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Dentro de la extensa oferta teatral madrileña hay propuestas para todos los gustos, desde obras clásicas hasta otras más vanguardistas. Lejos de esos modelos, más o menos diferentes, está ‘Jamming'. El Teatro Maravillas (funciones viernes y sábados) acoge unas sesiones de lo más divertidas, con el teatro de improvisación como eje principal. Tal es el éxito de esta obra que cuenta con el aval de unos números incontestables: durante sus 20 años de vida ha recibido a más de dos millones de espectadores.

Detrás de la idea están Lolo Diego, Paula Galimberti y Juanma Díez, tres intérpretes que partieron de caminos muy diferentes hasta acabar alumbrando ‘Jamming', una obra que se ha acabado convirtiendo en mucho más.

Este espectáculo lleva más de 20 años en cartel pero, ¿cuándo fue vuestro primer acercamiento al teatro de improvisación?
Lolo: Un compañero de piso de mi tío tenía la Escuela Asura. Por probar, por hobby, fui a una clase de improvisación.

Paula: Yo estaba estudiando en la Escuela Cristina Rota y hacíamos improvisación, pero no de este tipo. Allí tenía un compañero que me invitó a ver un 'Match' en la Escuela Asura. Vi que era muy divertido y que quería probar esa experiencia.

Juanma: A mí me daba un poco de reparo la improvisación, así que también en Escuela Asura me apunté a acrobacias. El primer día me hice una rotura de fibras en el muslo, así que la semana siguiente en lugar de ir a acrobacias me fui a improvisación. Ahí me quedé.

La unión de los tres, ¿cuándo se produjo?
Juanma: Nosotros admirábamos a Paula cuando hacían el 'Match' de improvisación. Lolo y yo éramos espectadores en principio y luego pasamos a lo que se llama ayudantes de árbitro. Poco a poco tuvimos la suerte de poder trabajar juntos y hacer 'Jamming'.

Cada sesión es exclusiva y única pero, ¿notáis que hay público que repite?
Lolo: Sí, hay gente que repite bastante. Lo bueno de las sesiones de 'Jamming' es que, aunque vayas a ver una, la siguiente es diferente. Hay gente a la que le gusta la dinámica, es para ellos una apuesta segura y acaban arrastrando a más público. Tenemos una pareja que va todos los fines de semana desde hace un año, otra pareja de personas mayores han venido más de 70 veces... Es una pasada.

Experiencias como estas, ¿son lo que más os reconforta?
Paula: ¡Claro! Juanma lo dijo el otro día en una entrevista: teníamos una espectadora que venía mucho y que defiende que esto lo tendrían que recomendar en la Seguridad Social, ni pastillas ni antidepresivos, hay que ir a ver 'Jamming'. Para la gente es muy divertido. Como dice Lolo, siempre es diferente. También hay un factor que mola mucho y que nos reconforta, la gente se divierte tanto que no solo se lo aconseja a los amigos, sino que, además, repite con ellos. Cuando vemos a gente que repite, por un lado alucinamos y, por otro, pensamos qué guay.

Una obra que llega a un teatro ha tenido mucho trabajo de previo de ensayos. ¿Cómo son estos preparativos en el teatro de improvisación?
Juanma: Antes del primer 'Jamming' estuvimos trabajando diez meses o un año, estuvimos entrenando la técnica de la improvisación teatral. En nuestro argot se habla más de entrenar que de ensayar. Pensamos la estructura del formato. Lo alucinante es que dimos en el clavo, ha ido variando, pero hay algo básico que hemos mantenido desde hace 20 años, sigue teniendo la esencia del principio. Cada etapa ha ido evolucionando, hemos ido creciendo e investigando. Todo eso hace que 'Jamming' siga tan vivo y tan fresco, y que tengamos tantas ganas de seguir haciéndolo.

Hay una parte del espectáculo en la que hacéis ciertos guiños a noticias de la actualidad. ¿Puede ser un Telediario cualquiera una fuente de inspiración?
Lolo: Depende fundamentalmente de los títulos que no envíe el público, pero sí, se puede colar actualidad, aunque no siempre. Si surge la oportunidad, también es una fuente de inspiración. El Telediario no recomendaría verlo, te deja un mal cuerpo que te cagas y no sé si acaba de informar. Digamos que la actualidad es algo que, si se puede, introducimos en las sesiones. Tratamos de unirlo a temas universales, por ejemplo, lo de Tamara Falcó, que está muy repetido, lo tomamos como un guiño para empezar a hablar más en serio sobre la infidelidad.

Cuando empieza el show, os reunís en una especie de corrillo sobre el escenario durante un corto espacio de tiempo. ¿Es parte de un ritual o lo usáis para decir las líneas sobre las que se moverá la sesión?
Paula: Es un ritual satánico (entre risas). Lo que hacemos es, justo antes de empezar, compartir cómo estamos en ese momento presente, si somos conscientes de la gente que hay, si estamos más contentos o más tristes... Ser consciente de cómo estamos aquí y ahora. Nos hace estar muy presentes y saber cómo está el compañero para la función.

Lolo: Nos trae a nosotros y, por ende, al público al aquí y al ahora, que es cómo se construyen estas sesiones.

Después de tantos años y de haber pasado por escenarios como el del Festival de Almagro, ¿qué anécdota recordáis?
Lolo: Precisamente en Almagro se nos olvidó el cumpleaños de Juanma de los nervios que teníamos. Era la primera vez, y creo que la única, que una compañía de improvisación iba a Almagro. Estábamos muy nerviosos, era mucha responsabilidad. La apuesta de la organización, que querían algo diferente, era bastante arriesgada. Estábamos tan concentrados con el estreno que se nos olvidó que ese día era el cumpleaños de Juanma. Lo mejor es que ni él mismo se acordó.

¿Ha habido algún momento en el que sintierais que la relación con el público no fluía?
Paula: Normalmente no pasa, la verdad, la gente está a favor, con muchas ganas, muy entregados. Sí es cierto que alguna vez, por ejemplo, cuando vamos a un evento de empresa, donde la gente se encuentra con el espectáculo, hay parte del público que está un pelín más desconectada o con menos ganas de participar. Es una energía que se percibe. Siempre hay un sector que está muy enganchado y acaba incluso contagiando al resto de compañeros.

¿Notáis un cambio en el público, respecto a las ganas de pasarlo bien, tras el bache de la pandemia?
Juanma: Sí, se nota que hay ganas y que lo hemos pasado mal. Hemos visto que nos hace falta el teatro, la creación en vivo, y 'Jamming' si es algo es eso. Notamos que la gente está con sed de teatro y de pasarlo bien con nosotros.

Paula: El último viernes de cada mes tenemos la sesión golfa, con artistas invitados. La abrimos el 30 de septiembre con Fernando Tejero y Malena Alterio, junto a una banda que toca en directo mientras el público entra. Por primera vez estaba todo el mundo de pie, bailando como si estuviera en una discoteca. Ha sido duro este tiempo de atrás.

Lolo: Durante la pandemia también fue muy especial porque la gente venía muy agradecida en el teatro. Cuando estábamos con los toques de queda sentía una energía diferente, creo que también ha servido para darle más valor al teatro.

Además de este espectáculo, tenéis una escuela de improvisación. Para el público que quiera acceder, ¿qué requisitos son necesarios?
Lolo: Ganas de pasárselo bien lo primero.

Paula: Ningún requisito, no es necesario haber estudiado interpretación o dramaturgia, solo ganas de venir, de pasarlo bien y de investigar en la parte de la improvisación.

Juanma: Tenemos un abanico amplio de posibilidades, te puedes apuntar a cursos de iniciación y otros más avanzados. De lunes a domingo, tenemos ocupados todos los horarios y opciones posibles.

Otra de las patas de 'Jamming' son los eventos para empresas. Además de los shows, también trabajáis una parte de formación.
Lolo: Tenemos distintos 'team buildings' que pueden ir encaminados, por ejemplo, a fomentar el trabajo en equipo. Las dinámicas que tenemos en la escuela las trasladamos al mundo empresarial a aspectos específicos, como el 'storytelling' aplicado a una ponencia o una exposición al resto de compañeros. A efectos prácticos, para mí es como un curso en nuestra escuela, de hecho algunos los hacemos en nuestras propias salas.

¿Qué os ha aportado a vuestro día a día esta experiencia acumulada con el teatro de improvisación?
Juanma: En mi caso es que es, directamente, mi forma de vida. Es mi pasión, lo que más me gusta hacer. Es una forma también de entender la vida, estar en el aquí y en el ahora, escuchar, que el sentido del humor esté operando constantemente. Es una especie de cultura 'Jamming'.

Paula: Lo primero que me ha venido a la cabeza es que llevamos haciendo esto 20 años sin parar, temporada tras temporada, desde septiembre a julio. Nos ha pasado de todo en la vida, no en el 'Jamming'. Poder subirse al escenario pase lo que pase, aunque se te haya muerto alguien o hayas roto con tu pareja, y puedas hacer esto sana mucho.

Lolo: Como dice Paula es muy sanador, todo esto me permite conocer más a mí mismo y, por ende, me permite estar más presente en el mundo, disfrutar más de la vida, con sus momentos más felices y los más amargos, y la relación con Paula y Juanma. Es una forma de vida.