Colectivo Fango presenta en la Sala Negra un texto con el que cierra una particular trilogía, iniciada con ‘F.O.M.O.' y continuada con ‘TRIBU'. Esquivando los vaivenes de la pandemia, la compañía sigue ganando prestigio.
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F. Q. Soriano
29/1/2021 - 11:44
Con motivo de la representación de 'La espera' del 27 al 31 de enero, entrevistamos a Camilo Vásquez, su director.
Sin hacer ‘spoilers', ¿cómo se podría definir la obra ‘La espera'?
'La espera' nos cuenta la historia de cinco personajes que están, no se sabe muy por qué, en una especie de limbo, obligados a esperar juntos, cada uno en su propia isla, no tienen nada en común, son un político, un guía espiritual, una activa vedette, una miss samurai y una chamana. En ese acto de espera para ganar algo, que no se sabe muy qué es, la pregunta es qué hace uno mientras espera lo que desea que llegue. En ese acto deciden jugar y competir. Hasta ahí puedo leer.
Parece un poco inevitable pensar en esa espera como algo parecido al fin del mundo. ¿Puede establecerse algún paralelismo?
En el fin del mundo no, pero en el fin de una etapa sí. En Colectivo Fango hacemos dramaturgia colectiva, desde el primer minuto se puso encima de la mesa qué esperaba cada uno de los componentes, qué accionaba a cada uno. Algunos están en la búsqueda de la fe, otros hablaron del tema de la muerte, de la incertidumbre, del futuro... Hay muchas lecturas.
Los personajes en los que se convierten los actores parecen tomados casi desde diferentes puntos del planeta. ¿Qué queríais representar con ello?
Había un deseo de apostar de una forma más clara por el humor y por la construcción de personajes. En las obras anteriores, las actrices y actores hablaban desde la autoficción, esta vez decidimos permitirnos contar desde nosotros nuestros deseos y anhelos pero a través de roles. El mundo del juego nos permitió abrir este espacio. A partir de las ideas de cada uno vimos qué personaje encajaba mejor para el discurso que desea poner cada actriz y actor en el escenario. Por ejemplo, en el caso de Manu, que su búsqueda iba ligada a la fe, decidimos que el guía espiritual reforzaba ese discurso.
Echando un vistazo a vuestra definición de Colectivo Fango, aparece como idiosincrasia el hecho de generar preguntas en el espectador. En este sentido, ‘La espera', ¿qué esperáis que remueva en la gente que lo vea?
Puedo contar qué preguntas nos genera a nosotros; puedo intuir, sugerir o abrir preguntas para el espectador, pero no estoy en su cabeza. Para nosotros la pregunta es el motor de nuestro trabajo: cuando resolvemos una, aparecen diez más. La llama viva tiene que ver con la idea de hacernos todo el tiempo preguntas. El hecho de quedarnos en modo espera implica quietud, paciencia y, a partir de ahí, ver qué se activa. Es una obra de mirada hacia el futuro, así que nos preguntamos qué hacemos mientras esperamos. Por la experiencia que tenemos, somos honestos y es muy probable que el público se identifique con lo que hacemos.
Divertirse, entretener y también reflexionar. Parece una buena fórmula para los tiempos que corren.
Absolutamente. No es casual que hayamos apostado de una forma tan fuerte por el humor en esta obra. Empezamos a construir este texto a finales de 2019, de repente nos confinan y se resignifica totalmente la obra. En ese proceso de mantenernos unidos desde el distanciamiento, aunque en la obra no hablamos de la Covid, está totalmente atravesada por todo lo que estamos pasando.
En el dossier de prensa aparece una pregunta, ¿cómo se puede explicar algo que no existe aún? No sé si tienes una respuesta
Me lo sigo preguntando. Creo que al no tener una respuesta clara nos coloca muy en el presente. Lo que no existe, no se puede explicar, creo yo. El presente te vuelve a bajar a la realidad. En esta trilogía, que comenzamos con ‘F.O.M.O.', seguimos con ‘TRIBU' y cerramos con ‘La espera', partimos de cara a la última entrega con un texto de San Agustin, que se centra en el presente: presente-pasado, presente-presente y presente-futuro. Ahí empezamos a trabajarlo.
¿Qué supone para Colectivo Fango estar en un sitio tan especial como los Teatros del Canal?
Es una alegría enorme, cumplir un deseo, teníamos muchas ganas de estar aquí, es un teatro que conecta mucho con nuestro lenguaje, y curiosamente está sucediendo en esta época. Es muy especial para nosotros que ocurra ahora, es lindo, pero no lo voy a negar, también genera tensión, porque cada día hay una noticia nueva, estamos surfeando un tsunami. A veces tengo la sensación de estar en una huida hacia delante: vinimos de un festival en Sevilla donde nos llevamos a un premio y al día siguiente nos encontramos con un toque de queda adelantado. Luego, en un festival en otoño no supimos hasta última hora si la representación iba a ser presencial, al final se hizo así pero apoyándonos en el streaming. Para estas representaciones en el Canal hemos tenido que cambiar varias veces la hora. Ahora mismo es el día a día, más que nunca.
Ojalá que todo tipo de público se anime a vernos. Tenemos muchas ganas de seguir trabajando y aprovecho para recordar que la cultura y el teatro son seguros. Como la mayoría de sectores estamos muy golpeados por todo lo que está pasando. Si hay un espacio donde me he sentido seguro es en el teatro, así que animo a todo el mundo a que vaya porque es esencial.
Con otras obras, como ‘F.O.M.O' estuvisteis en escenarios internacionales como el de Cerdeña. Con ‘La espera', ¿qué planes tenéis?
De momento cerrado no tenemos nada. Para nosotros la plataforma del Canal es muy importante. La realidad es que ahora mismo cerrar es muy complicado, pero confiamos en que suceda, es nuestro deseo y nuestro trabajo, Colectivo Fango cada vez tenemos más apoyos, y estamos muy agradecidos, pero somos gestores y productores.
¿Qué se puede esperar para después de ‘La espera' respecto a Colectivo Fango?
Por primera vez, hemos encadenado una obra con otra. Realmente necesitamos un espacio de reflexión para ver todo lo que hemos hecho esta temporada. El deseo profundo es poder enseñar la trilogía, nos encantaría tener un espacio para revisitar ‘F.O.M.O' y ‘TRIBU' y enseñar la propuesta conjunta. De nueva obra no tengo ni idea, no tengo espacio para pensar en algo nuevo.
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