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Juan Echanove: "Somos expertos en desdramatizar, incluso los episodios más horrorosos"

El veterano actor dirige y encabeza el reparto de la obra ‘Ser o no ser', programada en el Teatro La Latina. El texto refleja la invasión de Polonia por la Alemania nazi.

Archivado en: entrevistas, cultura, teatro, Juan Echanove, Lucía Quintana, Nicolás Illoro

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Fotos: Teresa Rodríguez Miguel

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F. Q. Soriano
18/3/2022 - 00:01

Aunque la realidad se sigue empeñando en superar a la ficción, nunca está de más echar mano de esta última para recordar algunos de los episodios históricos que el ser humano no debería repetir jamás. La obra ‘Ser o no ser' es un ejemplo de ello. El texto de Ernest Lubitsch adquiere una nueva dimensión en el Teatro La Latina, gracias a la dirección de Juan Echanove. Hablamos con él y con otros dos actores: Lucía Quintana y Nicolás Illoro.

'Ser o no ser' es una obra que ya tiene un recorrido histórico. Pero, para aquellos que aún no la hayan visto, ¿qué se van a encontrar?
Juan Echanove: 'Ser o no ser' es la historia de una compañía de teatro en la que cada miembro ocupa un rol pero que todos saben remar en la misma dirección: levantar el telón. En el contexto de la invasión de Polonia por parte de Hitler, se ven involucrados en una trama que afecta directamente a la resistencia polaca y que pueden frenar con su intervención. Ellos deciden afrontar su responsabilidad con lo único que tienen a mano, su teatro. Así montan toda una serie de operativos para confundir al enemigo, para acabar con el malo y que haya una esperanza para Polonia. La valentía que demuestran saliendo al escenario cada noche es la mejor arma que tienen.

En ese contexto, el drama es evidente, pero el humor también está muy presente.
Lucía Quintana:
Sí, efectivamente. El sentido del humor es tan necesario para poder distanciarte de las cosas terribles de la vida y poder oxigenar tu cerebro y tu alma. Como dice Juan, su arma es la actividad teatral. En el caso de María Tura se las ingeniará a base de sentido del humor, ironía y dotes como actriz para engatusar a los nazis. Los protagonistas no se lo piensan dos veces, van a saco, y eso produce hilaridad, que el público descubra si logran salir airosos. También hay un punto de vodevil a partir del triángulo amoroso que se forma entre los señores Tura y el aviador polaco, que es un admirador entregado. La mezcla es explosiva. El montaje es buenísimo. Tener a Juan como director es maravilloso, tiene muy claro qué quiere hacer, aporta mucha sabiduría, estoy muy agradecida de ser partícipe de esa maestría. Que te dirija un primer actor y un gran director es estupendo en una comedia que esta, que es relojería, música, matemáticas... Ha sido un proceso muy bonito. Ha creado un show con una estética preciosa, tanto por vestuario, escenografía, luces, una música creada por José Recacha. Es una función muy coral, detrás y delante.

"El sentido del humor es necesario para oxigenar cerebro y alma" 

Juan Echanove: Todo el equipo hemos tirado hacia delante porque hemos visto que el equipo técnico estaba a un nivel extraordinario. Les pedí a todos que quería ver tramoya teatral antigua y, para ello, necesitábamos la tecnología oportuna, ya sea para proyectar una imagen o para que aparezca un telón de tela pintado... Para hacer todo ese juego, y sin un equipo tan grande como el que pueda tener un teatro nacional donde cada uno se dedica a algo muy delimitado.

Nicolás Illoro: Hay otra función detrás de la propia función.

A la hora de enfrentaros a estos personajes, ¿habéis recurrido a montajes anteriores para tomar ideas?
Juan Echanove:
No, de hecho les prohibí ver la película o recurrir a la adaptación de Salvatierra y Lavín, que fue la anterior. Recuerdo cuando me decían algo similar para hacer 'La fiesta del chivo', yo leí esa novela en el año 2000 y no necesité volver a leerla. Cuando uno hace teatro, hace teatro, no hay que imitar, subrayar o extraer algo; hay que soñar lo que quieres contar y explicarlo con las armas que tiene la dramaturgia, con la intervención de todos los elementos del teatro que son ancestrales para hacer un gran show. Para empezar, hay que tener un buen equipo y un gran elenco, y luego, darles a cada uno la responsabilidad de lo que están haciendo. Tengo una capacidad: aunque esté trabajando en algo milimetrado, puedo pensar en lo que está haciendo mi compañero. Yo, en el momento en el que estamos haciendo la función, no soy un director pesado, me gusta meter caña en los ensayos para que los actores no hagamos con los personajes lo habitual, sacarlos de madre. Afortunadamente, al estar presente, puedo hacer que la longevidad del montaje permita convivir con los actores.

La situación actual, con la invasión de Rusia en Ucrania, ¿creéis que ayuda a que el público sienta mejor el drama al que se enfrentan los protagonistas de la obra?
Juan Echanove: Sin duda alguna. Entendiendo que además con toda la cantidad de información de lo que estamos viviendo, que dudo que todos tengamos la capacidad para poderla sintetizar y digerir, por qué no dar un espacio en nuestra vida a contemplar el rasgo de nuestra tragedia con una cierta distancia y sentido del humor. Somos el país de Valle-Inclán, de Cervantes, de Quevedo y somos el país de Rafael Azcona, somos expertos en desdramatizar los dramas más horrorosos, y no hay que renunciar a ello. Una comedia que no tiene capacidad de conmover, de encogerte el corazón y de hacerte pensar sobre algo que pasa, me parece que es una comedia de situación, y eso tiene otro ámbito, pero no es el teatro.

En 'Ser o no ser' también se hace referencia a 'Hamlet'. ¿Qué tienen las reflexiones de esa obra para que sigan estando vigentes?
Juan Echanove:
El punto de partida de nuestra dramaturgia fue entender que era la historia de la compañía de los cómicos de 'Hamlet'. Tengo la sensación de que Lubitsch, que era un entendido en Shakespeare, usó eso también como germen. A partir de esa idea comenzamos a jugar con la compañía. Al principio era una función de teatro dentro del teatro que habría acabado siendo una madeja, horrible. Entonces, no sabía que iba a haber una guerra en Ucrania. El día que Hitler, perdón, Putin, que es lo mismo, invade Ucrania, doy por finalizados los ensayos en Madrid.

"El teatro necesita a gente como Echanove; es un gran capitán" 

¿Alguna vez habéis vivido situaciones de amor a tres bandas dentro de un elenco de actores como las que viven los protagonistas de 'Ser o no ser'?
Nicolás Illoro:
Yo como parte del triángulo, no, pero sí que lo he vivido de cerca. Por lo menos en la escuela de actores era el pan de cada día, gente que se enamoraba porque los papeles se lo decían.

Lucía Quintana: A mí eso sí que me ha pasado, pero lo del triángulo como tal, no. Hay una fascinación con el mundo de la interpretación, por eso el aviador se convierte en el fan número uno de mi personaje. En el mundo del teatro estás jugando con tus emociones, así que hay veces que se producen enamoramientos, te expones, te abres.

Juan Echanove: Yo nunca. Siempre he sido muy seta. Bueno, quizás, algún romance pasajero con alguna compañera, sí, pero no a tres bandas. Ya me hubiera gustado. Estas cosas que dice la gente de que es mejor no mezclar el trabajo o que no se viene aquí a hacer amigos, no estoy nada de acuerdo. Afortunadamente, hace ocho años conocí a mi mujer, y como estoy felizmente casado, todas estas cosas me han dejado de interesar.

¿Cómo ayuda el hecho de que el director de la obra también forme parte del elenco?
Nicolás Illoro:
Es importante que un director sepa de muchas cosas, pero sobre todo de dirigir a actores y qué supone el oficio, especialmente para transmitir qué quiere que hagas. Juan tiene mucha práctica en ambas cosas, lo hace fácil, es entendible. A veces, una relación entre director y actor no funciona porque no se entienden. A mí me hablan de términos como blancos, negros, duros... Es más fácil cuando te dicen exactamente cómo hacer las cosas. El hecho de que esté siempre en la función nos ayuda a que los personajes puedan ir evolucionando, pero de una manera sensata.

Lucía Quintana: Siempre me gusta que los directores vengan a ver las funciones. Soy muy sensible cuando una obra se descabala desde dentro, no lo puedo soportar. Que Juan esté dentro va a hacer que eso no ocurra. Es muy fácil trabajar con él, aparte de sabérselas todas y de saber cómo manejar a un actor, humanamente es una persona muy generosa, tiene psicología. Es un gran capitán, sabe llevar los barcos grandes a buen puerto. El teatro necesita a gente así, muchos no conocen el oficio, Juan sí. Esto requiere un esfuerzo titánico. Es un pilar del teatro de este país, he crecido en teatros y sé que no hay muchos casos así; no quiero que lo deje nunca.

Aunque ya no tenga tanta presencia en la actualidad informativa, la pandemia sigue estando ahí. Desde vuestro punto de vista, ¿notáis que la situación está cambiando en la cultura?
Juan Echanove:
Claramente va cambiando y, de hecho, creo que en breve, cuando desaparezcan las mascarillas en interiores, tendremos la satisfacción de volver a trabajar ante aforos completos, cuando hemos llegado a trabajar ante reducciones del 80%, era una sensación de devastación y de soledad. Hubo un momento, en Salamanca, que pensé que esto se acababa, que teníamos que parar. Hemos ido navegando dos años, así que ahora no se quién está preparado para convivir con una situación de amenaza de una guerra, pero estoy convencido de que estamos muy fortalecidos. Solo nos queda la parte del derramamiento de sangre, que lo estamos viviendo en Ucrania, Ucrania somos nosotros, esa agresión, como la de Hitler a los Sudetes, no va de recuperar un terreno, no, es mucho más. Estamos repitiendo exactamente el mismo trayecto que el de la llegada de Hitler al poder, con una democracia dudosa como la que tenía Alemania entonces; que Rusia haya caído en manos de un mafioso, es una desgracia para la humanidad, como lo fue que Estados Unidos estuviera gobernada por Trump. El problema es que ya son demasiados tramposos, utilizan a la población civil para conseguir sus fines.

Un mensaje para el público.
Nicolás Illoro: El otro día pensaba que, en el fondo, es una putada que yo no pueda verla como espectador, me divertiría mucho viéndola. Creo que el público lo va a disfrutar, que creo que es realmente lo que se busca en el teatro, salir con la sensación de que lo has pasado bien.

Lucía Quintana: Es una función que tiene mucha magia. Me gusta poder decir algo que ya he dicho a lo largo de mi carrera en alguna ocasión, es una de las obras que crea afición.

Juan Echanove: Esta función tiene todo lo que yo sé del teatro, de verdad, me he quedado con la despensa vacía, no me he dejado un resquicio de lo que haya podido aprender en los 44 años que llevo en esto. A partir de ahora todo lo que haga me obligará a reinventarme, porque no me gusta repetirme.

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