Gente digital

Primero con Deluxe y después en solitario, Xoel López ha ido cimentando una trayectoria musical lo suficientemente sólida como para ser considerado uno de los artistas más respetados y relevantes de la escena nacional. Su nuevo álbum, ‘Caldo Espírito', refrenda esa excelente reputación. Sobre su gestación habla el propio cantante gallego con GENTE, al tiempo que no tiene reparos en mirar al pasado.

Ha pasado prácticamente un mes desde la publicación de 'Caldo Espírito'. ¿Qué respuesta le está llegando por parte del público respecto a este nuevo disco?
La sensación es muy buena. Es verdad que hasta que no lo llevas al directo es difícil valorarlo porque, hasta ese momento, lo único que tengo son comentarios que te hace la gente del entorno o que puedas ver por Internet. El termómetro más real es cuando sales a la carretera y, de repente, ves que el disco funciona en directo. En mi caso siempre pienso a medio y largo plazo, es decir, más allá de la salida del disco luego está cómo crece, cómo perdura y cómo compite con otros discos de mi carrera. Es algo que se irá viendo con el tiempo. Ahora toca disfrutar y festejar el disco, pero qué  es y qué será el disco lo irá definiendo el tiempo y lo que vaya pasando en el próximo año y medio o dos años.

Sorprende esa reflexión sobre "cómo compiten mis discos entre sí". ¿Qué revisión hace de su carrera en este sentido?
Estoy muy orgulloso, no de todo, porque lo primero que hice, sobre el 2001, me da más igual, pero a partir de 2003 con 'If things were to go wrong' y luego, sobre todo, desde la última etapa de Deluxe en adelante es la que más me interesa de mi carrera. Lo que más me gusta y apetece es tocar lo último, pero tiene que convivir con lo anterior, no puedo separar ya el disco de lo que es mi carrera. Siempre me planteo tanto los conciertos como en las entrevistas hablar del disco nuevo pero también de toda mi carrera, es inevitable, de cómo vas viendo las cosas y de los proyectos anteriores. Conviven en armonía y lo siento todo muy natural.

Siendo un disco donde todo está muy cuidado, tanto las letras como las melodías, ¿tenía cierto respeto por cómo iba a ser acogido?
Va todo muy deprisa, a toda hostia, todo es 'fast food'. Pero es curioso, en contraposición a eso está habiendo una autorregulación en forma de volver al vinilo, ver películas profundas y largas o podcast que ofrecen entrevistas de dos horas, es como si nosotros mismos nos fuéramos equilibrando. Hemos pasado un periodo de fascinación con cosas nuevas, como el móvil o las redes sociales, y, de repente, uno mismo se da cuenta que está harto de ello y necesita apagarlo. Nos ha tocado lidiar con algo que es tan nuevo que apenas nos ha dado tiempo para pensar si nos gustaba o no. En ese sentido, la respuesta que estoy teniendo de la gente es muy buena porque no solo les gusta el disco, sino que lo escuchan en bucle y que, en cada escucha, le sacan algo más nuevo, es como si tuviera muchas capas. Sobre todo, lo que más ilusión me hace, más allá de que a la gente le pueda gustar, que también obviamente, es que lo escuchan varias veces y entero. Lógicamente este 'feedback' no es masivo pero mi público escucha el disco entero, y eso me hace mucha ilusión.

Habla en este álbum de éxitos y fracasos vitales. Da la sensación de que sólo se puede componer algo así desde una madurez personal.
Cien por cien. Los discos son lo que me representa en cada momento y en este también sucede eso. Sí que hay un nivel de crudeza con la vida, con lo bueno y lo malo, que quizás va más allá que en otras etapas de mi vida. He llegado ahí y así lo he expresado, este ha sido mi imaginario de estos años. Me quedó, tal vez, más crudo que otras veces pero es mi realidad.

Decía en una entrevista reciente que no ya no preconcibe los discos, que va cocinando y echándole lo que surja. ¿Con qué ingredientes ha ido jugando en este álbum?
Con cosas que me he ido encontrando por el camino. Puedes tener una idea preconcebida y juegas con ella, que también está bien, pero últimamente me dejo más llevar y eso hace que te vayas encontrado cosas. Por ejemplo, en el estudio había un sintetizador del productor que lo usó en una canción como recurso y nos gustó tanto que lo fuimos metiendo en otras canciones hasta convertirse en uno de los lenguajes del disco. Coincidió también que quería que hubiera muchos coros y justamente había un grupo de gente que cantaba y eso acabó bañando el álbum. Además, ha tocado gente de muchos lugares, Brasil, Venezuela, Uruguay... surgieron cosas que tal vez no habrían aparecido de otra manera. Hay una parte experimental en la que me gusta dejarme llevar y que me sorprenda. Simplemente fui con canciones crudas, sin cocinar, y las cocinamos entre varias personas en diferentes circunstancias.

'Caldo Espírito' es un álbum donde, ante todo, hay mucha verdad. ¿Por qué duele tanto, especialmente en la actualidad, decir ciertas verdades?
Son tiempos de postureo y de maquillaje, hay una gran parte de la sociedad que quiere vivir de cara a la galería, intentando jugar un papel de algo que no son, al mismo tiempo a mí me pide más el cuerpo hablar en plata. Es un disco crudo, pero tú lo ves real, por eso está la expresión de la cruda realidad. La realidad siempre es cruda porque viene sin cocinar, sin maquillar, sin especias. En contraposición a este teatro, a este paripé que vivimos a mí me tocó hablar de forma más cruda.

Hablemos de algunos de los temas. ¿Es 'Esto no es amor' un manual contra las relaciones tóxicas?
La verdad es que sí. Es algo que está a la orden del día, le ha pasado a tu colega, a tu amiga o a ti mismo. Es importante redefinir las relaciones de amistad, amorosas y familiares, en general. Yo, que hablo de emociones, siento que debo abordar esas relaciones que al final no son lo que uno esperaba, engañosas, relaciones que parecen pero no son amor. Por eso no fui nada metafórico, más bien al contrario, muy explícito, con el título. Me apetecía decirlo así.

A título personal, ¿necesita experimentar esas emociones en primera persona para escribir sobre ellas o se puedes basar en vivencias de gente cercana?
Soy autobiográfico, para bien y para mal, pero también influye mucho lo que me cuenta mi entorno cercano. Al final siempre hablas de ti, pero no es necesario haber discutido con un familiar o con tu pareja para escribir sobre eso, a lo mejor te salta eso porque alguien cercano a ti se está separando y acabas reviviendo cosas que tienes en el tintero y no dijiste en su momento. Todo es parte de tu imaginario, está ahí y no sabes cuándo va a salir, cómo; a mí, incluso, también me sorprende.

Cuenta con algunas colaboraciones en el disco, como la de Repion en 'Elevarte caer'. Si la letra de esta canción se hubiera publicado en un poema a nadie le hubiera extrañado.
La canción te permite no ser necesariamente poético, creo que esa es la gran diferencia. Un poema debe ser poético, ser pura poesía porque si no no se sostiene. Una canción es muchas más cosas, puedes hacer un tema con la guía de teléfonos si quieres. Eso no quiere decir que una canción no pueda ser, en un alto porcentaje, poética. Tengo un alto grado de porcentaje poético en mis canciones pero también me permito decir cosas más pop, más costumbristas o cotidianas, como pasa en 'Fort da', donde digo cosas más terrenales que no tendrían cabida en un poema.

El miércoles 29 estará en el WiZink Center presentando este álbum. ¿Qué idea tiene? Dado que el disco tiene un sentido en cuanto al orden de las canciones, ¿lo va a seguir?
No vamos a hacer el disco del tirón, pero sí que se respeta bastante el álbum. He intercalado canciones de mi repertorio anterior, hay un bloque en el que haremos temas de Deluxe, habrá colaboraciones... Va a ser un concierto especial, donde el abanico global va a ser el disco nuevo pero en medio hay entremeses de mi carrera en general. Un plato central será mi pasado con Deluxe. Como decía anteriormente no puedo evitar tener un pie en el último disco y otro pie en mi carrera, van de la mano, no puedo ni quiero extrapolarlo.

Respecto a los conciertos, y para ir acabando, en algunos momentos ha dejado salir a su alter ego, Deluxe. ¿Tiene en mente recuperar ese proyecto en forma de disco?
Imagino que no. Siento que no necesitaría volver a Deluxe, salvo que me saliera algo muy 'deluxiano' que me llevara a ello. Realmente no tiene mucho sentido. Este disco tiene cosas de aquella época, pero no lo llamaría Deluxe. Este año y el pasado hicimos conciertos de Deluxe como una forma de decir que íbamos a hacer el repertorio de esa etapa y nada más que eso, que la gente supiera qué iba a ver y que nosotros disfrutáramos también de algo que en su momento nos gustó y nos sigue gustando. Fue una gira corta, no nos dio tiempo a cansarnos, de caer en la monotonía. Fue ideal.