto en blanco y negro' tuvo mucho reconocimiento. ¿Te esperabas que esta canción fuera a tener una segunda vida tan destacada?

No, de hecho estaba acojonadísimo, España no es un país de versiones, sobre todo a nivel de cultura pop, no aceptamos mucho esas versiones. Creo que tiene mucho que ver con los recuerdos que te evoca la canción original, no quieres que nadie altere eso. Fue una de las razones por las que durante un tiempo me desinstalé Twitter e Instagram, había mucha gente que se sentía ofendida por esta versión, pero siempre entendí que lo hacían porque veneraban ese recuerdo. Había comentarios muy agresivos. Sin embargo, esa canción ha tenido mucha capacidad por sí sola de supervivencia, de reinventarse. Me pasó algo curioso: tenía en una cinta de casete un boceto de esta canción y la presenté para el primer disco de El Canto del Loco, pero no cuajó. En el segundo disco pasó lo mismo. Ya para el tercero gustó y la grabamos en una maqueta. Se la enseñamos a la discográfica, que entonces era Sony Music, y el presidente nos dijo que esa canción no podía ir en el disco, que ya habíamos hecho muchas veces una canción así. Éramos chavales de 22 años, así que nos encantaba llevar la contraria, era muy divertido, y nos empeñamos en meter la canción en el disco. El espíritu de El Canto del Loco tenía que ver mucho con eso. No era nada violento ni conversaciones agresivas. Cuando salió en el disco, en 'Estados de ánimo', estaba de las últimas, teniendo en cuenta que nosotros las ordenábamos por el orden de más probabilidad de que fueran a tener más éxito. 'Una foto en blanco y negro' estaba la décima de doce temas. Vimos que la canción iba teniendo un buen recorrido en los directos, así que la sacamos como single de despedida, aunque ni siquiera sonó en las radios. De una manera natural y un tanto orgánica, esa canción fue evolucionando hasta que yo la versiono y la vuelvo a poner en el escaparate. Gente de diferentes generaciones han terminado reconociendo su belleza. Me alegra de que la composición de Dani y yo perdure en el tiempo y que sigue teniendo una barbaridad de reproducciones al día en Spotify.



Hemos hablado del pasado y del presente, hagámoslo del futuro. ¿Qué nos puedes anticipar sobre este álbum y qué expectativas tienes?

Sacaremos el disco en septiembre. Son nueve temas, hemos querido hacer un disco corto, pero ofreciendo todos los recursos a esa selección de canciones, porque tenía material para hacer uno más largo e incluso doble. Nos hemos enfocado en esos nueve temas y les hemos dado la mejor 'performance'. Me apetecía hacer un disco corto, me parece bueno hoy en día, no quería perderme en un discurso que te da la opción de hacer muchas canciones. Presentaremos el disco el 15 de noviembre en Barcelona y en Madrid el día 16. Realmente empezamos a tocar ya, hemos estado en Mallorca y pasaremos por muchas localidades. 

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