Lucha, perseverancia y dedicación. Esos son los tres pilares que han hecho de Natalia Osona una empresaria de prestigio en el mundo de la moda. Ese árbol, el del éxito, no debe impedir ver el bosque. Con apenas 31 años, la madrileña no es solo la creadora de la marca Glowrias, sino que, además, es ‘influencer', abogada y música. De hecho, su vida profesional se movía por los derroteros del Derecho, hasta que una enfermedad le hizo cambiar de planes.
Con apenas 31 años, ya estás considerada una empresaria de éxito en el mundo de la moda y una 'influencer'. ¿Cómo lo llevas, sientes vértigo?
Sí y no. En parte llevo mi vida con normalidad, de hecho me gusta explorar las cosas simples. Pero sí que siento vértigo, responsabilidad, principalmente en lo que tiene que ver con mi empresa, tanto por los trabajadores que la integran como los inversores. Como CEO tienes todo el peso sobre tus hombros, debes aprender a convivir con las buenas rachas pero también con las malas, como ha sido la pandemia o todo lo que ha sobrevenido por la guerra de Ucrania.
Hay gente que ya va conociendo tu historia, pero para quienes no lo sepan, el camino hasta llegar al momento presente no ha sido sencillo.
No, para nada. Todo ha ido poco a poco, ha sido un camino bonito, lo he disfrutado mucho, pero ha estado lleno de sacrificio, de constancia, de superación y de ilusión, ha sido una mezcla de todo ello. Empecé hace ocho años, desde cero. Creo que eso también ha sido la clave de ese espíritu de superación, de haberme reinventado. Eso me ha ayudado a crecer y a adaptarme a las nuevas tendencias.
En 2014 te decidiste a iniciar este camino. ¿Fue fruto de la situación que atravesabas o esa idea ya rondaba en tu cabeza con anterioridad?
Al mundo de la moda en concreto no había pensado dedicarme, aunque siempre me ha gustado, lo tenía como una simple afición, nada serio. Por esa época ya tenía mi vida encaminada al Derecho, que era la carrera que estaba estudiando. Pasé por una enfermedad, no sabía qué podía ser de mí, de mi carrera, así que decidí hacer algo. En esos momentos en los que estaba en la cama se me ocurrió abrir una tienda online, que era algo que no implicaba mucho esfuerzo físico, no necesitaba moverme, lo podía hacer casi todo desde el ordenador y desde mi cama. Surgió así. Comenzó a crecer y fuimos llegando hasta el punto en el que estamos hoy.
"Siempre me ha gustado la moda, pero no pensaba dedicarme a ello" |
¿En qué momento viste que esa iniciativa iba a ser lo que más tiempo te ocupara en el día a día?Para mi sorpresa empezó a arrancar bastante pronto. Dudaba sobre quién se iba a fiar a la hora de hacer pedidos online a una chica que no conocía personalmente. Arrancó y en dos meses ya tenía una media de diez pedidos al día, que no era gran cosa, pero sí notábamos que era constante. Cuando abrí mi primera tienda, que fue un salto muy grande, me di cuenta de la seriedad que tomaba el proyecto y que se estaba convirtiendo finalmente en mi profesión, en mi trabajo diario, en aquello que dedicaba gran parte del día, e incluso de la noche, cuando tienes un negocio y eres emprendedor hasta sueñas con todo ello, es como un hijo.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde que fundaste Glowrias?En estos momentos soy también 'influencer'. Comencé sólo con la marca, pero como lo hacía todo yo y era la cara visible, sin darme cuenta acabé siendo 'influencer', aunque es una palabra que, sinceramente, no me gusta mucho. Mi día a día depende de mucho si tengo campañas con marcas o viajes, solemos hacer muchas colecciones en diferentes partes del mundo. Esto hace que pueda pasar un día entero metida en casa, en la oficina y, últimamente, viajando en avión, las últimas semanas prácticamente estoy cogiendo un vuelo al día, tengo que combinar el trabajo de 'influencer', estar en eventos, responder a las marcas que confían en mí, pero también estar a la altura de mi empresa, así que no me queda más remedio que tener energías para todo.
Uno de tus sueños era vivir en París, algo que has podido cumplir pero, ¿qué supone Madrid para ti?Madrid siempre será hogar. He nacido y me he criado allí, también tengo a mis padres en la ciudad donde empezó todo. Siempre tendré un gran cariño a Madrid.
¿Crees que Madrid podría convertirse en un referente internacional para la moda y, si es así, qué le faltaría para lograrlo?Creo que Madrid, en los últimos años, ha dado un giro de 180 grados, se ha convertido en una ciudad referente a nivel internacional, incluso mucha gente de otros continentes anhela vivir en Madrid. Más que de la moda, como ciudad cosmopolita y la gran oferta de restaurantes, ocio y entretenimiento, Madrid será siempre una ciudad que nunca duerme, un punto que en los últimos años va destinada a ser un referente en este sentido.
Con más de 1 millón de seguidores en Instagram puedes dar mucha visibilidad a los productos tanto de tu tienda como de otras marcas. ¿Te supone un punto de exigencia tener que alimentar las redes sociales de contenido constantemente?Si te lo quieres tomar en serio, tener contenta a la comunidad, que para mí es fundamental, tienes que crear contenido de forma constante, sobre todo pensado para la audiencia, no sólo lo que a mí me apetezca. Siempre que algo encaje con mis gustos y estilos de vida, hay que estar pensando en el público, el algoritmo cada vez es más exigente con eso, no puedes parar, hay que hacer contenido de más calidad y eso hace que a veces te quedes sin ideas. Hay rachas mejores y peores. Tampoco puedes saturar con excesiva publicidad a la audiencia, sino que la mayor parte del contenido sea orgánico.
Hablando de redes sociales, hay una cara menos amable. ¿Tienes 'haters'?
Sí, creo que todos al final los tenemos. Si digo la verdad, al principio me resultaba muy doloroso, no comprendía la maldad del ser humano, sobre todo de gente que no te conoce, que no sabe por lo que puedes estar pasando. A día de hoy, el odio sigue sin hacerme gracia, pero lo acabas asimilando e incluso entendiendo. Cada uno tiene sus trucos, el mío, como siempre estoy enfocada en mi trabajo, es no tener tiempo para no darle peso a un comentario o a un mensaje, salvo que crea que es relevante, también hay críticas constructivas. Si es un mensaje destructivo, lo mejor es enfocarte en lo tuyo, seguir adelante, entender que esa persona está volcando un odio que a lo mejor no lo has generado tú sino su situación personal. Lamentablemente eso va a estar ahí siempre
"Aunque no me haga gracia, he acabado asimilando el papel de los ‘haters'" |
Como empresaria has tenido que hacer frente a vicisitudes como la pandemia o la guerra de Ucrania y la inflación. ¿Qué lecciones has sacado de todas estas experiencias?De la covid aprendí como empresaria es que los costes fijos hay que reducirlos en la medida de lo posible, hay que tener cierta holgura y flexibilidad de cara a imprevistos que ni siquiera puedes imaginar, como es el caso de la pandemia. Tener costes variables es un plus, aunque en una situación normal pueda ser más elevado, pero ante circunstancias como las que hemos vivido últimamente te permite no tener que hacer frente a unos costes fijos que, con ventas o sin ellas, tienes que asumir. Estamos aprendiendo y poniendo remedio, una estructura empresarial no se cambia de la noche a la mañana. Con la guerra de Ucrania hemos visto una subida brutal de precios en todos los sentidos, muchas fábricas han cerrado, el precio de la luz y las materias primas se han encarecido mucho: vestidos que antes podía vender por 29 euros, ahora tienen un coste mucho mayor incluso fabricándolos yo misma. Esto exige más cautela, este mundo cambia a una velocidad increíble y hay que tratar de adaptarse.
Si alguien te preguntara cuál es la fórmula del éxito, ¿qué le dirías?Es complicado. La fórmula se alimenta de factores como la constancia, el trabajo y la humildad; también hay componentes que no dependen de ti, como el momento en el que arrancas, las circunstancias que te rodean. También hay una parte innata, hay gente que no tolera el riesgo. Para ser emprendedor e incluso para las redes sociales tienes que asumir riesgos, invertir sin saber si lo vas a recuperar y aceptar los errores y aprender de ellos.