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Reducir la trayectoria de Mara Barros a su faceta como corista de Joaquín Sabina sería tan absurdo como injusto. Su talento artístico vuelve a ponerse de manifiesto con ‘Me nace del corazón', un homenaje a la música popular mexicana que la llevará de gira por Argentina el próximo mes de agosto y en 2024 por el país azteca.

Estás en medio de una gira con Joaquín Sabina, recientemente publicabas nuevo disco... ¿Es tu mejor momento profesional?
Quiero pensar que sí porque también lo estoy en mi mejor momento de la vida. Creo que todo está muy ligado, cuando estás bien en tu vida personal también lo sabes transmitir en tu trabajo, sobre todo cuando es emocional y relacionado con la cultura, aunque no sea el mejor momento económico, porque la pandemia nos ha hecho daño a todos. Tengo 3 discos aunque casi nunca hablo del primero, ya que lo publiqué hace 20 años. Luego me enfadé con la industria, tardé 15 años en grabar el segundo. Estos dos últimos discos los he podido grabar gracias a una campaña de 'crowdfunding'. Ha sido un cúmulo de circunstancias que me han hecho muy feliz como mujer pero también como artista. En este último se refleja muy bien mi evolución vocal y en la forma de interpretar, no me gusta acomodarme, quiero nutrirme de otras culturas y de otros tipos de música para encontrar mi forma de cantar. Creo que en este álbum es el que mejor definida estoy.

'Me nace del corazón' está compuesto por 9 temas con origen en México, interpretados por una cantante onubense. La música no tiene fronteras...
Una mezcla rara pero maravillosa. España y México tienen muchas cosas en común, pero especialmente Andalucía, no sólo por el Descubrimiento, que salieron de mi tierra. Inevitablemente buena cantidad de personas que viajaron a México eran de Andalucía. Me gusta pensar que es una manera de cerrar el círculo, devolverles tantísimo amor que he recibido a título personal cuando he ido a presentarme en solitario o cada vez que he ido acompañando a Joaquín en sus giras. También es un homenaje a una música que me apasiona y que me ha robado el corazón.

¿Cómo ha sido el proceso de selección de los temas, te has basado más en gustos personales o en las canciones que mejor podían encajar con tu registro?
Ha habido de todo un poco. He pensado en las canciones que podían quedarme mejor y en los autores que más me emocionan; cuando eres intérprete, tu criterio de selección se basa en lo que te te pellizca el estómago porque eso lo vas a saber transmitir mucho mejor al público. En mi primer disco tuve muchas canciones impuestas y no disfrutaba, era inevitable que el público tampoco disfrutara. Evidentemente esos fueron los puntos clave. Hemos huido del mariachi, que es lo que hacen la mayoría de los artistas españoles cuando rinden tributo a la música mexicana, aunque lo he echado de menos porque me encanta. Hemos optado por que la música popular mexicana se adapte al proyecto Mara Barros. El repertorio lo comenzamos con 30 temas, pero quería que fuera un homenaje 100% mexicano así que me ayudó mucho a descartar que fueran de autores de allí, hay muchos temas compuestos por artistas argentinos y españoles, curiosamente. Quería que fuera un regalo a México, menos 'La llorona', con la que me he tomado una licencia, se supone que está registrada a nombre de un español, pero no me lo creo por una cuestión de documentación: ya aparecían escritos sobre La Llorona mucho antes de que este autor se mudara a México, así que no me cuadra mucho.

¿Cuál de todas es la que más te pellizca por dentro?
No lo dudo: 'Volver volver'. No sé explicar la razón, es una canción de amor, como la mayoría, hay una conexión cultural entre España y México, especialmente en la música folclórica, la copla y la ranchera casan muy bien, siguen el mismo patrón, son canciones de rajarse el alma. La belleza del arte es que está abierto a la libre interpretación y que cuando la canto puedo pensar en volver a México, a mi ciudad natal o en volver a ver mis padres.

Hablabas antes de esas campañas de 'crowdfunding'. ¿Es tan difícil y costoso sacar un disco?
Sí, está muy complicada la industria y sobre todo grabar un disco, ya que supone mucha inversión. Hemos salido de una pandemia en la que se ha hablado, con toda justicia, de profesiones como la hostelería o la medicina, pero la cultura también ha quedado muy tocada. Yo tenía la fortuna de trabajar todos los fines de semana en salas de concierto y, de repente, las cerraron, sólo dejaron abiertos los teatros y con un aforo muy limitado, tuvimos que reinventarnos, hacer espectáculos nuevos, bajar el precio de las entradas... Fue todo muy complejo, me fundí mis ahorros. En esta ocasión lo he hecho por necesidad económica. En el disco anterior tiré de esta opción honestamente para testar, quería saber si después de 15 años sin grabar, sin presentarme en solitario, el público estaba dispuesto a un nuevo proyecto de Mara Barros como solista. Llevaba muchos años haciendo musicales y saliendo de gira con Joaquín, creía que estaba encasillada. Además, era muy cómodo hacer coros y más con un artista al que admiras como Joaquín, y si lo quieres como yo lo hago, no se te cae el mito y haces giras mundiales, era el chollo de la vida, era un trabajo maravilloso; la responsabilidad la tiene él, si yo tengo un mal día sólo soy la corista, la gente ni se va a dar cuenta. Me acomodé. Tengo que pensar en el futuro, la diferencia de edad entre Joaquín y yo hace que cuando él se jubile a mí me quedarán aún muchos años en activo. Además, tenía la necesidad imperiosa del artista de comunicarse con la gente y de mostrarse tal y como eres. Gracias a ese impulso y a Joaquín, que me insistió mucho, me lancé a esa campaña. La respuesta fue increíble.

Hablas de encasillamiento, pero has actuado en musicales, has sido corista y has sacado discos como artista en solitario. Has tocado casi todos los palos de la industria.
Sí, la verdad es que no lo había pensado, aunque alguna quedará, como cantar en televisión, aunque también he hecho 'talent show' cuando estuve en 'Popstars'. En todo me he sentido realizada. Me encantaría volver a hacer musicales, pero no tengo voz para ello. Trabajé en dos, uno de pop como 'Hoy no me puedo levantar' y otro de copla como 'Enamorados anónimos', que no requerían una cantante clásica, la mayoría son para artistas líricas. Me he presentado a varios castings pero no encajo por eso. Tampoco lo podría compaginar con las giras con Joaquín.

Los musicales ahora atraviesan un momento dulce, con mucha oferta para diferentes públicos. ¿Ni siquiera ves una posibilidad en ese abanico tan amplio?
Veo una posibilidad en musicales de autor. Todo lo que sea ligado al universo Disney busca una voz específica, yo tengo una voz arenosa y, además, pongo mucho carácter a la hora de interpretar, aunque soy bastante dirigible a la hora de trabajar en un musical, me lo tomo como un juego, es muy divertido porque, además, se dan la mano tres disciplinas que me encantan: la danza, yo fui bailarina; la música y la parte actoral. Cuando haces un musical es la vida de otro, no es la tuya, juegas a ser otra persona, pero como cantante te desnudas emocionalmente encima de un escenario durante una hora y media, es más cansado vocal, física y emocionalmente.

Cambiando un poco de tema, ¿cómo surgió la posibilidad de ser corista de Joaquín Sabina?
Como pasa en las mejores cosas de la vida: por estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado   y conocer a la persona adecuada. Mi padre era cantante, protagonizó el musical 'Jesucristo Superstar' en 1975 sustituyendo a Camilo Sesto, y ahí trabajaba también Antonio García de Diego, que es la mano derecha de Joaquín Sabina. Antonio y mi padre hicieron amistad, así que me ha acompañado en toda mi carrera, ha ido a estrenos y conciertos míos. En cuanto surgió la posibilidad de hacer los coros a Joaquín, me llamó para probar. Me planté en el estudio en principio para grabar un disco, algo con lo que yo ya me sentía satisfecha porque soy muy fan de él. Escuchar canciones suyas antes que nadie, en primicia, y escuchar mi voz era tremendo, aguantaba como podía, pero cuando llegaba a mi casa lloraba y llamaba a mis padres con mucha emoción. Al final cuajó la historia, conectamos bien a nivel personal, que también es importante porque es muy difícil salir de gira con alguien que no te cae bien. Trece años después, aquí estoy.

Se ha escrito mucho sobre Joaquín Sabina, pero, ¿cómo es trabajar con él?
Trabajar con Joaquín Sabina es un chollo que nunca más se me va a dar en la vida, primero por la admiración que le profeso, me obligo en los conciertos a conectar y recordarme donde estoy, te acostumbras, lo das por sentado cuando han pasado unos años y llegas a conectar el piloto automático. Eso me sirve para reconocer y valorar lo que tengo. Difícilmente voy a admirar tanto a un artista como lo hago con él, aunque hay muchos con los que me gustaría ir de gira, como Jorge Drexler, Alejandro Sanz, Fito Páez... Tengo una admiración especial hacia Joaquín Sabina, para mí es un sueño hecho realidad y un regalazo. Aparte es un chollo porque es el artista más generoso con el que he trabajado en la vida, a nivel económico y escénico, ser corista de Joaquín hace que seas la cantante que le acompaña porque canto canciones sola, más de una, hago intros en canciones suyas muy famosas, hago dúos con él... Es muy generoso. Encima, sospechas que es como intuyes que va a ser; es muy natural como artista, aunque insiste que cuando se coloca el bombín y el chaqué es Joaquín Sabina y después pasa a ser Joaquín Ramón Martínez. La mayoría de sus éxitos y de sus canciones son autobiográficas, aunque él, dentro de toda esa poesía que lleva dentro, las adorne, habla de su filosofía de vida y de sus experiencias, incluso en su último trabajo, 'Lo niego todo', habla del momento que está viviendo ahora, de la vejez. Ha sido generoso también a la hora de componer. Todo eso te contagia. Crees que lo conoces cuando escuchas sus canciones y luego te das cuenta de que sí es así, sabe estar a la altura de cualquier persona que tenga enfrente, es muy culto, puedes aprender de él constantemente, se puede hablar con él de todo.

¿Qué diferencia preparar una gira con Joaquín Sabina a hacerlo como Mara Barros en solitario?
Una gira con Joaquín la preparamos bajo sus directrices: selecciona el repertorio, dirige qué se va a hacer. No le gusta llevar guionizado el espectáculo, pero sí marca los puntos clave, delega mucho, confía en su equipo. Hay mucha diferencia, evidentemente. Con Joaquín voy a pasármelo pipa, no me pongo nerviosa, en absoluto, salvo que me vengan a ver mis padres, me divierto porque me deja vestirme como quiera, hablar con mis compañeros, bailar, saltar, bajarme de la tarima... somos una familia encima del escenario. Ahí soy parte de un engranaje que hace que todo eso funcione y él brille. En mis conciertos me tengo que preocupar de la venta de entradas, del viaje, de alquilar una furgoneta, de pagar a los músicos, cuidarme la voz, la alimentación... Es muy diferente, también en los recintos.

Tu vida ha estado totalmente ligada a la música, va en tus genes, pero, ¿alguna vez te has planteado a qué te habrías dedicado de no haber sido artista?
De pequeña, cuando me preguntaban qué quería ser, decía dos cosas: si mi padre estaba delante, médico, porque a él le habría encantado; y si no estaba él, Marilyn Monroe. Me habría encantado ser actriz, empecé siendo bailarina... siempre me ha tirado el mundo artístico. Si no me hubiese dedicado a esto, supongo que habría sido veterinaria, me encantan los animales.