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La Otra: "Hay instituciones que solo usan al feminismo como herramienta de marketing"

La artista madrileña presenta en el Teatro EDP Gran Vía su nuevo trabajo: ‘Incendio'. En este nuevo álbum se mantiene la esencia reivindicativa de sus composiciones.

Archivado en: entrevistas, música, La Otra

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F. Q. Soriano
28/5/2021 - 00:02

Con la frase "es importante hacer visibles algunas cosas que no se ven" se cierra la entrevista y uno podría pensar que la charla con La Otra ha encontrado su respuesta más brillante justo al final. Nada más lejos de la realidad. Isa Casanova contesta con rotundidad y firmeza a cada una de las cuestiones que le vamos planteando en un encuentro que tiene un doble motivo: hablar de su nuevo álbum, ‘Incendio', y la actuación de este sábado 29 de mayo (12:30 horas) en el Teatro EDP Gran Vía.

Tres años después de tu anterior LP sigues creciendo para dar forma a 'Incendio'. ¿Cómo ha sido el proceso de creación y qué matices nuevos has incorporado respecto a trabajos previos?

La preparación de este disco ha sido un proceso largo, porque es el primer disco en el que he trabajado estando presente en todo, está hecho con una banda que forma parte del proyecto. Ahora cuento con un equipo de músicos y músicas que han participado en los arreglos. También lo hemos coproducido junto con Edu Molina, quien ha supervisado todo. Al hacerlo así, ha sido un proceso de aprendizaje, cocinado a fuego lento, al que se ha sumado la pandemia, por lo que lo hemos tenido que retrasar aún más. Quisiera o no, al final se ha dado así, lo que me ha permitido cuidar cada detalle.

 

La banda tiene un sonido propio, tenemos algunas influencias en común, sigue habiendo una parte de canción de autora, que creo que no es un género, sino un lugar desde el que anunciarse como artista. Considero que hay una continuidad en las que cosas de las que he venido hablando desde que arranqué el proyecto, creo que estoy más madura gracias a la vida y a los años. En lo musical he incluido algunas influencias que no estaban antes, he escuchado mucho en estos últimos años hip-hop, neo soul, r&b... No es que este disco incluya esto, son géneros muy complicados de llevar a cabo, pero sí que me han influenciado, hay algunos aires de ellos, junto a ritmos latinoamericanos como el huapango o la samba.

"Tengo un poco de miedo ahora que debo presentar el disco" 

Tu primer álbum vio la luz gracias a una campaña de 'crowdfunding'. No lo has tenido fácil en el mundo de la música.

La verdad es que no. No vengo de un entorno de gente música ni siquiera de una intención de ser música, ya que me acerqué a ella a través del activismo, sentí la necesidad de usar la herramienta del arte para hacer crítica cultural, repensar algunos elementos que creía que había deconstruir. Luego cobró sentido por sí mismo y he ido sintiendo un amor por la música y todo lo que es la tarea artística que me ha llevado a querer hacer de ello mi oficio, a querer mejorar, a sentir la necesidad de priorizar la exploración, de sentir el arte como un fin en sí mismo. El arte es algo trascendental, creo que en la vida tenemos limitaciones, somos seres finitos, cuerpos que encarnamos una historia, y a veces no podemos escapar de eso; hay frustraciones que no se pueden evitar. Sin embargo, en el arte, la fantasía y la realidad son dos dimensiones que están entrelazadas. En este disco la exploración artística ha cobrado más espacio junto a la importancia que le doy a la palabra, que para mí es una herramienta de transformación y de sanación.

 

¿Cómo afrontas la actuación de este sábado 28 en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid?
Estoy muy contenta por una parte, porque estoy muy orgullosa del disco y de la gente que me rodea, pero también con un poco de susto, son tiempos raros y este disco es un poco arriesgado, no me he dado cuenta hasta que lo he sacado, mientras que lo hacía estaba confiada, siguiendo la intuición de lo que sentía que debía hacer. Ahora que llega el momento de enseñarlo sí tengo un poco de miedo, y no me importa decirlo porque es fácil sonreír y mostrar esa vida de artista. Sacar un disco, para mí, es complicado, se me mueven cosas porque es un momento de precariedad y hay mucha incertidumbre para toda la gente que nos dedicamos a lo que rodea a los espectáculos. Al margen de los elementos logísticos, tengo muchas ganas porque estoy siendo fiel a un criterio liberador desde el punto de visto artístico. Además, creo que los conciertos son un lugar muy especial para la música, es un momento muy mágico, se mueven muchas cosas, y en los tiempos que corren esta magia ha ido en aumento.

"El arte es una herramienta para cambiar a la sociedad y al individuo" 

Está confirmada la presencia de El No de las Niñas. ¿Cómo se gestó la colaboración de la versión de 'La llorona'?
Pensé en ellas porque son mis amigas y me encantan lo que hacen, me inspiran mucho. La canción me pedía meter una parte rapeada porque esta versión que he hecho tiene mucha fuerza y contundencia. La canción tiene varias estrofas que hablan de una leyenda de una mujer que sufre, esto me movía mucho, me hacía pensar en mujeres que conozco que han sufrido mucho y que tiene que ver con cómo está organizada la sociedad. Quería tener un diálogo con esas mujeres y con el relato cultural que hay sobre ellas. Me parecía interesante tener otras voces de mujeres amigas para hablar de esto desde lo que a ellas les removiera. Una de ellas ha hablado de su abuela y otra lo ha hecho desde el punto de vista de una mujer joven y qué cosas le atraviesan en este momento de victorias feministas.

 

Hablando de Latinoamérica, ¿cómo vives desde la distancia todo lo que ocurre en una tierra en la que tienes mucho arraigo?
Cuanto más tiempo pasa, sobre todo a raíz de haber estado en Chile y en Colombia y que un año después el Gobierno empezara a pegar tiros a gente que iba a manifestaciones, cobro más conciencia de lo que significa ser una europea blanca que viaja a diferencia de una latinoamericana racializada que viene a Europa, es decir, reflexionar sobre la diferencia entre tener un pasaporte o no tenerlo, o vivir en un país en el que el sueldo te permite comprar un billete de avión. Da vértigo entender cómo funciona la política a nivel mundial y cuál es la calidad de vida, me resulta muy doloroso y más cuando en esos países hay gente a la que quiero, porque cuando he viajado allí he hecho amistades. Hay una riqueza cultural increíble y los movimientos populares me parecen muy inspiradores, hay mucha fuerza y perseverancia como se ha visto en Chile, donde la gente que ha aguantado en la calle aun con el riesgo de que le pudieran pegar un tiro.

 

Volviendo a España, te han puesto etiquetas de artista feminista y reivindicativa. ¿Te sientes cómoda con ellas?
Es una buena pregunta. Cuando empecé, hace ahora diez años, el feminismo no estaba de moda y no se había producido esta victoria cultural gracias a la cual ser feminista es políticamente correcto, salvo que estés en entornos muy de derecha. Para mí, entonces, la etiqueta de feminista era una manera de reivindicar y una apuesta por presionar desde lo cultural ciertas ideas que en ese momento estaban bastante denostadas. Desde ahí me sentía a gusto, era una etiqueta que defendía con firmeza. Con el tiempo, esa etiqueta se convierte en un elemento de mercado, algo a partir de lo que vender, me parece positivo por un lado, pero por el otro supone vaciar de contenido algo que tiene mucho potencial transformador. Hoy en día, la etiqueta feminista, según quién la use y en qué contexto, sigue siendo algo con lo que estoy tranquila o puede ser una herramienta de marketing a la que mirar de manera crítica. El feminismo también se usa como un lavado de cara de instituciones o empresas que no tienen un funcionamiento en absoluto feminista.

 

Hablando de algunas de las canciones de este disco, esa faceta reivindicativa se percibe en 'Una ciudad grande y una niña pequeña'. Háblanos de ella.
Esta canción es como un collage que ha tenido diversos instantes. En un momento de mi trayectoria artística bastante precario no tenía tiempo de descansar. Estaba reflexionando sobre ello y sobre la idea de la autoexplotación. Quise escribir sobre ello, pero lo aparqué. Tiempo después contactó conmigo el colectivo Ecologistas en Acción, que hace una labor que me gusta mucho, para proponerme una canción inspirada en un capítulo de 'Momo', el libro de Michael Ende, en concreto el primero, 'Una ciudad grande y una niña pequeña'. Nos reunimos y aclaramos un concepto que queríamos abordar, revisar el relato de que antes de que llegue el fin de capitalismo se va a acabar el mundo. Queríamos proponer una alternativa, una salida a esta crisis y recordar que, hoy en día, es más importante que nunca reforzar los vínculos comunitarios y entender que la solución a muchos de los problemas que está habiendo pasa por que haya justicia social, una mirada solidaria y el problema de la crisis ecológica. Esta canción habla de eso. Queríamos ir contra la resignación de que no se puede ir contra esta solución. Sí se puede y, además, es necesario.

"A a partir de ‘la llorona' pensé en mujeres que conozco y que sufren" 

Otro de los temas que aparece en el álbum es 'Así de valiente', casi una especie de poema recitado con música de fondo. ¿Te planteas en algún momento publicar un poemario?

A veces lo pienso, lo que sucede es que de las cosas que escribo muy pocas me parecen salvables. Tengo solo como diez poemas que he ido recuperando de muchos años. Cuando tenga una cantidad razonable, a lo mejor sí que publico algo. Es algo que me gustaría. Escribo, pero la mayoría de esos textos los transformo en canciones. Esa posibilidad está ahí, no digo que no, pero es algo que está en el horno.

 

Llevas un tiempo metida en el mundo artístico y estás concienciada con diversos problemas de la sociedad, como la necesidad de una igualdad real de género. ¿Qué puede hacer la música para que el mundo sea un lugar un poco mejor?
Considero que cualquier obra de arte está posicionada políticamente, incluso nuestros silencios, cuando alguien calla sobre un tema, se está posicionando en el lado más poderoso de ese conflicto. Personalmente trato de enfocar el cambio social desde dos ópticas: el colectivo y el individual. Son dos cosas que van de la mano y en mis letras necesito usar esta herramienta para convertirme en la persona que quiero ser y también para construir el mundo que me gustaría. Eso es lo que me motivó a hacer canciones en un principio y es un motor muy fuerte para mí, sentir que estoy aportando algo en lugar de añadir toxicidad a la cultura, que es algo que construimos entre todas. Es urgente deconstruir elementos culturales tóxicos y opresivos, para mí el arte es una herramienta necesaria de crítica cultural y de autoconocimiento. Como decía una poeta afroamericana lesbiana, Audre Lorde, la poesía debe servir para nombrar aquellas cosas que no tienen nombre. Es importante hacer visibles algunas cosas que no se ven.

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