La artista vuelve a formar parte de Tess, una de las bandas que estará presente en el festival ‘Love the Tuenti's'. Se celebrará el 25 de junio en Ifema. También nos habla de su pasión por el yoga.
Archivado en: entrevistas, cultura, música, Úrsula Sebastián, yoga
F. Q. Soriano
16/6/2022 - 16:37
El verano se ha hecho notar en Madrid mucho antes de que dicha estación sea una realidad. Para combatir las altas temperaturas, la agenda cultural ofrece alternativas tan refrescantes como ‘Love the Tuenti's', un festival de música que se celebrará el próximo 25 de junio en el Recinto Ferial de Ifema.
El cartel es un guiño a la música con la que dimos la bienvenida a este nuevo siglo, de la mano de grupos como Tess. Una de sus integrantes, Úrsula Sebastián, cuenta a GENTE cómo están viviendo una experiencia que se ha hecho esperar.
¿Qué nos puedes contar del regreso de Tess?
La música forma parte de mí, de hecho estoy ahora intentando unirlo con el yoga. El regreso de Tess es muy bonito. Íbamos a haber actuado en el Festival 'Love the Tuenti's' en 2020, pero llegó la pandemia y todos nos tuvimos que meter en casa. En ese momento seguimos trabajando, también pensando en que se cumplían 20 años de nuestro primer disco, 'A nuestra edad'. Nos planteamos hacer algún tema nuevo, una idea que no se podría dar si no nos lleváramos tan bien, ante todo somos amigas. Surgió de forma natural componer un tema en medio de la pandemia, pero sobre todo volvemos con motivo del 'Love the Tuenti's' del 25 de junio. Nos hace mucha ilusión. En 2016 tuvimos una actuación 'remember', en una sesión que se llamó 'Que trabaje Rita'. Fue una formación un poco loca. Yo estuve en el primer disco y después me fui de Tess, quería estudiar una carrera y hacer otras cosas, así que se sumó Rosa López. Para esa actuación nos juntamos las tres. Con Rosa no había compartido nada con anterioridad, pero la conexión fue inmediata. Esto nace de que nos llevamos muy bien, las tres tenemos un gran amor por la música y tenemos mucha ilusión de poder hacer algo desde otro plano, ya no somos las niñas de finales de los 90.
Cuando echas la vista atrás y te comparas con la Úrsula de 'Al salir de clase', ¿qué cambios ves?
Es muy curioso, hay muchos cambios, pero la esencia es la misma. Se mantienen las ganas de estar en el escenario, para mí es una energía tremenda, poder actuar en el 'Love the Tuenti's' con todo el público que va a haber y el escenario que se va a montar es increíble. Por supuesto hay también un trabajo de evolución a partir de las experiencias de vida que me permiten vivir esto con las mismas ganas, pero también con más conciencia.
¿Crees que este nuevo viaje de Tess tendrá más recorrido?
Puede ser. Soy muy abierta y no lo descarto, sería estupendo, pero tendría que ver mucho con la respuesta del público, si nos da ese 'feedback' necesario para poner en marcha toda la maquinaria. Creo que en una vida creativa y, por supuesto, la música siempre tiene la puerta abierta.
¿Qué recuerdos te evoca aquella experiencia en 'Al salir de clase'?
Fue una experiencia increíble. Cuando nos dijeron que íbamos a participar en la serie no nos lo podíamos creer, yo era fan de 'Al salir de clase' y, de repente, iba a formar parte de ella. Llevaba años en el mundo de la interpretación, había hecho anuncios y presentado un programa en Telecinco que se llamaba 'Ven con nosotros', por lo que tenía ese contacto. En ese momento había muchos menos canales de televisión que ahora, salir en esa serie suponía, por narices, que la gente te conociera por la calle. Era como un sueño, participar en 'Al salir de clase', que tenía mucho éxito, y encima unirlo con la música. A las dos semanas de empezar a salir en la serie te conocía todo el mundo, el poder de la televisión en esos momentos era espectacular. Siempre cuento una anécdota: teníamos un acto de promoción en Sevilla con Tess, una firma de discos en El Corte Inglés. Pensábamos que iba a haber cuatro gatos para vernos. Cogimos un taxi y, al llegar, vimos que había un atasco enorme para ir al sitio que nos habían citado. Nos preguntábamos qué pasaba hasta que vinieron los de seguridad y vimos que el follón era por nosotros. No cabía ni un alfiler. Me llevo el regalo inmenso de amistades increíbles que hice en esa serie, me lo pasé muy bien, fue algo único.
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En este tiempo de paréntesis de Tess, Úrsula Sebastián, además de probar suerte en la música ‘house’, ha descubierto otra de sus grandes pasiones, el yoga.
Aseguras que lo tuyo con el yoga no fue un amor a primera vista, sino algo más gradual. ¿Cómo fue todo ese proceso?
En 'Al salir de clase', cuando estuve trabajando, conocí a Bernabé Fernández, que ahora es uno de mis mejores amigos. Me recomendó hacer el yoga que hacía Madonna. Pensé que si él me lo recomendaba y lo hacía Madonna, yo tenía que probarlo. Al respecto siempre soy muy sincera. No tenía, para nada, una llamada espiritual, ni muchísimo menos. Entonces, el ashtanga yoga, que es el que yo enseño y practico, no era nada conocido, en Madrid solo había una escuela. Mi madre se vino conmigo a la primera clase, fue un auténtico palizón y no comprendí nada, pero había algo dentro de mí que sabía que iba a volver. Fue muy gradual, yo estaba en la Complutense estudiando Periodismo, luego empecé en el mundo de la música 'house' con mi hermano y no paraba de viajar, pero entonces ya me llevaba mi esterilla a cada lugar. Me di cuenta que tenía que buscar coherencia en mi vida. Cuando empecé a practicar yoga con cierta disciplina, se convirtió en una especie de hábito diario, como ducharme o lavarme los dientes. Ha sido una transición de muchos años, hasta tener la certeza de querer dedicarme a ello. Me formé con mi profesor, fui su asistente y viajé a India a estudiar con Sharath Jois, que es el máximo divulgador actual de este estilo de yoga. Creo que es como enamorarse, que no consiste en el flechazo inicial. Finalmente me he rendido a esta manera de ver el mundo, de vivir y de cuidarme.
Has podido, además, aunar ese amor por el yoga con tu formación académica, el Periodismo, a través de una serie de podcast.
Para mí el yoga es una manera de vivir la vida más plena. Como tengo también esa pasión por la comunicación, me planteé hacer un podcast, sobre todo porque creo que es muy importante cultivar la curiosidad y hay muchas herramientas para ello. El podcast se llama 'Ars vivendi', el arte de vivir. Merece la pena dar cabida a todo aquello que nos nutre y amplía nuestra mente. Lo dividimos en entrevistas con personas que hablan de temas que, en mi opinión, pueden ayudar a crecer en campos tan diversos como la nutrición, sonoterapia...
¿Qué peculiaridades tiene el ashtanga yoga?
Lo defino como un yoga artesanal porque pretende crear autopracticantes. La secuencia está diseñada, pero en las clases se enseña de manera personalizada cada postura, de tal modo que cuando lo vas memorizando e integrando se van añadiendo nuevas posturas. Esto permite que sea una clase multinivel y que la hora de entrada y salida sea flexible. Es también una forma de evitar lesiones y que cada uno, de forma individual, cultive ese estado de concentración. El yoga, por la definición en los textos sagrados, es el cese de las fluctuaciones de la mente. Esa es la razón por la que el yoga engancha tanto: entramos por la ventana física de mover el cuerpo, pero la finalidad tiene que ver con la mente para tenerla bajo control. Buena parte de los cuadros de estrés y ansiedad vienen porque tenemos el foco en muchos frentes. Volviendo al ashtanga yoga, es importante hablar del binyasa, que es la sincronización de respiraciones que van enlazadas con cada movimiento. Se divide en series: primaria, intermedia y avanzada que, a su vez, su subdivide en A, B, C y D. Es una práctica muy diferente, te confronta mucho contigo mismo. El yoga es, sobre todo, respiración consciente en el momento presente, y eso es la práctica más elevada, incluso más que cualquier postura, llevar nuestra atención al aquí y al ahora, que creo que en el mundo en el que vivimos es un gran desafío.
¿Qué beneficios tiene la yogaterapia?
Me formé con Miguel Fraile. Él era una eminencia porque, además de profesor yoga, estaba formado en budismo y era médico. El yoga en sí es una terapia. Todavía seguimos disociando mente, cuerpo y alma y no es cierto; nuestro cuerpo sostiene nuestros emociones, vivencias y sentimientos. Hay muchos estudios que demuestran que la práctica de yoga mejora la actividad cerebral, la ciencia lo sustenta. El sistema nervioso es uno de los ejes de nuestra salud y se trabaja, fundamentalmente, a través de la respiración. En base a esto se pueden trabajar ciertos aspectos emocionales o de ansiedad, solo poniendo atención a la respiración.
¿Se acercan más los madrileños a la práctica del yoga?
Sin duda alguna. Ayuda que desde la medicina también se hable de esta práctica. Por ejemplo, antes había gente con problemas de espalda que no podía hacer nada y ahora se les recomienda esta práctica. La gente cada vez tiene una actitud más receptiva respecto al yoga. Cuando viene la gente a la sala te das cuenta de que es un refugio a estas vidas tan aceleradas que llevamos; el yoga nos invita a la pausa, es lo contrario a la prisa. El ruido mental es algo que debemos trabajar y el yoga es medicina para eso. Cada vez hay más personas que se animan a hacer yoga, sobre todo hombres.
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