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La M.O.D.A.: "Mola decir que somos libres y que podemos hacer lo que nos dé la gana"

El grupo burgalés regresa con un nuevo disco bajo el brazo, ‘Ninguna ola'. En él vuelven a mostrar un amplio abanico de sonidos. Esperan salir de gira muy pronto.

Archivado en: entrevistas, música, La Maravillosa Orquesta del Alcohol

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Foto: LAURA SISTERÓ

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Francisco Quirós
11/12/2020 - 00:48

Las comparaciones siempre son odiosas, especialmente si frente al espejo de este 2020 se pone su año precedente. Por ejemplo, en el caso de La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.), hace prácticamente doce meses este grupo burgalés vivía un momento álgido, con el reconocimiento de crítica y público tras llenar el madrileño WiZink Center. Ahora, regresan con un nuevo trabajo de estudio, ‘Ninguna ola', grabado entre Madrid, Lisboa, Barcelona y Andoain. Sobre él hablamos con Alvar de Pablo (saxo, clarinete y coros), David Ruiz (voz y guitarra) y Caleb Melguizo (batería y percusiones).

Este viernes 11 sale a la venta ‘Ninguna ola'. ¿Qué sensaciones tenéis, qué poso os ha dejado la grabación?
Alvar: Muy emocionados, la verdad, con mucha expectación. De momento la gente se lo está tomando bien, y con ganas de que escuchen el resto del disco para que terminen de flipar.

Una de las primeras impresiones que deja el álbum es que están muy mimados los detalles, ¿es vuestro disco más maduro?
David: Eso da un poco de miedo, cuando los grupos dicen que es su disco más maduro suele ser el malo. En nuestro caso, maduro creo que no, porque además es una palabra que no mola asociar con la música; cuando una fruta está madura, la queda muy poco en el árbol: o te la comes o se pudre. Estamos verdes todavía, tenemos muchas ganas de seguir dando guerra. Es un disco que no podríamos haber logrado antes, es el resultado de diez años de trayectoria, de trabajo, de aprender el oficio y de conocernos entre nosotros, tocar mucho, tanto en ensayos como en directo. Es la primera vez que logramos grabar un disco de estudio en directo, tocando todos a la vez, es el álbum más colaborativo de los siete que formamos la banda, al que más tiempo hemos dedicado tocando todos a la vez, en el que hemos intentado decir cosas para llegar a la emoción desde otra perspectiva, sin repetir la fórmula de dar caña los siete todo el rato, que eso también está bien, tenemos canciones y discos más viscerales, y éste es, quizás, en el que hemos podido trabajar con más calma y perspectiva, lo que se ha notado en las canciones.

Aún estamos en el 2020, un año con muchas peculiaridades. Para vosotros, que vivís en Burgos, una ciudad donde la Covid-19 se ha cebado especialmente, y que sois siete (las limitaciones para reuniones en grupo son de seis personas), ¿han trastocado estas situaciones a los planes de la grabación del disco?
Caleb: Tuvimos la suerte, por así decirlo, de que teníamos el disco grabado justo cuando pasó esto. El 14 de marzo nos pilló en Portugal, en el estudio Atlántico, en Lisboa. Lo teníamos a punto de acabar, pero tuvimos que cerrar un par de días antes de lo que teníamos pensado, volvernos a España, cuando nos quedaba un tema pendiente y varios arreglos. Gracias a este parón pudimos hacer ‘La vuelta', una canción que ya grabamos en Gárate. La pandemia nos ha trastocado sobre todo la gira y lo que sería la presentación del disco. Entendemos la situación que hay y nos adaptaremos a lo que se pueda hacer. Durante este tiempo hemos seguido en contacto decidiendo cómo continuar, muchas veces con reuniones por Zoom y, según la normativa, también nos hemos podido juntar en algunas ocasiones para ensayar y preparar las canciones para cuando podamos presentarlas.

El contraste con lo que estabais viviendo hace justamente un año, con conciertos multitudinarios en Barcelona y Madrid, es muy grande. En este sentido, ¿qué perspectivas tenéis para la gira?
Alvar:
Nos adaptaremos a la situación que haya, fácil que tendremos que esperar un poco, pero intentaremos tocar como siempre ha sido el espíritu del grupo: donde se pueda y como se pueda. Serán tiempos difíciles pero no nos preocupa demasiado porque sabemos que nos vamos a hinchar a tocar.

Recientemente sacabais el videoclip de ‘Conduciendo y llorando', uno de los adelantos del disco. Entonces, decíais que no queríais dar vuestra visión de la canción para no condicionar su escucha, no sé si se puede desvelar ya el misterio...
David: Tampoco hay muchos secretos. Lo dijimos porque, a veces, al hablar de las letras las despiezas mucho. Da pereza y es un poco pedante, es como decir: "Mirad lo geniales que somos, las metáforas que se nos han ocurrido". Un mensaje general sí se puede dar a grandes rasgos, pero luego tiene que ser la gente la que haga ese trabajo y más en estos tiempos donde nos dan todo muy masticado. ‘Conduciendo y llorando' habla de muchas cosas, como todo el disco; se ha mezclado todo lo humano. Hay otros grupos que describen historias, personajes o historias, y nosotros describimos sentimientos, todo lo que entre en ese espectro está en nuestras canciones. La gente es muy ordenada en su cabeza; nosotros no, esto se vomita, todo lo que tenemos en el estómago sale ahí y es muy difícil luego andar separando los trozos. Al final, todo es una masa que está en tu cerebro de una forma caótica y acaba plasmado en una canción. Se tratan temas como el sentimiento de pertenencia o no a una sociedad, las maneras en las que la sociedad hace que tengamos unos comportamientos parecidos, es decir, se habla desde un punto de vista sociológico, también psicológico, sobre cuán de importante es sentirnos aceptados y que formamos parte de algo que va más allá de nuestra propia existencia. Se describe de alguna manera las cosas inhumanas que vemos a nuestro alrededor en la sociedad y, al mismo tiempo, se hace referencia a algo que es lo más humano, el amor. En cuanto a la música, hay muchas cosas interesantes y creo que nadie las ha tocado hasta ahora, por ejemplo, el ritmo de ‘Conduciendo y llorando' está inspirado en el ‘afrobeat' y en ritmos de batería que son parte de las inspiraciones nuevas que tenemos en este disco; siempre nos había interesado el folclore pero nunca nos habíamos fijado en el africano. Además, creo que se nota la influencia de Lana del Rey y su último disco, que hemos escuchado mucho, y se plasma en los pianos y en el estribillo, muy de pop.

Musicalmente, además de los pianos, llama la atención el protagonismo del banjo. En este sentido, ¿de qué influencias bebéis?
Caleb: Esto va en la línea de que queríamos seguir mostrando cómo somos nosotros y a la vez se ve la influencia de Raül Refree (productor); son dos mundos coexistiendo. Hemos podido coger cosas de otros grupos, ha sido un proceso largo de aprender de lo que nos podía aportar Raül y también de hacerle ver que nosotros queríamos hacerlo a nuestra manera, que fuese algo nuestro. Eso se ve en los instrumentos: conviven un banjo, muy propio de nosotros, y un piano, que caracteriza más a Raül. Ese proceso se ha dado en todas las canciones. Este disco refleja un trabajo que ha sido largo, a veces duro, y el resultado ha sido bueno.

Uno pone la televisión y asiste a debates en los que difícilmente dos personas se ponen de acuerdo, sobre todo en el ámbito político. Siendo siete, ¿cómo es el proceso democrático en La Maravillosa Orquesta del Alcohol?
Alvar: Somos como siete remos que van en la misma dirección. Siempre lo hemos tenido muy claro, la prioridad es el grupo y lo que mejor case. A lo largo de todo este tiempo hemos hecho muchas pruebas y al final nos hemos quedado con la que más nos gusta. Con la ayuda de Raül también ha sido más sencillo, nos ha orientado en algunas cosas.

Echando un vistazo a entrevistas precedentes, especialmente con motivo de vuestra gira anterior, habláis del asunto de la censura. En una de las canciones de este nuevo disco, ‘Barcos hundiéndose', decís "la censura es divertida de verdad". ¿Qué sentido queréis trasladar a la gente?
David: Queda bastante claro en la canción que es un tono sarcástico o irónico, queriendo decir todo lo contrario. Creo que se entiende bien, pero me gustaría mucho que alguien lo malinterpretase y creyera que estamos favoreciendo la censura, sería como el giro definitivo de este año 2020. Nunca te dejan de sorprender y eso está guay, si nos acusan de favorecer la censura sería la fantasía de esta simulación perfecta.

Imaginemos que estáis a punto de empezar la gira y os halláis inmersos en la selección de los temas que tocaréis. Aparte de los adelantos, ‘La vuelta' y ‘Conduciendo llorando', ¿hay alguna canción de este disco que sería imprescindible en el repertorio?
David: Estarán casi todos los temas, siempre que sacamos un disco nuevo lo defendemos a muerte, no quita eso para que haya espacio para los otros tres anteriores, que seguimos reivindicando con la misma fuerza que cuando salieron, nunca hemos hecho nada de lo que no estuviéramos orgullosos, y que venga este disco no significa que los otros nos gusten un ápice menos. ‘Ninguna ola' va a ser muy natural de tocar en directo porque lo hemos grabado los siete a la vez, es el disco más de banda que hemos hecho, es un disco sin trampa ni cartón, no ha habido un trabajo de posproducción, es fruto de un trabajo largo, de dos años, de buscar las mejores soluciones, de trabajar con Raül. Seguimos una línea coherente, no es que de repente hayamos hecho un disco de reguetón o de house, siempre hemos defendido hacer lo que nos da la gana, hemos sacado cosas muy dispares: tenemos una versión de Eskorbuto y otra de Silvio Rodríguez. Mola poder decir que somos libres y que podemos hacer lo que nos dé la gana, esto no significa que lo de antes quede enterrado, al revés, estamos muy orgullosos de donde venimos y del lugar al que podemos llegar con este nuevo disco, que nadie lo sabe, ni siquiera nosotros. Sigue siendo excitante.

Antes hablabais de la tendencia musical que hay en la actualidad, de sacar canciones y discos de usar y tirar. En cambio, vuestras letras y ritmos parecen más pensados para escuchar con detenimiento. ¿Creéis que vais a contracorriente?
David: Es que así nos hemos sentido desde el primer día, también físicamente porque como vivíamos en Burgos, fuera de Madrid, Barcelona o Bilbao, nos hemos quedado un poco fuera y no hemos encajado, para bien y para mal, a veces está bien pero en otras te sientes un poco solo. De ahí también un poco el título del disco, no sentimos que pertenezcamos a ningún movimiento musical o artístico concreto, aunque nos hayan intentado ubicar en el indie o en el folk, no tenemos para nada de estar en ninguno de ellos. Siempre nos hemos visto fuera de la movida y ahora es igual. Personalmente me siento más identificado con grupos jóvenes que salen ahora que por otros más mayores, que les veíamos como lejanísimos. No hay que caer en el error de decir si el reguetón es mejor o peor, al igual que con el folk, dentro de cada estilo hay cosas guapas, que merecen la pena, y muchas copias, así ha sido toda la vida. Ya no nos preocupa eso.

Haciendo autocrítica, los medios de comunicación casi siempre hacemos preguntas muy manidas y acabamos hablando de los mismos temas con los grupos de música. ¿Qué asunto pondríais encima de la mesa sobre el que nunca os preguntan?
David: Hemos hablado de cosas importantes: que hemos grabado el disco en directo, el proceso de composición, las nuevas influencias... ¿Qué nos dejamos, chicos?
Alvar: La indecisión que teníamos. Ya ha dicho Caleb que nos fuimos el 14 de marzo, en la semana previa unos decían que terminábamos el disco y que no nos creyéramos lo del Covid, otros, que nos fuéramos ya; había mucha tensión.
David: Si es difícil hacer un disco de autogestión, con esto del coronavirus, como ha dicho Alvar, esto ya es la guinda a dos años de trabajo, estábamos en el estudio con una comunión increíble, con el mar al lado, en un pueblo, y de repente llega la locura desde fuera. Estos meses de incertidumbre ha hecho más difícil sacar un disco sin discográfica, que lo hacemos porque queremos, ¿eh? Nos hemos adaptado muy bien, nunca hemos sido de quejarnos, hay mucha gente jodida, que no tiene ni para un plato de comida. Luego, en nuestro sector, hay muchos profesionales que lo están pasando mal, como técnicos de sonido o la gente que tiene una sala. Por ellos también sacamos el disco, es una manera de decir que nos quedamos parados, no hay posibilidad de anunciar siquiera un concierto pero no vamos a estar esperando. Es una manera de reivindicarnos nosotros y a nuestro oficio.
Caleb: Este disco es para mí, que queda mal decirlo de uno mismo, es la representación de que seguimos teniendo cosas que decir. Quizás el público que nos conoció con ‘Salvavidas' nos preguntaría que por qué no seguimos con canciones en la línea de ese disco, pero la gente que nos conoce desde el principio ya no le sorprende y que, como decía David, hacemos lo que queremos. Al igual que cuando conoces a una persona de forma superficial la encasillas pero luego cuando le conoces a fondo te interesa más, nosotros intentamos disco a disco seguir teniendo cosas que decir. 

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