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Teresa Cardona: "El deseo de venganza es puramente humano, está en todos nosotros"

La escritora madrileña publica ‘Los dos lados' (editorial Siruela), su primera novela en solitario. De corte policiaco, está ambientada en San Lorenzo de El Escorial.

Archivado en: entrevistas, cultura, literatura, Teresa Cardona

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F. Q. Soriano
22/4/2022 - 00:50

Con el aval de un gran reconocimiento en Francia, la escritora Teresa Cardona ha decidido ampliar su recorrido literario con un doble salto: su primer título en solitario (en el país vecino ha firmado sus obras junto a Eric Damien) también supone el estreno en nuestro país. Esa apuesta ha dado como resultado ‘Los dos lados', una novela para la que la autora madrileña se ha servido de un contexto inigualable: San Lorenzo de El Escorial.

Una escritora con trayectoria literaria en Francia y ciertas raíces en Alemania. ¿Qué se siente al ver tu primer libro publicado en España?
Es una alegría brutal haber encontrado una editorial como Siruela, es como si me tocase la lotería; si hubiera podido elegir entre todas las editoriales españolas, habría escogido esta. Es una sensación fantástica cuando publicas por primera vez, pero no tiene nada que ver hacerlo sola y en tu propio idioma.

¿Cómo podríamos definir la novela?
Lo primero, describe un sitio maravilloso como es El Escorial. Las novelas policíacas son como una guía de viajes. Por ejemplo, Domingo Villar te enseña muy bien Vigo y, además, gracias a él no se te pasa por la cabeza pedir unos percebes el lunes. Espero que eso, en cierto modo, le ocurra a la gente con esta novela, que se lo pase bien, que se mantenga la intriga, que tengas ganas de visitar el sitio y, si es posible, que te haga pensar, porque eso quizás te lleva a leer más libros del mismo autor.

En Francia has publicado otros libros junto a Eric Damien. ¿Qué aspectos a favor y en contra encuentras de publicar sola?
El trabajo entre dos, o como nosotros decimos, a dos cerebros, tiene muchísimas satisfacciones y es muy divertido porque todos los personajes tienen padre y madre. Eric y yo debatíamos una barbaridad en relación a esto, hay una complicidad que, además, ayuda mucho cuando entras en un bloqueo. Todo esto lo echas de menos. Escribir sola hace que vayas muchísimo más rápido y también me gusta mucho poder decidir, de forma totalmente individual, qué pasa con cada personaje.

"A San Lorenzo regreso en vacaciones; me unen lazos familiares"

¿Por qué la elección de San Lorenzo de El Escorial como escenario de la novela?
Me une con San Lorenzo de El Escorial toda la historia de mi familia. Mis abuelos compraron una casa allí, mi madre llegó de bebé, a mí me llevaron desde pequeña, mis hijos también lo visitaron desde muy pequeños... Cuando mi padre decidió que nos fuéramos a vivir a Alemania, en el año 1991, lo único que nos quedó en España fue El Escorial, así que regresaba allí en cada etapa de vacaciones. Por eso se convirtió más en mi pueblo que Madrid, donde yo había vivido hasta los 18 años.

¿Cómo han acogido la novela sus vecinos?
Podía pasar dos cosas de cara a la presentación: que nos tirasen piedras o que la gente estuviera encantada. Gracias a Dios pasó lo segundo. La gente fue encantadora, creo que los vecinos están muy contentos y orgullosos de que se dé el protagonismo a su pueblo, no solo al monasterio. Cuando se piensa en San Lorenzo de El Escorial, todo el mundo piensa en el monasterio. Esta vez el pueblo también tiene su protagonismo y, además, los habitantes participan en desentrañar el misterio de la novela.

'Los dos lados' es el título del libro. Esa dualidad está muy presente en toda la historia, incluida en ese contraste entre el hervidero de comentarios cuando acontece algo importante en un pueblo y el silencio colectivo, casi pactado, hacia fuera.
Es verdad que los pueblos, al ser unos entornos más pequeños, hay veces que sus habitantes intentan olvidar ciertas cosas, porque si no, no se podría convivir. Es cierto que aquí se desentraña el misterio cuando el pueblo empieza a hablar, simplemente porque es una historia que conocían desde hace 30 años. La solución del libro se da por la comunicación que los guardias civiles empiezan a tener con los vecinos. Una de las cosas que más me gustan de El Escorial es que es un pueblo muy personal, muy vivo, no es un lugar donde la gente se marcha para ir a trabajar y regresa de noche; la gente sigue encontrándose en la churrería, en el kiosko de los periódicos, en el Ayuntamiento...

Gran parte de novelas de este género apelan a protagonistas como policías o incluso detectives. ¿Por qué has escogido a la Guardia Civil?
La Guardia Civil tenía que estar. Si hay un asesinato en El Escorial, se ocupa la Benemérita, y como mi prioridad era ambientar la novela en El Escorial, estaba obligada a incluirlo.

"En mis novelas trato de mostrar que el mundo no es blanco o negro"

Dentro de todos los dilemas éticos que plantea 'Los dos lados', hay uno que sobresale. ¿El fin justifica los medios?
El fin no justifica los medios, pero creo que no deberíamos nunca juzgar, yo al menos lo intento. Siempre trato de pensar qué habría hecho si estuviera en la piel del otro. Es muy fácil decir que algo no se debe hacer, pero la pregunta que nos deberíamos plantear siempre qué habría hecho yo si estuviera en esa situación, sin emitir un juicio de valor, es muy fácil hacerlo desde la seguridad. Siempre hay matices. En mis novelas trato de mostrar que el mundo no es ni blanco ni negro, es gris, además, con muchos matices, y hay que vivir en ellos. El otro día mi marido me dijo que mis libros son como el monasterio: es gris y cuando te acercas te das cuenta de las paredes rugosas, lejos de la impresión de rectitud que da en la lejanía. Si la gente, al terminar mi libro, se plantea que tiene que haber varios prismas para ver las cosas, creo que habré conseguido lo que intentaba.

En cierto modo la sombra de ETA está presente en el libro. No sé si es un espejo ante el que colocarnos como sociedad para recordar que la venganza es un deseo más recurrente de lo que nos gusta reconocer.
La venganza es puramente humana, está en todos nosotros. La literatura está plagada de historias de venganza y todos sentimos, en alguna ocasión, esa ansia. El recurso de ETA lo cogí porque el libro tiene un caso similar que en Alemania tuvo muchísima repercusión mediática y que dividió en su día a la población, entraba muy bien en esa confrontación que quería hacer de los dos lados, colocar a ambos frente al espejo. Si la gente se plantea que, efectivamente, hay que ver las dos versiones, sin decir quién es el bueno y quién el malo, es un gran avance.

"Actuar en un arrebato no puede pesar menos que toda una vida"

Otra herramienta en la que te has apoyado es el mito de Tántalo.
Me encanta la mitología, considero que las cosas que no han cambiado tanto, como se demuestra en 'La Ilíada' y 'La Odisea'. Es una representación del bien y del mal y, muchas veces, deja una especie de moraleja, además, con muchos grises y matices. Lo de Tántalo lo escogí porque es un resumen de lo que sucede en la historia de la novela.

Regresando al deseo de venganza, ¿cuál es más peligrosa, la impulsiva o la meditada?
Al fin y al cabo las dos son iguales: la consecuencia para el que la sufre es la misma. Actuar en un arrebato no puede pesar menos que el dolor de toda una vida. La venganza se supone que nunca es buena.

Otro elemento presente en 'Los dos lados' es la culpa. ¿Se puede vivir con ella o es una carga demasiado pesada?
Yo distingo dos tipos de culpa en situaciones así: la de aquel que no lo pudo evitar y la del autor. En el caso de un asesino, no digo que no se pueda redimir, pero no ayuda a revivir a la víctima. En cuestión de todos aquellos que siguen achacándose qué habría pasado si hubieran actuado de otra manera, es una piedra que se lleva siempre en el bolsillo y que, solo de vez en cuando, consigues sacarla fuera; cuando alguien tiene que vivir con la idea que eres la causa de algo, es muy complicado liberarse de la culpa.

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