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Ángel Martín: "Llegar a esa locura me sirvió para reconstruirme"

El humorista publica ‘Por si las voces vuelven', un testimonio vitalista en el que narra su ingreso en un hospital psiquiátrico y su posterior recuperación. El libro está siendo un éxito y ya va por la sexta edición.

Archivado en: entrevistas, cultura, literatura, Ángel Martín, salud mental

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Francisco Quirós Soriano
17/12/2021 - 00:34

En un tiempo en el que la sociedad por fin parece dispuesta a calibrar la verdadera importancia de la salud mental, él ha ido un paso más allá. Ángel Martín es conocido como humorista, presentador de televisión o actor, facetas a las que ahora añade la literatura de la mano de ‘Por si las voces vuelven' (editorial Planeta), un libro que camina ya por su sexta edición y en el que relata en primera persona una dura vivencia, la que le llevó a ser ingresado en un hospital psiquiátrico.

¿Te ha removido mucho, desde el punto de vista emocional, recordar todo lo que has contado en este libro?
Sí. Remueve sobre todo porque es la primera vez en la que haces el ejercicio totalmente consciente y con una intención. Hasta el momento de escribir, viajas a ese lugar para irte recomponiendo y tratar de juntar piezas del puzle, pero cuando tienes que contarlo con la intención de que tu experiencia, con un poco de suerte, pueda ayudar a alguien, ese ejercicio ya implica ir al detalle. Por todo esto ha sido un proceso complicado, un viajecito movido, pero ha valido la pena.

Cuentas que al salir del hospital, a causa de la medicación, tu cerebro estaba en un punto muy plano. ¿En qué momento fuiste consciente de todo lo que has vivido?
Eso sucede años después. Realmente, durante los años siguientes vas tratando de recomponer y cogiendo cierta consciencia de lo que te ha pasado, pero eso lleva muchos años, al principio no sabes qué ha sucedido y estás demasiado ocupado en intentar volver a funcionar; mejor dicho, primero te ocupas en convencerte de que podrás volver a funcionar y, cuando consigues convencerte, pasas el tiempo en intentar funcionar. Hasta que no empiezas a estar un poco activo, no te pones a echar un vistazo atrás.

Hablas de la gente que ha estado a tu lado en estos años, desde tu pareja hasta el amigo que "olía a café", incluso de un momento doloroso con tu padre. ¿Han tenido ellos ya la posibilidad de poder leer el libro?
Mi padre y mi chica sí, el tipo que me llevó al hospital es uno de los que ya no está, así que no tengo ni idea de si realmente ha leído el libro o no. A mi chica le ha gustado mucho, si no hubiera sido así me lo habría dicho, es la primera en no tener miramientos con estas cosas. Mi padre sé que lo ha leído. 

Al salir del hospital dices que el mundo es "un lugar decepcionante, aburrido y solitario", y unas páginas más adelante aseguras que estar loco es lo mejor que te ha pasado en la vida. ¿Crees que este libro hará que la gente tenga un poco más de empatía hacia determinados conceptos de salud mental?
Ojalá genere algo de empatía hacia personas que estén pasando por esos procesos, sobre todo porque sin esa empatía no vas a poder echar un cable, es imposible, no tienes referencias visuales de lo que la otra persona está viviendo por dentro, algo que no ocurre, por ejemplo, cuando alguien tiene una pierna rota, que puedes ver una escayola. Mucha gente tiende a pensar que si estás fuera del hospital es que ya estás bien, que basta con que tomes la medicación, pero realmente estás muy lejos de poder empezar a funcionar. Respecto a la frase "es lo mejor que me ha pasado en la vida", es un análisis que puedes hacer ahora, no es algo que pensara al salir del hospital, cuando estás en la oscuridad es la mierda más absoluta y jamás pensaría que eso es algo que pueda ser bueno. Digo esto porque, gracias a ello, he tenido que enfrentarme a una serie de cosas que me han convertido en el tipo que soy ahora y que están muy lejos del tipo que era antes, he podido desterrar cosas que eran extremadamente tóxicas tanto para mí como para otros, formas de pensar que no eran nada inteligentes, desechar muchas cosas que estaban instaladas en mi vida y que ahora ya no están. Eso, conociéndome, no lo habría hecho si no fuera porque me he visto obligado a tener que reconstruirme.

"Ojalá el libro genere algo de empatía, porque sin ella no vas a poder ayudar" 

Uno de los capítulos más impactantes es en el que hablas de la muerte. ¿Ese episodio ha hecho que tengas una visión diferente de la vida?
Ese episodio en concreto no me ha hecho cambiar ni tener una percepción distinta sobre la muerte, nunca le he tenido ese miedo. Ese episodio sí me ha hecho desterrar la poca curiosidad que pudiera tener por la muerte, ahora mi cerebro me dice que ya he muerto, que ya sé lo que hay. Eso que llevo ya ganado. 

Abogas, por un lado, sobre la necesidad de visibilizar la salud mental y, por otro lado, te mojas en relación a la legalización de la marihuana, dos asuntos en los que hace poco puso el foco Íñigo Errejón y sobre las que una parte de la sociedad cree que son incompatibles. ¿Qué opinas al respecto?
Sé que a mi tía, durante un proceso de cáncer, su médico le recomendó fumar marihuana. Descartar que tenga efectos positivos en algunos casos me parece una idiotez cuando la propia medicina en procesos como ese lo está recomendando. Estoy a favor de que se legalice, no porque quiera ir al estanco y comprar hierba para colocarme, lo que quiero es que se estudie. Muchas veces se meten cosas distintas en el mismo saco, y ese es el problema.

Por desgracia sigue habiendo tabú sobre los problemas mentales. ¿Temes que después de hacer pública tu experiencia en el ámbito profesional pueda haber personas con prejuicios hacia ti?
No. Cualquiera que pueda tener un prejuicio a raíz de esta historia que estoy contando, que le follen, así de radical y de claro. Me preocupa cero.

¿Alguna lección que hayas sacado de todo esto?
No te voy a engañar, aunque parezca la típica respuesta para que compren el libro, pero he hecho un ejercicio tan salvaje que puedo decir que la lección es que la gente sepa que no es el fin, que pasar por algo así no solo no es el fin, sino que con mucho esfuerzo y calma, y a pesar de que sean momentos extremadamente duros, se puede convertir en un principio de algo. Probablemente esa es la clave para mí. No es fácil, ni se hace de la noche a la mañana, pero se puede.

"Este episodio me ha hecho desterrar la poca curiosidad que tenía por la muerte" 

¿Algún consejo para las personas que busquen refugio en tu libro, por si las voces vuelven en algún momento?
Les he dicho las partes que tienen que subrayar en el libro, no se lo puedo poner más fácil, me falta regalarles un bolígrafo para que tengan la guía de viaje que yo he usado, repito, la que yo he usado, no significa que leas el libro y ya está, son las herramientas que a mí me han servido, por si a alguien también le sirven. Con que solo una persona que lo lea al acabarlo decida probar alguna de mis herramientas, si a él/ella le funciona, vuelvo a pasar por esto sin ninguna duda.

Antes de que saliera el libro a la venta, la respuesta del público ya fue espectacular.
Es una locura, y la gente que me sigue en redes está peor que yo de la cabeza. Es una barbaridad, ni de broma uno espera una acogida así de algo, y mucho menos en preventa. Uno espera que cuando vas a publicar una historia de algo relacionado con tu vida la gente más cercana sí que haga un esfuerzo en la preventa, pero no que durante dos meses se mantengan como los más vendidos y llegar a la tercera edición antes de que esté a la venta. Es un acto de fe gigantesco. Por eso, cada vez que alguien me hable mal, a mí, de las redes sociales, yo me río.

Por último, muchos medios hemos hablado contigo sobre el libro. ¿Hay algo sobre lo que no estemos poniendo el foco y que veas necesario?
Creo que se menciona poco la importancia de entender que el primer paso importante es uno mismo y el entorno. Muchas veces insistimos y se pone mucho peso en la importancia de ir a un especialista, que por supuesto es muy importante, si te lo puedes permitir, pero a veces olvidamos que hay otras muchas cosas que sí podemos hacer, independientemente de tu economía y situación. El primer paso es perder la vergüenza y el miedo a decir que te encuentras regular o a preguntarle a alguien si se encuentra bien. Ese es realmente el primer paso, tomarte un café con alguien con quien tengas confianza y contarle lo que te pasa. Y sobre todo no esperar a estar ya en la mierda, cuando notes que empiezas a resbalarte, actúa, quítate lo que veas que no te va bien, lo que sea. Un psicólogo y un psiquiatra es una gran herramienta, por supuesto, pero hay otras muchas que sí puedes usar, como la empatía en casa y cuidar de los tuyos.

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