El actor argentino cierra la gira europea llevando su show ‘Live comedy' a Barcelona (viernes 17), Bilbao (sábado 18) y Madrid (lunes 20). En este espectáculo aúna música, humor y reflexiones sobre asuntos universales.
Archivado en: entrevistas, cultura, teatro, Martín Bossi
F. Q. Soriano
16/11/2023 - 16:34
Ya visitó nuestro país hace ocho años, pero las tres funciones que protagonizó en el madrileño Teatro Bellas Artes le dejaron con ganas de más. Por eso, Marín Bossi no dudo a la hora de incluir a España en la programación de su gira mundial con el espectáculo ‘Live comedy', que le ha permitido pisar escenarios de Miami, Dublín, Londres y ahora Barcelona, Bilbao o Madrid. Actuará en la capital este lunes 20 en el Teatro EDP Gran Vía.
A pocos días de su actuación aquí, en el Teatro EDP Gran Vía, ¿qué siente?
Es una emoción muy grande y una responsabilidad. Este teatro es muy hermoso. A mí Madrid me encanta, me encanta trabajar en España, ya estuve acá hace 8 años, pero estuve muy poco, apenas tres funciones en el Teatro Bellas Artes. Vengo probando este contenido en España, estuvimos en Sevilla, Valencia y Alicante, fue una experiencia muy loca. A veces pienso que estoy en Argentina por la reacción de la gente. Cuando salgo me dicen que suele haber un 70% de españoles, un 20% de argentinos y el 10% restante de latinoamericanos. Es la globalización, a todos nos pasa lo mismo, ya no hay tanta diferencia. Entre ustedes (los españoles) y nosotros no ha habido tanta diferencia, ahora menos.
Hay 'stand up', música... ¿Cómo definiría este espectáculo?
Técnicamente es una mixtura de géneros constante. Utilizamos la comedia, la danza, el piano, la imitación como recurso secundario, la música, el clown y el tap. Todo está puesto no para que me vean, sino para lanzar un mensaje, cómo veo las cosas.
¿Cuánto tiempo le ha llevado armar este show?
49 años y un mes. Nací el 16 de octubre de 1974 y todo lo que hice actoralmente me sirvió para estar solo con un piano hablando con la gente y jugando. No tengo ya el ego de subirme al escenario para actuar, está muy bueno hacer obras como 'Pretty woman' o 'Mamma mia', es más urgente ponerme al servicio de la gente, es un show para estos tiempos; en un mundo feliz, este espectáculo no tendría ningún tipo de sentido.
Esta gira mundial le ha llevado por Miami, Dublín o Londres. ¿Cuál cree que es el secreto para que este show funcione bien en diferentes países, sobre todo en lo que respecta a la faceta del humor?
Es tan discutible esto. Hay muchas cuestiones que son prácticamente universales, como el amor, el miedo a la muerte, al abandono, a no ser amado, una experiencia de 'sexting' que tuve y de la que hablo en el show, la pérdida de romanticismo en las películas y hablo de 'Titanic'... ¿Qué distancia hay entre vos y yo? El asunto es que nos dividieron por fronteras para hacer negocios, pero en realidad estoy comprobando que nos han estafado, nos han dividido, y dividir es un gran negocio, pero nos pasa a todos lo mismo.
En una entrevista para un medio de su país decía que el humor es tragedia más tiempo. Me gustaría que lo explicara.
Eso es muy puntual. El humor es una tragedia en general. Si esta entrevista la hiciéramos en 1912, a dos meses de que se hundiera el Titanic, yo no podría hablar de esta manera, murió gente. Pero si ahora digo "Rose, haz un hueco, que Dicaprio entraba", el tiempo hace que podamos tomarnos las cosas de otra manera. Con el paso del tiempo las cosas se van aliviando y, con respeto, se puede hablar del Titanic de una forma seria pero con un toque de humor. Sí, el humor es tragedia más tiempo.
Tiene una gran trayectoria artística. ¿Cuándo siente más responsabilidad, al formar parte de obras tan prestigiosas como 'Kinky boots' o en espectáculos en solitario y personales como este?
El teatro es una responsabilidad en líneas generales, eso siempre está cuando te subes al escenario. 'Kinky boots' también fue una responsabilidad, estábamos contando una historia que tiene que ver con los sueños, reconstruir nuestras cabezas, en Argentina estuvo muy bueno, que gente de distintas clases sociales y sexuales vean cómo un tipo masculino que era boxeador podía dragearse y sentirse como una mujer es una responsabilidad muy grande. Pero este espectáculo es, en tiempos de guerra y de odio, muy político sin hablar de política, si me escuchan los que manejan la historia, que no son los mismos que manejan los países, los presidentes de las naciones son simples CEO, no manejan, los dueños de TikTok, Instagram y el resto de plataformas sí manejan esto; si ellos ven el show, no les va gustar.
¿Por qué?
Porque va en contra de todos los intereses de ellos. Nos quieren ver más incultos, angustiados y solos porque así consumimos y, si consumimos, ellos hacen negocio; si somos felices, se pierde el negocio. Un tipo que es feliz no come como un loco, no ve series todo el día, no se pasa el día en TikTok esperando a que le pongan un corazoncito, un tipo que es feliz no consume de esa manera. No le digas nada a Soros o a Bill Gates, que se van a enojar.
Para la faceta del humor, ¿se alimenta de las noticias diarias?
Es como el boxeador que practica golpes, pero la piña ya está escrita, es decir, puedo usar muchos gags sobre la actualidad, pero el chiste ya está escrito. Puedo hacer un comentario sobre política o sobre si el Real Madrid ha perdido por cuatro goles, porque al nombrarlo hay una identificación directa fresca, sobre todo si no es tragedia. El espectáculo tiene una actualidad antigua, esto hace mucho que está pasando.
¿Seguro que el fútbol no es tragedia?
Si lo tomamos como debiéramos, no. Ha habido tragedias en el fútbol por dividirnos, por la violencia del hombre, por la angustia, por incultura; un tipo que le pega una piña a otro por ser de otro equipo es un hombre que está angustiado o es inculto o no supieron educarlo para hacerle entender que la violencia no conduce a nada, y menos por pensar distinto dentro del fútbol. En un mundo normal, Boca, mi equipo, perdió la Copa Libertadores y me puse triste, pero no es una tragedia.
Subió recientemente un vídeo en un taxi durante su estancia en Londres. ¿Está cansado del estereotipo sobre Argentina de fútbol y tango?
No, estoy muy orgulloso de ello porque es algo que nos identifica. En un momento en el que hay globalización, escucho en Argentina diciendo a los pibes "estoy ready" o "hey, bro". Defiendo mis costumbres, respeto las de tu país porque me parece que habla bien de una nación, si no tienes costumbres no eres libre. Tenemos el caso de Halloween, todos festejamos la cultura de otro país, pienso que está bien, pero el día de Argentina cómete también una empanada salteña. Eso no sucede, no veo a Beyoncé diciendo en sus recitales que se va a comer un chori. Que a mí me identifiquen con el mate, con Gardel, con Maradona, con Messi... me encanta, no me ofende para nada, tenemos una identidad concreta, aunque la quieran borrar, y es hermoso. ¡Soy argentino!
Dentro de todas sus facetas aparece la de imitador. ¿Hay algún personaje que se le haya resistido?
No. La imitación es una rama de la actuación. Interpreto con mi cuerpo lo que veo, pero luego está, por ejemplo, el periodista que hay en mí para prestarle al personaje y qué saco de ti o de otro periodista. La imitación es lo mismo, es una opinión, un tipo entrenado puede opinar de cualquier cosa, ahora, que guste o no, eso depende. Puedo imitar a Messi y que la gente opine que me sale bien o no, pero es el Messi que hay en mí. No sé si imito bien a Serrat, pero lo que yo veo de él es esto.
Menciona a Serrat, pero me gustaría hablarle de otro artista. ¿Qué es para usted Joaquín Sabina?
Son argentinos que hablan como españoles, exceden a la cultura de ustedes, la cultura española nos ha regalado a Serrat y a Sabina. Yo vengo de dos abuelos españoles, yo escucho a un español o a un italiano y a mí me pasa algo, en cambio escucho a un inglés y no me pasa nada. De hecho, y te hago un 'spoiler', en el medio del espectáculo hay un homenaje a Joaquín Sabina. Hablo de los superhéroes que a mí me enamoraban. Un tipo que escribió las cosas que escribió Joaquín... Antes he pasado por la estación de Atocha y me recordó a aquello de "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid"; yo no sabía lo que era un paso de cebra hasta que escuché a Sabina, cada cosa que escucho aquí la completo con una canción de Joaquín. Y con Serrat lo mismo. Me acompañaron en muchos momentos de abandono en el amor, son parte de la cultura del mundo, de los que amamos a la melodía. Son tipos, además, que tratan muy bien a la mujer en sus letras, hoy la música actual es tan violenta con el otro, son valores muy extraños, lo que vale es tener plata u oro. Vos ves a Sabina en una foto y sale con una guitarra y un bombín, y hoy ves a los tipos así con oro y carros, tengo y valgo, mi Dios es el poder, tener una mujer linda. Comparar eso con Sabina, Serrat o Aute...
Ahora está con este espectáculo, pero para diciembre ya tiene programado un estreno en Argentina. ¿Qué puede decir sobre ello?
Es difícil hablar de espectáculos, en realidad son performances. Soy un tipo jugando con la gente, no son obras de teatro. De hecho el show que hago acá es diferente al que hice en Buenos Aires, y el que voy a hacer en Mar del Plata cambio un par de estructuras, aunque es el mismo estilo. Tal vez en un año y medio tenga que parar y hacer una comedia, como hice en 'Kinky boots'. Voy a parar cuando Dios quiera, será para siempre, pero por el momento no paro.
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