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Universal Music Festival, una apuesta de calidad con distintivo propio

La directora del evento, Maricruz Laguna Santos, subraya que el cartel aglutina "el mayor número de estilos posibles". La majestuosidad del Teatro Real hace que se cree un clima especial con el público asistente.

Archivado en: entrevistas, cultura, música, Universal Music Festival

Una de las actuaciones del año pasado en el Universal Music Festival

"Aquí se hacen las cosas con mucho mimo y detalle, alejado del mundo de los macrofestivales"

Francisco Quirós
30/3/2023 - 16:45

Además de Israel Fernández, esta edición del Universal Music Festival congregará a Rufus Wainwright (25 de julio), Kraftwerk (día 27), Gloria Trevi (28), Gilberto Gil (29) y Lola Índigo (30). Esa diversidad es una seña de identidad que reivindica la directora del festival, Maricruz Laguna Santos, quien invita al público "a vivir la música desde otro prisma distinto a lo que se considera un festival. Cada uno de los conciertos se convierte en algo irrepetible, y eso son cosas que se queda el público para el resto de sus vidas".

Una vez que ya está configurado el cartel del Universal Music Festival, ¿qué valoración haces?
La valoración es muy positiva, optimista y con mucho entusiasmo, como cada año que hacemos este festival. Cuando lanzas el cartel es como alzar el telón. Seguro que va a tener muy buen calado y que será un éxito como otras ediciones.

El festival se celebrará del 25 al 30 de julio. Sin embargo, ¿desde cuándo comenzáis a trabajar en cada edición?
Como cualquier promotor, el trabajo que hay detrás enlaza prácticamente un año con otro. Cuando empiezas a hacer la programación para el 2023, en esa búsqueda vas estableciendo relaciones con mánagers y tomando ideas para próximos años. Hay artistas a los que a lo mejor no les cuadra un año pero sí el siguiente, lo que hace que trabajemos casi a 24 meses vista. Hay un trabajo muy arduo, pero también muy bonito; creo que uno de los aspectos más distintivos de este tipo de festivales es que se hacen las cosas con mucho mimo y detalle, es todo tan alejado del mundo de los macrofestivales que cada pincelada se cuida mucho. Buscamos un cartel que incluya el mayor número de estilos posibles, que llame a diferentes generaciones a nivel de público, que ofrezca algo distinto... Además, en un marco tan especial, único y exquisito a nivel de acústica como el Teatro Real, que tiene la etiqueta de mejor teatro de ópera del mundo.

El hecho de que el festival se celebre en el Teatro Real, ¿coloca al artista en más disposición de venir?
Por lo general, sí. El Teatro Real, como otras 'operas house' del mundo, es un valor añadido para dar esa impronta que todos los artistas quieren tener a la hora de actuar. También es cierto que a nivel de producción y de sonido el artista sabe que es un lugar único, muy especial. Todos dicen cuando acaban su actuación que es un sitio donde se crea una magia y una comunión con el público muy especial. En muchos conciertos, el artista se baja del escenario, va al patio de butacas, se sube al palco, el público se levanta de los asientos... Se generan una magia y una química muy bonitas, eso no ocurre en un espacio más multitudinario. También hablo de lo que he vivido yo como público.

El festival tiene un sello de calidad. ¿Sentís presión de iros superando año a año?
La presión la tenemos siempre porque es bueno vivir con esa ambición sana. Buscamos la superación y tener un nivel de excelencia cada vez un poco mayor, a veces se consigue y otras no, pero es parte de nuestra impronta, tratar de diferenciarnos de otras propuestas. Es un festival diverso que no se centra en un género y que no se fija lo que se hace en otros ciclos, al contrario, lo que pretendemos es llamar la atención en ese sentido, que se algo inesperado, inusual.

¿Cómo hacéis esa selección de los artistas, en qué criterios os fijáis?
Buscamos la diferenciación, principalmente. Obviamente buscamos que los artistas tengan un atractivo para el público, pero tratamos de salir de hacer lo mismo que se hace en la oferta tan inmensa de festivales que hay en este país. En el caso de buscar a artistas que están de gira, intentamos que también hagan algo diferente. En su momento fuimos los primeros en traer a Rod Stewart (dentro de esta última etapa). Cuesta, pero también se consigue.

¿Qué es más complicado, traer a una artista que está en un momento álgido, como Lola Índigo, o a traer a una leyenda como Gilberto Gil?
Complicado no sé si es la palabra, cada uno tiene su idiosincrasia. Siempre hemos buscado en el Universal Music Festival tener una relación muy estrecha con la música popular brasileña. Gilberto Gil va a estar haciendo un repaso por todo su repertorio y acompañado por una banda que la gran mayoría son familiares suyos. A partir de todo esto, nos sentamos con el mánager de Lola Índigo para decirle que no solo queremos tener a la artista sino que, además, haga algo diferente a lo que ofrecería en el WiZink Center, algo diferente incluso para su público.

Ya habéis anunciado el cartel, pero, hasta que llegue el festival, ¿qué trabajo os queda por delante?
Promocionar, hacer la preproducción, establecer la relación con socios y colaboradores, ser creativos para tener propuestas innovadoras... Nos queda mucho por hacer, como vender todos los tickets que podamos para que todos los conciertos sean un éxito. Esto no para. Cuando comienza el festival tenemos que hacer todo el trabajo de publicación, de marketing, de consolidación, de agradecimiento... Es un día a día continuo. En un festival de estas características se trabaja a pequeña escala pero de una forma muy constante y continua.

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