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La alfombra roja ya está preparada en el recinto Feria de Valladolid para que este sábado 10 de febrero el cine español celebre su gran fiesta anual. La gala de los Goya congregará a directores consagrados, como Isabel Coixet o Juan Antonio Bayona, con otros noveles que aspiran a vivir su momento de gloria. En este último grupo se sitúa Amaya Villar Navascués gracias a su ópera prima, ‘Contigo, contigo y sin mí'.

El talento de Villar fue captado por Montgó Films, una productora que tiene en Carlo D'Ursi a su gran cara visible.

Sobre el origen de esta cinta, 'Contigo, contigo y sin mí', ¿cómo os llega esta película?
'Contigo, contigo y sin mí' la encontramos desde Potenza y Montgó Films, de manera complementaria, en las residencias de la Academia de Cine, que son unas residencias que se desarrollan en Madrid para autores de toda España que tengan proyectos de alto carácter artístico y que, durante un año, son incubados con un tutor, que en este caso fue Fernando León de Aranoa.

Respecto al 'pitch' con el que la directora, Amaya Villar Navascués, describió el proyecto, ¿varió mucho el resultado final?
Los documentales son un instrumento cinematográfico vivo, por lo tanto la variación entre la propuesta y el resultado definitivo es altísima. En este caso específico no lo fue tanto porque el material con el que contaba Amaya fue grabado en los últimos 20 años. Después del 'pitch' pude visionar ya unos 40 minutos de todo el material. Lo que varió es la manera de enfocar el montaje, que en realidad es una forma de hacer guiones, porque en el documental consiste en guionizar.

Amaya Villar Navascués tiene experiencia como montadora. ¿Ayudó esto a la hora de desarrollarlo?
'Contigo, contigo y sin mí' es una oda al montaje, de principio a fin. En este caso, el hecho de que ella fuera montadora es algo que no solo ha facilitado, sino que era algo fundamental para el proceso, estamos hablando de un material tan personal que tomado de la mano de otra persona seguramente no habría tenido la misma emoción de cara al público, en realidad es una carta a corazón abierto sobre los amores y desamores de una mujer entre los 20 y los 40 años y su búsqueda de la maternidad.

Por llevar ese sello tan personal, ¿cómo ha vivido la propia directora el proceso de creación?
Ha sido un proceso largo, intenso y, a ratos, doloroso para la autora y para quienes estuvimos a su lado. Lo que sucede es que en la vida los desafíos conllevan riesgos como el dolor, la desesperación y la crisis, pero, al mismo tiempo, oportunidades como poder hacer una película tan preciosa como esta.

¿Qué ha sido lo más complejo desde el punto de vista técnico?
Lo más complejo ha sido poder levantar la financiación y organizar este material de forma que pudiera ser entendible sobre el papel antes de ver el resultado final. Cuando buscamos financiación para un proyecto nos apoyamos en un dossier, y explicar en un dossier la vida de una persona de 20 años y dar la impresión de que esto es suficientemente interesante para crear una película y que, a su vez, esta película sea financiada es muy complejo.

Cada director/a siente una película prácticamente como si fuera un hijo. En el caso del productor, ¿qué sentimientos genera?
Yo tengo dos hijos, así que entre lo humano y lo cinematográfico he aprendido a diferenciar mucho. Cuando ves el producto acabado y miras atrás lo que sientes es una gran satisfacción en realidad, porque lo importante siempre es hacer las cosas en cada momento de la mejor forma posible, es decir, lo importante es el camino. Todos son pasos que se dan, por eso cuando miras algo que ha terminado bien, con un balance positivo a nivel emocional, financiero y de reconocimiento, sientes satisfacción por todas las veces que has disfrutado de cada parte del camino, y aprendizaje por todas las veces que no has disfrutado.

¿Cómo recibiste la nominación a los Goya?
La nominación a los Goya es fruto de un trabajo muy meticuloso y planificado de marketing y microsegmentación hacia nuestro público objetivo, realizado entre Montgó Films y sus coproductores, es un trabajo a varias manos que yo he liderado. Como el trabajo había sido tan exhaustivo, la nominación me ha pillado a la vez muy sorprendido, sabía que nuestros competidores eran complicadísimos, y al mismo tiempo con mucha tranquilidad porque entendía que era la consecuencia de algo. Podía no ocurrir, esto es como experimentar en la cocina, los grandes chefs no saben qué va a salir de la mezcla de unos ingredientes, pero cuando sale un plato muy bueno saben por qué. La noticia de la nominación me llegó en Argentina, estaba en otro huso horario, me desperté con más de 100 mensajes. Me ilusionó mucho, no me lo esperaba.

¿Cómo de difícil es colocar una película de carácter documental en el circuito de salas de cine?
Podemos hacer una película de esto que se llame cómo colocar una película documental en cines y no morir en el intento. La sobrepoblación de película en el circuito cinematográfico lo hace prácticamente imposible, la única manera de poder estrenar un documental en cines es encontrar unas perchas como una nominación a los Goya o algo mediático como un documental sobre C.Tangana, porque hay una 'celebrity'. El espacio para los documentales es muy pequeño, si para el cine independiente es pequeño, para los documentales es mínimo, pero si encuentras esa percha, consigues hacerte un hueco. Estamos muy orgullosos de haber estado en más de doce provincias.

Ahora mismo la película está disponible en Filmin. Plataformas como esta, ¿suponen una ventana real para su exhibición o también es complicado incluirlo en sus catálogos?
Es más accesible que las salas de cine, desde luego, las plataformas han democratizado el consumo cinematográfico y permiten que los nichos puedan dirigirse, de hecho en Filmin hemos tenido más de 9.000 espectadores. Es ahí donde puedes tener un gran resultado, llegas a tener una penetración mucho más real en tu nicho, está a disposición de más personas, mientras que una sala de cine hace que sea más complicado acercarse a ella.

¿Hay predisposición por parte de los productores para financiar películas así?
Estas películas no se financian a través de inversión privada, no existirían si no hubiera financiación pública y televisiones públicas, como en este caso Ayuntamiento de Madrid, Comunidad de Madrid y Radio Televisión Madrid, que son quienes han apoyado este proyecto, ni siquiera a nivel estatal hemos encontrado un interlocutor adecuado.

¿En alguna ocasión has tenido un proyecto bueno entre manos que se haya ido al traste por esos problemas de financiación?
El 80% de los proyectos no van adelante por falta de financiación, es así. Sólo un proyecto de cada cinco se convierte en película, lo usual es que no vayan adelante.

En este caso, 'Contigo, contigo y sin mí' es la ópera prima de Amaya Villar Navascués. A través de ese contacto que tenéis con el talento joven, ¿hay una buena cantera de cineastas en España?
Creo que estamos dando todos los medios posibles a los creadores de menos de 30 años, especialmente a las creadoras, para poder desarrollar sus proyectos. Estamos compensando la brecha de género que ha habido en el cine: el 44% de las películas que están en los Goya son dirigidas por mujeres. Por lo tanto estamos llegando a la paridad, que es muy importante. Muchas de ellas son autoras jóvenes, desgraciadamente las mujeres de 50 años no han tenido esa posibilidad.

Dedicarse al cine tiene implícita casi una visión romántica de este arte, ¿tiene un punto utópico tender la mano a directores jóvenes?
La verdad es que más que utópico es un sueño hecho realidad, es una maravilla poder dedicarse a esto, es un lujo y un grandísimo honor poder trabajar como productor con directores jóvenes en el cine español. De mí no vas a escuchar una queja o un lamento, hay países donde la situación es mucho peor, especialmente en el plano político, hay países en Europa donde las libertades se están viendo recortadas de una manera dramática. No soy triunfalista tampoco, creo que hay mucho trabajo por hacer, tendremos que ajustar el tiro en muchas cosas, estamos siendo muy entusiastas pero creo que vamos por buen camino. No lo veo como un acto heroico, sino como una oportunidad muy grande por la que trabajar muy duramente.

En estos Goya vas como nominado pero también como productor ejecutivo de la gala, un papel que ya asumiste en 2023. ¿En qué consiste esa labor?
Control de presupuestos, contratación de los presentadores, coordinación, relación con la junta directiva de la Academia de Cine, que es el órgano que realmente decide todo sobre los Goya, organización de la fiesta para 3.000 personas... En definitiva, el planteamiento de toda la logística, es un proyecto de varios millones de euros.

¿Cuándo te llega el encargo y de cuánto tiempo dispones para preparar la gala?
Los tres productores ejecutivos recibimos el encargo de la junta directiva en junio y arrancamos desde el mismo momento. Además, cuando recibes el encargo, no terminas hasta que pasas el testigo a otro productor, por lo que desde junio de 2022 no he dejado de hacer esta labor.

¿Cómo de difícil es compaginar ese cometido con el día a día de la productora?
Consiste en compartimentar el tiempo y despertarse a las 6 de la mañana.

Como presidente de la Asociación Madrileña del Audiovisual, ¿qué retos tiene por delante este colectivo?
Ahora mismo en España estamos ante la posible aprobación de la nueva Ley del Cine, que define quién es un productor independiente, es decir, la persona que tiene riesgo civil y penal de lo que ocurre en una película, es una persona o empresa pequeña responsable de las grandes películas no de estudios, el que alimenta el tejido cultural del cine.

Aunque sería un debate muy amplio, la gala de los Goya suele ser un buen momento para analizar el momento que atraviesa el cine español. ¿Cuál es tu visión?
El cine español está en un momento estupendo. Margen de mejoría siempre va a haber y seguiremos trabajando para hacer un cine más igualitario, más plural y más cercano al público.