Gente digital

Los libros como regalo y la gastronomía como punto de celebración familiar son dos elementos que pueden convivir esta Navidad. Sin embargo, se trata también de dos ámbitos que nos acompañan el resto de días del año. Por ello, la editorial Planeta presenta dos alternativas ideales para tener un detalle con un ser querido y, especialmente, para que la cocina deje de ser una asignatura pendiente. Se trata de ‘Cocina sano y sin complicaciones', de Oriana Severino, y ‘Grandes éxitos de Rafuel. Las mejores recetas para cada día'.

Es su segundo libro, el anterior recogía recetas más personales. ¿Tiene este último un componente más democrático?
Creo que es un complemento que faltaba, explicar un poco más algunas recetas. Han pasado dos años, he seguido cocinando, así que hay algunas recetas que no estaban ni siquiera previstas. Es un libro para que esté en la cocina. Son recetas relativamente fáciles, con productos que podemos tener en casa o que se pueden encontrar de forma sencilla.

Son más de 70 recetas las que ha incluido. ¿Ha sido difícil hacer el corte?
Siempre hay recetas pendientes. Seguro que si hago un repaso incluiría otras diez más. Hay que enseñar algunas bases, está pensado también para gente muy joven, de unos 14 o 15 años, hay que enseñar cómo se hace un bocadillo bien hecho, el 80% están mal porque empiezan con un pan malo.

¿Hay, entonces, una franja de edad amplia?
Sí, claro. Hay recetas de todo tipo para llegar al máximo número de gente de una familia. Tenemos la obligación de enseñar, no hay que perder de vista que las nuevas generaciones se encuentran con que los padres no están siempre en casa, así que muchos no tienen la facilidad de ver cómo se cocina un plato. Además, cuando llega la gente de casa desde el trabajo, acaba cocinando algo rápido porque está cansado.

Lo que no cambia respecto al primer libro es que el prólogo lo firma su hija...
La emoción es ver que con los años he cambiado mis negocios por hacer algo didáctico y que tiene su éxito. Ella admira esto porque es partícipe de muchas recetas, lo ha visto en el día a día, cómo empezó y dónde estamos.

Empezó en Instagram y ahora también está en TikTok. ¿En cuál de las dos redes se siente más cómodo?
Me siento más cómodo en Instagram y TikTok me enseña muchas cosas. El triunfo de TikTok es la inmediatez, algo que debemos aplicar a nuestros vídeos.

¿Se siente orgulloso de que haya tan buen ambiente en sus perfiles?
Esto hay que crearlo, tengo una red social en la cual contesto a mis seguidores. Cuando entra alguien a saco, lo que hay que hacer es darle las gracias, con mucha educación, y pedirle que otro día entre de otro modo. Esto hace que la gente se rebele y vaya contra este tipo de comentarios, suelen darle un buen castigo, normalmente yo no les saco, se acaban yendo ellos. Somos una comunidad, hay unas 200 personas que todos los días saludan e indican las recetas que son mejores. Para esa gente, esta red es su casa. Cuidar de tus seguidores hace que no tengas tanta prisa por conseguir nuevos.

¿Cuál es el secreto para llegar a tanta gente?
Hacer esto que digo, todos los días. Al final es la constancia, no se trata de ser el más rápido sino constante y no engañarlos. Es una norma que no debe ser solo para una red social, es una norma de vida.

Uno de los apartados que llama la atención dentro del libro es el de las tortillas, algo que no es tan habitual.
Estoy muy contento porque desde que subí el vídeo de mi primera tortilla, que a las dos semanas ya estaba pululando por ahí, hemos conseguido que mucha gente esté haciendo tortillas muy buenas, que un cliente de un bar o un restaurante, si ve un mazacote, lo dice y no se lo come. El nivel medio en las ciudades de las tortillas ha subido muchísimo, estamos peleando todos por saber cuál es la mejor tortilla de Madrid, Barcelona o Valencia. Hemos ganado también que la gente se haga tortillas en casa muy buenas. Esto también lo hemos logrado con otros platos. Hay muchos españoles que hacen una carbonara perfecta, lo veo y se nota. Hemos aprendido todos a hacer las cosas mejor.  

Hablando de pasta, uno de sus platos con mejor acogida es el de macarrones con butifarra, chorizo y  mozzarella.
Es la receta que gusta a todo el mundo, de aprovechamiento, dicen que es para los niños pero se la acaban comiendo los padres. Gusta a todos, todos los días. No es la receta que más hago porque mis hijas han crecido. Antes, cuando tenían 18 años, muchos viernes venían a mi casa a cenar, y yo hacía macarrones con mucho ajo porque luego iban a la discoteca, pensaba que se las iban a besar, que se fastidiaran (entre risas).

El recetario es bastante dinámico, ha incluido platos para freidora de aire.
Hay una receta porque quería probar su sabor, pero solo hay una, creo que todos tenemos que defender el aceite de oliva. Si no lo hacemos, arrancarán los olivos y, si esto sucede, será irrecuperable. Ya nos pasó con almendros y avellanos, no nos dejemos engañar, somos el principal productor de aceite de oliva en el mundo y así debemos seguir. No podemos dejarnos convencer que una patata frita se hace por aire, durante 30 minutos, a 200 grados y con 3.500 vatios; es mucho más caro.

Si puede elegir un menú a partir de este libro, ¿cuál escogería?
Si tiene que cocinar otra persona, el que elija ella porque seguro que todo lo hace bien y con cariño.

También hay platos para diferentes temporadas, como el gazpacho.
El gazpacho es otro plato de aprovechamiento. Hay miles de manera de hacerlo, con sandía, con melón, con higos... Hay cientos de recetas, siempre con ingredientes frescos y aceite de oliva, es imposible fallar.

¿Hay algún plato que le guste especialmente de Madrid?
La tortilla de aquí me gusta muchísimo. Siempre, cuando bajo del tren en Atocha, voy a Casa Dani, que les apoyo y aprecio por el trabajo que han hecho y hacen. En Madrid se come bien en todas partes, tenéis una gastronomía impresionante, producto de primera calidad.  

¿Es seguidor de programas como 'MasterChef'?
No lo sigo. Todo está premeditado. La cocina es algo más que eso. Cuando dicen que tienen 28 minutos para hacer un arroz es imposible, o al menos a mí no me sale.

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Oriana Severino: "El ‘batch cooking’ es la llave para no caer en los procesados"

Llevaba cuatro años en redes sociales. ¿Qué le ha llevado a escribir este libro?
La idea del libro siempre ha estado en mi mente. Las redes sociales se vuelve un poco frívolo. Que tengan en casa un libro en formato papel, para poder mirar las cosas incluso de una forma más organizada, porque en las redes sociales a veces se pierde esa información, para mí era fundamental. Se presentó la oportunidad con Planeta y no podía desaprovecharla.

¿Ha sido una labor ardua seleccionar y cribar las recetas?
Lo que hicimos fue coger las recetas que más éxito han tenido en estos cuatro años. Se quedaron muchas fuera que me habría gustado incluir. No fue tan difícil porque ese era el objetivo.

¿Hay alguna receta en este tiempo que le haya sorprendido por su éxito?
Tengo dos recetas que supusieron un empujón grande en cuanto a crecimiento. Las dos son bastante básicas, son las que menos he pensado. Una de ellas la típica tortilla a la que le pones encima la tortilla de trigo y la otra es de unas patatas hechas en freidora de aire. En la vida me imaginé que esos vídeos iban a tener tanto éxito: uno tuvo 17 millones de reproducciones y otro 23 millones.

La pasión por la cocina le viene en los genes...
Sí, mi padre era cocinero de profesión y desde muy pequeña siempre me animó a cocinar. Tuvo restaurantes y una fábrica de pastas artesanales, así que siempre estuve entre fogones.

El título del libro es muy elocuente. ¿Es posible cocinar de una forma sana sin complicaciones?
Sí, lo es. Lo fundamental es saber elegir los ingredientes, no hay que volverse loco, no son cosas raras, los tenemos a mano. Se trata de incluir proteínas y verduras y, sobre todo, es una cuestión de organización, simplemente dedicarle un par de horas a la semana para hacer un 'batch cooking'.

¿Es el 'batch cooking' la llave maestra para cocinar de forma saludable?
En gran parte sí, aunque no totalmente, muchas veces yo misma peco de no hacerlo aunque sí tengo tiempo para cocinar cada día. Con el 'batch cooking' evitas caer en ese acceso rápido a los procesados.

Las verduras tienen un gran protagonismo en sus platos. ¿Cómo se pueden hacer más amigables para los niños?
Hay que ponérselo bonito, todo entra por los ojos, y dejarles que prueben, que se metan en la cocina, que toquen. Primero hay que probarlo, aunque lo vean verde. Y luego hay que jugar. Por ejemplo, en ocasiones hago una pasta con crema de calabacín donde probablemente no se sepa que hay esa verdura.

Me llama la atención el apartado de los crujientes, incluyendo recetas de nuggets de pollo, un plato que solemos asociar con la comida poco saludable.
Tengo una debilidad por el crujiente y el queso. La forma de rebozarlo intento que sea con cereal de maíz y meterlo en las freidoras de aire o en el horno. Es cuestión de acostumbrar al paladar, parece que el frito tiene que ser grasiento.

El libro, entonces, es para todas las épocas del año.
Sí, además hay ensaladas de distinto tipo, como la que lleva calabaza, ideal para otoño e invierno.

Con recetas sin gluten, imagino que llega a más espectro de población.
El tema de la celiaquía es muy complejo. En ocasiones hay pocas alternativas cuando la gente va a comer, incluso en casa. Son productos a veces costosos. Por eso intento dar juego para que la gente vea que no es necesario siempre tirar de esos productos más caros, sino que con alimentos básicos, como huevos, verduras y carnes blancas puede hacer receta sencillas que se adapten a esa situación.

También hay postres.
La mayoría son sin azúcar. Quise incluir algunos muy completos, como el quesillo canario, tampoco hay que demonizar, no pasa nada si un día queremos comer ese postre con su azúcar y su nata.

La clave, por tanto, es de sentido común: alimentación variada.
Sí, desde luego, no siempre se puede por una cuestión de patologías, pero siempre soy partidaria de ello.

Como graduada en Publicidad y Marketing, ¿cuál es el secreto para llegar a tantos seguidores?
Desde el minuto 1 tenía claro que debía tener esa conexión directa con el público. Nadie tiene acceso a mis redes, solo yo, necesito que la gente sepa que soy quien está detrás. Me encanta que me pregunten dudas. Esa conexión es clave para tener una comunidad fuerte.

Aunque suene a cliché, cuando empezó con las redes no imaginaría llegar a este punto.
No. La verdad es que al principio me parecía que llegar a 100.000 seguidores era casi imposible, así que cuando alcancé esa cifra no me lo creía. No me imaginaba que iba a crecer tanto.

¿Se atrevería a establecer un menú con sus platos favoritos de los que aparecen en este libro?
Si tienes invitados en casa y quieres hacer algo sencillo, la ensalada oriental es muy rica, lleva salmón y aguacate, además es una receta de aprovechamiento porque se puede usar arroz. Para continuar, las palomitas de berenjena, que son un bocadito rico, crujiente y un punto dulce por la miel de caña. Otra que me gusta mucho es la de saquitos de lasaña.